Poesía, guitarra, microteatro, circo, cata, degustaciones y música así transcurrió el sábado en Encinart

Miles de personas disfrutaron este sábado del XI Encinart. Tal y como cuentan desde la organización, “el día más largo del festival llevó a Enciso propuestas tan diversas como sorprendentes pensadas para un gran abanico de público, desde un recital poético, acompañado por guitarra clásica, hasta breves funciones de microteatro pasando por el circo, los títeres, la danza y, también, la gastronomía, como la cata ofrecida por la Quesería El Alto Cidakos en Antigüedades Momo a las 11:30 o la degustación de salchichón al vino blanco que tuvo lugar posteriormente en la Plaza”.

Durante la mañana, cuatro espectáculos de corte muy diferente se simultanearon en otros tantos escenarios hasta bien entrado el mediodía. A partir de las 11:15, Felipe y Frida, “criaturas fabricadas de materiales reciclados con las manos e imaginación de la compañía Carmelita Descalza, esperaban bajo su carpa-teatro instalada en la Plaza del Hospital; en pases sucesivos, jóvenes y menos jóvenes visitaron el mágico escenario mientras el público infantil acudía casi sin respiro, antes de las 12:30, a la Sala de La Biosfera de El Barranco Perdido, allí descubrieron gracias a Error 404 y los títeres mudos de Ángeles de Trapo que hay vida más allá de la tablet: arte, artesanía y didáctica frente a las nuevas tecnologías”.

Paralelamente, a los pies del monte Guilera, el idílico marco de El Fosal de San Pedro “albergaba la representación más innovadora e íntima en la historia de Encinart: Tutilimundi, la creación escénica de Le Guignol Orthopédique, impresionó a los espectadores que, uno a uno, por breves minutos, se iban adentrando en un teatro en miniatura, pues, el arte siempre vuelve grandes las cosas pequeñas. Media hora después comenzó el concierto que habitualmente programa la Muestra dentro del templo: bajo el título, Hispania: verso y madera, el dúo hispano-chileno Finalis Terra puso música a la mejor poesía jamás escrita en lengua castellana, una sutil simbiosis entre guitarra, palabra y voz irresistible para cualquiera, así lo manifestó la cálida ovación recibida y el que a más de una se le pusieran los pelos de punta”.

Tras un breve paréntesis, a las 18:00, La Finestra Nou Circ abrió la sesión de tarde. Un año más “regresaba el mágico mundo del circo al frontón de Santa Bárbara. ¿Solo circo? ¿O Menphis Rock & Circ?: acrobacias, malabares, teatro y rock & roll para disfrutar en la calurosa tarde enciseña. A continuación, los sonidos y danzas mediterráneos invadieron la Plaza Mayor: Dunia Hennia ofreció más que un concierto, un verdadero baile musical para goce del numeroso público asistente”.

A punto de entrar el nuevo día, hicieron su aparición Las Raras en el escenario principal de Enciso. “Nadie quedó indiferente ante Estoy rara. Crucidramas, una comedia comprometida, descarada e hilarante sobre las odiseas nuestras de cada día que desató carcajadas e inquietudes entre los presentes. Entrada ya la madrugada, desde Pozoblanco, Los Mejía llegaron por primera vez a Encinart y pusieron patas arriba la Historia de Roma con Veni, Vidi, Flatui, juego teatral donde la mitología se mezcla con el surrelismo y la farsa en tono de culebrón sudamericano. El aplauso entregado del público a la compañía cerró este vertiginoso sábado cultural vivido en Enciso”.