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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

El OIEA, la agencia de la ONU que vela por el uso pacífico de la energía atómica

EFE

Viena —

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El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), del que el argentino Rafael Grossi se ha convertido hoy en su sexto director fue creado en 1957 bajo la idea de que el sistema de Naciones Unidas dispusiera de una agencia que velara por el uso seguro y pacífico del poder nuclear.

“El Organismo deberá buscar acelerar y expandir la contribución de la energía atómica a la paz, la salud y la prosperidad del mundo”, reza el objetivo de una agencia cuyo lema es, precisamente, “Átomos para la paz”.

Sus 2.500 empleados, de unos 100 países, enfocan su trabajo en tres puntos centrales: prevenir la proliferación de armas nucleares; mejorar la seguridad de las instalaciones atómicas existentes, y movilizar la ciencia y tecnología nuclear para el beneficio de todos los estados miembros.

El OIEA se encarga además de supervisar el cumplimiento del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP) mediante acuerdos de salvaguarda que los países firmantes firman con el organismo internacional.

Estos acuerdos son verificados por las inspecciones llevadas a cabo por expertos de OIEA en las instalaciones de los respectivos países miembros.

En los últimos años, el OIEA ha desempeñado un papel clave en el control del programa nuclear de países como Siria, Libia y, especialmente Corea del Norte e Irán.

El expediente iraní ha ocupado buena parte de los esfuerzos de este organismo desde que hace 16 años se descubrió que el país había desarrollado en secreto un programa nuclear que se sospecha tenía como intención producir armas.

En 2015, al OIEA se le encargó la supervisión técnica del acuerdo cerrado entre Teherán y las grandes potencias para asegurar que la República Islámica no podía desarrollar a corto plazo armas nucleares, una tarea que se ha complicado en los últimos meses por la decisión iraní de incumplir partes del trato en respuesta a nuevas sanciones de Estados Unidos.

Esta agencia de la ONU fue muy activa también durante la crisis de la central nuclear japonesa de Fukushima en 2011.

El OIEA tiene además un programa de cooperación técnica con el que ayuda a unos 110 países en desarrollo a aplicar tecnologías nucleares para el uso civil en distintos sectores como la medicina, la agricultura, la industria y la protección del medioambiente.

Grossi sustituye en el cargo al japonés Yukiya Amano, que falleció el pasado julio en mitad de su tercer mandato.

El OIEA, y su director de entonces, el egipcio Mohamed El Baradei, ganaron en 2005 el premio Nobel de la Paz en reconocimiento a sus “esfuerzos por prevenir que la energía nuclear sea utilizada con fines militares y asegurar que el uso de esa energía con fines pacíficos se efectúa de forma segura”.

Al OIEA pertenecen en la actualidad 171 países, de los cuales 35 van turnándose cada año como miembros de la Junta de Gobernadores, el órgano ejecutivo del organismo.

Los recursos económicos del OIEA comprenden el presupuesto regular y las contribuciones voluntarias de los países miembros. En el año 2019, el presupuesto de la agencia fue de 375 millones de euros (412 millones de dólares).

Además de su sede general en Viena, el OIEA tienen oficinas en Canadá, Japón, Estados Unidos y Suiza, y laboratorios de tecnología nuclear en las afuera de la capital austríaca y en Mónaco.