Salgamos de dudas: ¿Qué va y qué no va al contenedor marrón?
Separar bien los residuos en nuestras casas y depositar cada material en el contenedor adecuado, no es que sea aconsejable, es que es completamente imprescindible.
Si los residuos estuvieran todos mezclados, separarlos en la planta de clasificación no sólo es que sería infinitamente más caro en el caso de que se pudiera hacerse (lo que repercutiría de modo directo en nuestro bolsillo) sino que, además, hoy por hoy, es técnicamente inviable.
Dicho de otra manera: no existe tecnología capaz de separar, con un porcentaje alto de eficacia, nuestros residuos domésticos. En concreto, no existe tecnología alguna que permita separar correctamente la materia orgánica del resto de residuos, más allá de usar cribas (Trómeles) con un tamaño de agujero de cribado relativamente pequeño. Si queremos aprovechar nuestros residuos y reciclar sus materiales, hay que separar en bien casa y depositar cada residuo en su contenedor correspondiente.
Entonces, ¿qué residuos se deben depositar en el contenedor marrón?
Los residuos que SÍ debemos depositar en el contenedor marrón son:
Restos de comida. Restos de fruta y verdura, restos de carne y pescado, huesos, espinas, pan y bollería, cáscaras (de huevo, frutos secos, marisco…), comida cocinada o caducada… En definitiva, CUALQUIER RESTO DE COMIDA, SEA LO QUE SEA.
Restos vegetales. Flores, ramos o pequeños restos de jardinería doméstica
Otros residuos orgánicos. Posos de café e infusiones; servilletas y papel manchados de comida o aceite; tapones de corcho, palillos y palos de helado.
Impropios en el marrón ¡no gracias!
¿Qué son los impropios? En general, los impropios son aquellos residuos que se depositan en un contenedor “equivocado”, es decir, materiales que no deberían estar allí porque no corresponden al tipo de residuo que ese contenedor recoge. En el caso del contenedor marrón, hay algunos impropios muy evidentes que no deberían generar dudas, ya que tienen su contenedor específico y por tanto no deberían echarse JAMÁS al marrón:
• Envases de cualquier tipo (envases de plástico latas o briks) -deben ir al contenedor amarillo-
• Vidrio - deben ir al iglú verde-
• Papel y cartón - deben ir al contenedor azul-
• Objetos de plástico no envases -deben ir al contenedor gris o verde de fracción resto-.
• Y en general, residuos de cualquier tipo que no sean restos de comida (una zapatilla, una percha, un cristal roto, un bolígrafo, un paraguas…lo que sea) -contenedor verde o gris de fracción resto
Pero sí es cierto que hay una serie de residuos IMPROPIOS que a primera vista pueden parecer “orgánicos” y por lo tanto pueden generar dudas sobre si es correcto depositarlos o no.
o Los residuos que NO debemos tirar al marrón son:
• Arena o excrementos de mascotas (los excrementos contienen bacterias patógenas indeseables)
• Ceniza y las colillas de cigarros (el tabaco contiene numerosas sustancias tóxicas que pasarían al compost. Y el material principal de las colillas -el filtro- es el plástico)
• Textiles sanitarios -como compresas, toallitas, pañales... (en el pasado sí que estaban fabricados con celulosa, pero hoy en día son plásticos y compuestos químicos absorbentes).
• Restos de barrido y pelo (el pelo compuesto principalmente de queratina se degrada extremadamente lento y por tanto no
composta bien y los restos de barrido suelen llevar incorporados otros materiales indeseables).
• Cápsulas de café (el aluminio de las capsulas es un envase y obviamente no composta. Se pueden vaciar una a una y echar la capsula al amarillo y el café que contiene al marrón)
• Aceite usado o líquidos alimenticios (el aceite dificulta el compostaje porque crea una película alrededor de los restos orgánicos que impide el paso del oxígeno y por tanto el trabajo de las bacterias, además, al haberse calentado posee compuestos químicos indeseables. Como resultado: el compost se engrasa, se apelmaza y pierde calidad, volviéndose inutilizable. Se considera de hecho un residuo “peligroso” y por ello tiene su propio sistema de recogida - puntos limpios- contenedores de aceite…-.
En cuanto a los líquidos alimenticios (leche, zumos, sopas, caldos, salsas, etc.) encharcan el compost y hacen que los residuos se “pudran” en vez de comportar. Además, producen “escurridos” - denominados lixiviados-, malos olores y atraen plagas.
¿Qué efectos negativos producen los impropios en el contenedor marrón?
1. Contaminación del compost final. Los impropios no se descomponen, por lo que quedan mezclados en el compost final. Esto afecta su calidad y pureza, haciéndolo inapropiado para usar en suelos o cultivos.
2. Riesgos para la salud y el medio ambiente. Algunos impropios pueden liberar sustancias tóxicas y/o microplásticos, que terminan en la tierra y eventualmente en la cadena alimentaria.
3. Problemas en el proceso de compostaje. Dificultan la descomposición adecuada de la materia orgánica. Los microrganismos no pueden realizar su trabajo. Si son materiales muy duros o de gran tamaño, incluso pueden dañar la maquinaria de compostaje (trituradoras, tamices, etc.).
4. Aumento de costos. Si abundan los impropios en el material de partida es necesario hacer una clasificación previa adicional para retirar los residuos inadecuados, lo que implica más tiempo, recursos y dinero.
¿Por qué hay que usar bolsas compostables?
Ahora que ya hemos visto qué son los impropios y que efectos negativos producen en el compost, se entiende mejor por qué hay que usar siempre bolsa compostable. Las bolsas de plástico no se degradan al mismo ritmo que el resto de los alimentos y materia orgánica. El plástico convencional puede tardar décadas en descomponerse y ni siquiera desaparece, sino que se transforma en microplásticos que acaban en el suelo y después en los cultivos y/o alimentos.
Por eso se consideran un “impropio”. Además se rompen peor en la línea de tratamiento y eso impide reciclar su contenido. En cambio, las bolsas compostables, fabricadas con fibras vegetales, se degradan y compostan al mismo ritmo que nuestros restos de comida, integrándose sin problemas en el producto final. Eso sí, nunca uses dos o más bolsas compostables a la vez para que el conjunto sea más resistente y aguante mejor el peso, porque eso impide que se rompan en el abrebolsas de la línea de tratamiento y dificulta enormemente su reciclaje. Si es necesario, mejor baja a diario tu bolsa con menos peso en su interior.
Recuerda que ahora ya podemos encontrar bolsas compostables en todos los supermercados. Y que sean algo más caras que las convencionales no debería ser un problema dado que, el coste en bolsas compostables de una familia media de cuatro miembros para todo el año, rondaría los 15-30 euros anuales, es decir solo 1,2-2,5 euros al mes, menos de lo que cuestan uno o dos cafés. Además, la diferencia de precio con las bolsas de plástico convencionales está bajando conforme aumenta su uso.
Separar manual o mecánicamente las bolsas de plástico antes de compostar es un proceso complicado y muy costoso. Antes de usar bolsas de plástico es mejor echar nuestros residuos alimenticos a granel dentro del contenedor marrón. Obviamente no es lo más adecuado, pero es preferible si no tenemos a mano bolsas compostables.
¿Cómo de bien separamos en La Rioja los residuos del contenedor marrón? ¿Cuántos impropios hay?
Los contenedores marrones todavía no se utilizan lo suficiente en nuestra comunidad, pero las personas que ya los usan, separan sus residuos de un modo bastante correcto.
La legislación establece ahora un máximo del 20 por cierto de impropios y a partir del 2027 de un 15 por ciento. Pues bien, en La Rioja el contenedor contiene a día de hoy un 91,26 por ciento de residuos biodegradables en peso, es decir, residuos correctos, repartidos del siguiente modo:
Materiales biodegradables 91,26 por ciento
Resto de alimentos. 74,40 por ciento
Restos de jardinería. 11,37 por ciento
Celulósicos (papel de cocina sucio, servilletas, pañuelos, etc.). 3,73 por ciento
Bolsas compostables. 1,72 por ciento
Otros “biodegradables”. 0,03 por ciento
Y tan solo hay un 8,74 por ciento de impropios. Entre los que destacan un 2,98 por ciento de plásticos diversos, un 1,71% de papel-cartón, estando repartido el resto en numerosos tipos de residuos, pero en muy baja cantidad.
Sin embargo, los impropios que hay dificultan enormemente el reciclaje de la orgánica, en especial las bolsas de plástico, que no se rompen bien en la línea de tratamiento lo que impide extraer su contenido. Es muy importante evitar este tipo de impropios en el marrón.
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