El viaje de una peladura: el ciclo de la orgánica en La Rioja

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El contenedor marrón es el último que ha llegado a las calles de las ciudades. ¿Cuál es su objetivo y por qué debemos usarlo? Su objetivo, el mismo que el del resto de contenedores de reciclaje: aprovechar los residuos y que estos residuos se conviertan en recursos.

Ese es el principio de la economía circular: No desperdiciar lo que pueda aprovecharse. El mismo principio que utilizaban nuestros abuelos en sus hogares. ¿Y cómo se aprovechan en concreto los restos orgánicos? ¿Para qué sirven? Pues básicamente para producir un compost de calidad y, dependiendo del proceso empleado, también biogás. Y el compost que se obtiene se utiliza después como abono natural en nuestros campos y jardines, en un ciclo sostenible e infinito.

El ciclo de la orgánica:

PASO 1: Separación en casa y depósito de los biorresiduos en el contenedor marrón.

El proceso comienza en nuestros hogares, restaurantes, comercios y otros generadores de biorresiduos. Los biorresiduos -o residuos orgánicos- incluyen: los restos de alimentos (frutas, verduras, cáscaras, alimentos cocinados o caducados, pan, posos de café, etc.), los pequeños restos vegetales y de jardinería (flores secas, hojas, pequeñas ramas, césped…), y otros residuos orgánicos como servilletas de papel manchadas, palillos, corchos y palos de helado, entre otros. Estos materiales deben separarse en casa y depositarse (siempre en bolsa compostable) en el contenedor marrón, que está destinado exclusivamente a gestionar este tipo de residuos domésticos.

Una correcta separación en origen, en los domicilios, es fundamental para asegurar un tratamiento eficiente y un producto final – un compost- de alta calidad. En la Rioja hay un total de 2.300 contenedores marrones, 1.845 repartidos entre los 128 municipios a los que el Consorcio presta el servicio, y otros 454 en la ciudad de Logroño. Imaginemos que el ciclo comienza, por tanto, echando la peladura de una deliciosa pera de rincón en nuestro cubito marrón de la cocina, que acaba depositándose en el contenedor marrón de la calle.

PASO 2: Recogida y transporte a la planta de tratamiento

Nuestra peladura, junto al resto de biorresiduos depositados en los contenedores marrones es recogida y transportada en camiones al ECOPARQUE de La Rioja, una moderna planta de tratamiento, ubicada en el término municipal de Logroño, en concreto en la Rad de Varea. Durante el transporte, se toman medidas para evitar malos olores y la emisión de “lixiviados” (así se denomina a los líquidos que producen los residuos orgánicos, normalmente muy húmedos) . Por ello, los camiones son estancos y están adaptados para la gestión de este tipo de residuos. Diseñar un sistema de gestión y recogida en una comunidad como La Rioja es extremadamente complejo. Hay que distribuir los contenedores en cada localidad y diseñar las posibles rutas de recogida del modo más eficiente posible.

El Sistema de recogida del contenedor marrón en La Rioja en datos

Número de camiones de recogida: ocho camiones compactadores y dos camiones lavacontenedores.

Rutas: existen de cuatro a seis rutas en temporada normal (octubre a mayo) y de siete a nueve rutas en temporada estival (de junio a septiembre). Las rutas se planifican para recorrer municipios próximos entre sí para que sean eficientes tanto económicamente como ambientalmente. En cuanto a la frecuencia de recogida, entre dos y cuatro días de recogida semanal en función del tamaño del municipio y de la época del año (se recoge más a menudo en verano). En Logroño se recoge a diario, aunque no todos los barrios a la vez.

PASO 3: Tratamiento biológico.Compostaje.

Una vez en la planta, nuestra peladura de Pera de Rincón, junto a otros biorresiduos similares, es sometida a un proceso de tratamiento biológico conocido como compostaje. El compostaje es un proceso aeróbico (con presencia de oxígeno) en el que los microorganismos descomponen la materia orgánica, generando compost: un fertilizante natural rico en nutrientes.

El proceso se realiza en pilas o túneles, controlando temperatura, humedad y oxigenación y dura ente ocho y doce semanas. El compost obtenido se tamiza para quitar impurezas y se deja madurar antes de su uso agrícola.

PASO 4: Utilización del compost como fertilizante natural en terrenos agrícolas.

El compost obtenido en el Ecoparque gracias a la peladura de pera y otros residuos similares es un fertilizante natural de gran calidad que puede aplicarse directamente en el suelo agrícola y que presenta numerosas ventajas:

• Aporta nutrientes esenciales a las plantas (nitrógeno, fósforo, potasio, etc.).

• Mejora la estructura del suelo y su capacidad de retención de agua.

• Reduce la necesidad de fertilizantes químicos.

• Contribuye al cierre del ciclo de la materia orgánica en la naturaleza. También se utiliza en jardinería, reforestación o recuperación de suelos degradados. Así, nuestra peladura, ya convertida en compost, es devuelta a los perales que le vieron nacer, ayudando a que crezcan nuevos frutos y cerrando el ciclo de la orgánica. La utilización de compost proveniente de nuestros restos de comidas constituye, podríamos decir, una “nutrición sostenible de nuestros suelos”.

La cantidad sí importa

¿Y cómo reciclamos la materia orgánica en La Rioja? ¿Se usan los contenedores marrones?

Pues por desgracia, aunque vamos mejorando, todavía se usan poco. Vamos a verlo en cifras: El año pasado, desde enero hasta septiembre se recogieron en La Rioja casi 4.500 toneladas de residuos orgánicos en el contenedor marrón. Este año, en las mismas fechas se han recogido casi 5.200 toneladas, lo que significa que hemos incrementado la recogida casi un 17 por ciento en el último año.

Eso está muy bien, pero, eso que se recoge ¿es mucho o poco? ¿Cuánto deberíamos recoger? El objetivo que marca la legislación vigente a nivel europeo es que, para el año 2025 -dentro de diez años- hay que recoger de forma separada, un 50 por ciento en peso de todos nuestros residuos. En La Rioja se recogieron el año pasado unas 126.000 toneladas de residuos en total. Lo que significa que, para cumplir con dichos objetivos europeos, en el deberíamos recoger de forma separada unas 60-65.000 toneladas de residuos en los diferentes contenedores de reciclaje.

En este momento, la suma de lo que se recoge cada año por separado (sumando el contenedor amarillo, el azul, el verde iglú, los voluminosos y el marrón) es de aproximadamente 30.000 toneladas. Y el resto, algo más de 95.000 toneladas se recoge todo mezclado en el contenedor gris o verde oscuro. Nos falta, por tanto, la mitad para cumplir con el objetivo. Y dado que el 40-50 por ciento del peso de todos nuestros residuos es precisamente la materia orgánica -es lo que más pesa con diferencia- la conclusión es que, para alcanzar los objetivos necesitamos depositar de forma separada en el contenedor marrón unas 25.000-30.000 toneladas de biorresiduos cada año. Dado que se están recogiendo solo algo más de 6.000 toneladas anuales, la conclusión es que, en los próximos diez años hay que multiplicar por 4 o 5 los residuos orgánicos que se depositan en el contenedor marrón.