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Familiares de los tripulantes del Moskva frente al secretismo del Kremlin: “Necesitamos respuestas”

Pjotr Sauer / Andrew Roth

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En los días que siguieron al hundimiento del buque de guerra ruso Moskva en el Mar Negro, Yulia Tsyvova buscó desesperadamente información sobre su hijo Andrei. Como a cientos de familiares de tripulantes, a ella tampoco le habían dicho si su hijo había sobrevivido o no al supuesto ataque con misiles ucranianos que hundió al buque insignia de la flota rusa en el Mar Negro.

El lunes por la mañana la llamaron desde el Ministerio de Defensa de Rusia. Su hijo había muerto. “Solo tenía 19 años, era un recluta”, dice Tsyvova llorando por teléfono. “No me dijeron nada más, ni me dieron información sobre la fecha del funeral, estoy segura de que no es el único muerto”.

Mientras el Ministerio de Defensa intenta eliminar la información sobre qué les ocurrió al barco y a su tripulación, que se estima en unas 510 personas, los familiares de los marineros que servían en el Moskva exigen respuestas.

El número total de muertos, heridos y desaparecidos sigue siendo secreto de Estado. El fallecimiento de Tsyvov, del que no se había informado antes, es solo el segundo en confirmarse de este buque de guerra. Otras tres familias han hecho público que no logran encontrar a hijos que servían en el barco.

Sin transparencia

Por la información publicada en los medios se cree que el número de víctimas del ataque es mucho mayor. Los intentos de eliminar la información de las muertes recuerdan al incidente del submarino Kursk en el año 2000, cuando murieron 118 marineros asestando un golpe al prestigio del entonces joven presidente Vladímir Putin.

Según Alexander Gabuev, investigador del Centro Carnegie de Moscú, “este régimen nunca ha sido muy transparente con las bajas”. A modo de ejemplo cita las operaciones militares de Rusia en Ucrania y en Siria. O las investigaciones sobre los atentados de Beslán, en Osetia del Norte; y sobre la crisis de rehenes del teatro Dubrovka de Moscú. “Mucho de esto ya pasó antes, no es ni muy nuevo ni muy sorprendente”.

Las informaciones recientes de jóvenes marineros fallecidos también pueden poner en cuestión el uso de reclutas en batalla, algo que Putin había negado explícitamente que fuera a ocurrir cuando empezó la guerra.

El Ministerio de Defensa se vio obligado a admitir el despliegue de reclutas en las primeras semanas de la invasión cuando algunos de ellos fueron capturados por fuerzas ucranianas. En ese momento, el Ministerio también aseguró que no los usaría más.

Pero varios padres de tripulantes del Moskva han dicho al periódico The Guardian y a otros medios que tenían hijos en el barco y que no eran soldados profesionales contratados sino reclutas. “Un recluta que se supone que no va a ver un combate está entre los desaparecidos en acción”, escribe Dmitry Shkrebets. Su hijo Yegor era cocinero en el barco y figura como desaparecido en acción. “¿¿¿Chicos, cómo podéis figurar como desaparecidos en acción en alta mar???”

Primeras imágenes

El lunes, cuando ya habían pasado casi cuatro días desde el naufragio, aparecieron fotografías y un vídeo del Moskva poco antes de hundirse. Las imágenes mostraban los botes salvavidas abiertos, algo que hace pensar en una probable orden de abandonar el barco.

También hay parientes de tripulantes que dicen haber podido localizar a sus familiares con vida. Eskender Djeparov dijo que había reconocido a su hermano Akbar en un vídeo difundido por el Ministerio de Defensa donde se ve a marineros del Moskva con un almirante en Sebastopol tras el hundimiento.

“Nos alegramos mucho cuando le vimos en el vídeo de la tripulación en Sebastopol”, dice Djeparov. “Al día siguiente de la tragedia, [Akbar] llamó a nuestra madre y le dijo que estaba vivo y bien, que no se preocupara por él. No nos ha contado lo que pasó, no dice mucho. Nos llama desde números diferentes. Es un recluta, empezó en julio pasado. Lo que es seguro es que nunca firmó un contrato”.

Valery Grinburg, familiar del tripulante Evgeny Grinberg, dice en un mensaje de texto que “su estado [el de Evgeny] es bueno”. También, que no tiene “intención de divulgar secretos militares” y que eso es algo “cargado de consecuencias”. “Y Evgeny no dijo nada de todos modos”, añade Grinburg, que es de Monchegorsk, una ciudad en el norte de Rusia. Al preguntarle si Evgeny estaba a bordo del Moskva escribe “sí” y luego lo borra. A la pregunta de cómo se ha enterado del estado de su pariente, contesta: “Llamé al Ministerio de Defensa”.

200 marineros heridos

Muchos no han tenido tanta suerte. Shkrebets fue uno de los primeros en salir a exigir en público los motivos por los que habían mandado a su hijo a la guerra. “Dijeron que toda la tripulación fue evacuada. ¡Es mentira! Una mentira cruel y cínica”, dice. Su esposa, Irina, dijo al medio online independiente ruso The Insider que había visto unos 200 marineros heridos en un hospital militar de Crimea mientras buscaban a su hijo.

“Vimos a todos los chicos con quemaduras”, dijo a The Insider. “No puedo describir lo duro que fue, pero no pude encontrar al mío. Solo había 200 personas, y a bordo del crucero eran más de 500. ¿Dónde estaban los demás? Buscamos en Krasnodar, y en todas partes; llamamos a todos lados pero no pudimos encontrarlo”.

Otras familias se han puesto en contacto con los Shkrebets con la esperanza de que les den algo de información. “Tres familias de Yalta, Alupka y San Petersburgo se pusieron en contacto con nosotros, sus hijos también están desaparecidos y también son reclutas”, escribe su marido. En la oficina local de alistamiento han presentado una solicitud escrita para obtener más información. “Necesitamos respuestas por escrito a nuestras preguntas sobre la búsqueda de nuestros hijos, no mensajes de texto con fotos y oraciones”, dice.

Otros padres tienen más miedo de hablar. Ulyana Tarasova, de San Petersburgo, escribió en Internet: “Mi hijo, Tarasov Mark, desaparecido en combate a bordo del crucero Moskva”. Horas más tarde, el post desapareció. Otras personas que hablaron con los medios rusos pidieron permanecer en el anonimato por temor a represalias del Gobierno.

La madre de un marinero dijo a la edición europea del medio ruso Novaya Gazeta (que ha tenido que suspender su actividad en su país por la censura en la cobertura de la guerra) que tres misiles habían impactado en el Moskva, que habían muerto unas 40 personas, que varias estaban desaparecidas y que “hay muchos heridos”.

Traducción de Francisco de Zárate

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