Tenía 24 años y se encontraba de vacaciones en la isla de Ibiza. El fallecido y sus amigos se alojaban en un hotel de Sant Josep cuando a las cinco de la madrugada tuvo lugar el accidente que ha desencadenado la muerte del joven británico. Sus amigos niegan que se trate de un nuevo caso de 'balconing' aunque desde la dirección del establecimiento creen que esta práctica, que se ha convertido en habitual entre los turistas británicos que acuden de vacaciones junto a sus amigos, ha sido la causa del accidente.
Tras una noche de fiesta, la víctima y sus acompañantes llegaron al hotel. Restaban unos minutos para las cinco de la madrugada. Pocos minutos después de esta hora el joven se precipitó por el balcón. Sólo se escuchó un fuerte golpe y uno de sus amigos bajó a socorrerle. Éste fue quien insistió a la policía desplazada en que se trataba de un mero accidente. Frente a su versión, el director del hotel contó a los agentes que las barandillas del balcón tienen una altura importante como para evitar una caída accidental, que es la idea que sostienen los amigos del fallecido.
No murió en el acto, sino en la clínica del Rosario de Ibiza con un grave traumatismo craneoencefálico, que le provocó la muerte. Además, según publica el diario ELMUNDO.es, la mancha de sangre de la víctima no se encontraba justo bajo el balcón de la habitación del joven, sino en una contigua, lo que reforzaría la idea del 'balconing'.