Separar correctamente en nuestras casas y depositar nuestros residuos orgánicos en el contenedor marrón es un pequeño gesto que no requiere gran esfuerzo por nuestra parte, pero que comporta al menos seis beneficios destacables.
1- Obtenemos compost, un estupendo abono natural
El primer y obvio beneficio es que nuestros restos de comida se aprovechan, transformándose en compost, un estupendo abono natural con múltiples ventajas:
• Enriquece el suelo con nutrientes esenciales (nitrógeno, fósforo, potasio).
• Mejora la estructura del suelo, facilitando la aireación y la retención de humedad, con el consiguiente ahorro de agua de riego.
• Reduce la necesidad de usar fertilizantes químicos, que pueden contaminar aguas subterráneas y empobrecer el suelo a largo plazo.
• Aumenta la fertilidad y productividad de terrenos agrícolas, huertos urbanos y jardines.
2- Reducimos la cantidad de residuos que terminan en el vertedero, alargando así la vida de nuestras instalaciones
La materia orgánica supone el 37-45 por ciento de todos los residuos domésticos que producimos. Por lo tanto, si los residuos orgánicos se separan correctamente y se tratan de forma adecuada (mediante compostaje o digestión anaerobia), se evita que terminen en los vertederos, lo que conlleva que estas instalaciones tarden más en llenarse y por tanto se alargue su vida útil, pudiendo casi duplicarse.
3- Mejoramos el reciclaje de otras fracciones (envases, papel, cartón, vidrio)
Está demostrado que, cuando se implanta la recogida separada de biorresiduos (el contenedor marrón) se produce una mejora indirecta en el reciclaje de las otras fracciones (papel, envases, vidrio…). En concreto, diversos estudios demuestran que la tasa de reciclaje total sube de media entre un 5 y un 15 por ciento al cabo de dos o tres años; que los envases domésticos (contenedor amarillo) aumentan su rendimiento en un 10-15 por ciento y que la calidad del papel y cartón mejora un 25-30 por ciento al llegar menos contaminado por restos de comida.
El motivo de todas estas mejoras es que hay un cambio de hábitos en el ciudadano (el que se acostumbra a separar la fracción orgánica suele volverse más riguroso con las demás fracciones) y que al no estar los residuos orgánicos mezclados con otros en los contenedores grises o verde oscuro de fracción resto, se facilita notablemente su separación y reciclado .
4- Disminuimos las emisiones de gases de efecto invernadero
Cuando los residuos orgánicos se descomponen enterrados en vertederos, sin oxígeno, generan metano, un gas de efecto invernadero 25 veces más potente que el COâ. En cambio, los biorresiduos tratados mediante compostaje se descomponen en presencia de oxígeno, disminuyendo así entre un 30 por ciento y un 60 por ciento de las emisiones que se producirían si fueran a vertedero.
En concreto, según la Agencia Europea de Medio Ambiente, cada tonelada de biorresiduos desviada del vertedero y tratada mediante compostaje evita la emisión de entre 200 y 400 kilogramos de COâ equivalente (dependiendo de la composición del residuo y las condiciones del vertedero).
En términos domésticos: una familia media europea, genera entre 150 y 250 kilogramos de biorresiduos al año. Compostarlos, en vez de tirarlos al contenedor gris evita la emisión de aproximadamente 50–100 kilogramos de COâ/año, lo que equivale a recorrer 400–800 kilómetros en coche. Por tanto, el tratamiento adecuado de los residuos orgánicos contribuye activamente a la lucha contra el cambio climático.
5- Reducimos el coste de gestión y tratamiento de residuos
El motivo del ahorro es que gestionar la materia orgánica, bien separada y con pocos impropios, en el contenedor marrón es más barato que gestionar todo mezclado en el contenedor gris o verde oscuro de fracción resto, ya que así es mucho más difícil de separar. De hecho, es tan complicado que una buena cantidad de los residuos reciclables y materia orgánica no puede separarse en las plantas y acaba en vertedero. Y eso supone otro coste añadido, ya que el depósito de residuos en vertedero está penalizado con elevadas tasas.
Por último, se fomenta la valorización de residuos (transformarlos en recursos útiles) en lugar de su eliminación, lo cual es más rentable a medio y largo plazo.
6- Contribuimos a la generación del empleo verde
A pesar de lo que mucha gente cree, la recogida selectiva y la adecuada gestión de nuestros residuos genera nuevos puestos de trabajo en sectores sostenibles. Algunos datos:
El empleo verde en España ha pasado de 337.000 puestos de trabajo en 2014 a más de 577.000 en 2023, con un crecimiento del 71 por ciento. Y se estima que superará el millón de puestos de trabajo en 2035. De todos esos empleos, el sector de la gestión de residuos concentra casi uno de cada tres. Y concretando aún más, la recogida separada de materia orgánica con el contenedor marrón se estima que podría generar 5.200 empleos directos en España, a partir de la creación o ampliación de unas 200 plantas de compostaje
¿Qué tipo de trabajos se crean gracias a la implantación del contenedor marrón?
• Recogida y transporte especializado de los residuos orgánicos.
• Operarios en plantas de compostaje y de digestión anaerobia.
• Técnicos en gestión ambiental, calidad del compost, energía renovable, etc.
• Empleos en educación ambiental y campañas de concienciación ciudadana.
Además, se trata de empleo verde, es decir, trabajos que ayudan a preservar el medio ambiente y a avanzar hacia un modelo económico más sostenible.