La hora de oro del corazón
El mejor tratamiento del infarto agudo de miocardio es la intervención coronaria percutánea primaria (ICPP) siempre que se cumplan una serie de condiciones, entre las que destaca que el tiempo puerta-balón sea inferior a 90 minutos. Es decir, el intervalo de tiempo que transcurre desde que el paciente con infarto agudo de miocardio (IAM) llega al servicio de urgencias hasta que se logra, mediante el inflado de un balón, desobstruir la arteria coronaria en un procedimiento conocido como intervención coronaria percutánea primaria.
Sin embargo, como recoge un artículo publicado en Revista Española de Cardiología (www.revespcardiol.org), estos tiempos “sólo se cumplen en algunos pacientes tratados con ICPP y la demora influye negativamente en el pronóstico del paciente, independientemente de su riesgo particular y del tiempo total de isquemia”, señala Javier Goicolea, de la Unidad de Hemodinámica del Hospital Puerta de Hierro de Madrid.
Son varias las estrategias dirigidas a acortar estos tiempos. En el caso concreto de España disponemos de un servicio de ambulancias medicalizadas con personal altamente cualificado, que permiten el diagnóstico 'in situ' y la selección de pacientes para reperfusión mediante ICPP.
El Hospital Puerta de Hierro ha elaborado un estudio con el fin de conocer los retrasos en los que se incurre a la hora de realizar una ICPP, conocer los condicionantes de dichas demoras y esbozar la influencia que la aplicación de un protocolo de actuación tiene en dichos tiempos.
El objetivo es “poder revascularizar a la totalidad de nuestros pacientes en menos de 90 minutos, aunque creemos que una mayor reducción, idealmente a 60 minutos, podría aportar un beneficio adicional y es un objetivo que está dentro de las posibilidades de un hospital terciario en nuestro país”, señala Goicolea.
El beneficio más evidente de esta reducción de tiempos es que “la mortalidad puede disminuir entre un 0,25%-1% por cada 10 minutos menos de demora”, matiza.
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