Prodi dimite tras perder una moción de confianza
El Gobierno que dirige Romano Prodi cayó hoy tras perder una decisiva moción de confianza en el Senado con 161 votos contrarios, 156 favorables y una abstención. Después de perder el apoyo de la Cámara Alta, 'Il Professore' presente su dimisión ante el presidente de la República, Giorgio Napolitano, que deberá tomar una decisión sobre el futuro institucional del país.
A pesar de las condiciones sumamente desfavorables, que indicaban una derrota casi segura en el Senado, Prodi decidió someterse a esta votación de confianza como último intento para salir de la crisis gubernamental en la que había caído tras perder el apoyo del minoritario partido de la Udeur, que este lunes anunció su salida de la coalición de centro-izquierda que actualmente forma Gobierno.
En un primer momento, se había especulado sobre la posibilidad de que Prodi renunciara a someterse a esta temeraria moción en el Senado y presentara directamente su dimisión al presidente de la República, quien habría podido así rechazar con más facilidad la propuesta del 'premier', encargándole de nuevo la guía del país, con el objetivo de liderar el proceso de reforma de la ley electoral, que, según los observadores, es el verdadero problema de fondo del sistema político italiano.
Sin embargo, Prodi decidió esta mañana de modo definitivo afrontar la votación en el Senado, a pesar de no contar con la mayoría parlamentaria suficiente y con la esperanza de obtener el voto favorable de todos los senadores vitalicios y parte de los dimisionarios de su propia coalición.
VOTAN EN CONTRA CINCO DISIDENTES
Pero, como era de esperar, a los 156 votos contrarios de la oposición se sumaron cinco miembros de la coalición de centro-izquierda, concretamente los del senador del movimiento Liberaldemócrata, Lamberto Dini; los dos dimisionarios de la Udeur; el ex ministro de Justicia, Clemente Mastella, y Tommaso Barbato, además del senador de extrema izquierda, Franco Turigliatto, y el senador del grupo mixto, Domenico Fisichella.
En cuanto a los senadores vitalicios, la única sorpresa fue la del anciano Giulio Andreotti, que después de haber declarado ayer que votaría a favor del Gobierno, a última hora decidió ausentarse de la votación. Aunque su actuación no benefició a Prodi, tampoco lo perjudicó, ya que las ausencias no tienen el mismo significado negativo que las abstenciones.
Los otros cinco senadores vitalicios presentes en el aula, en cambio, decidieron apoyar al 'premier', mientras que el segundo dimisionario del movimiento Liberaldemócrata, Giuseppe Scalera, figuró como la única abstención.
Durante las casi seis horas de debate parlamentario, tampoco faltaron los desencuentros entre los mismos dimisionarios, como los tres Liberaldemócratas, de los que uno de ellos, Natale D'Amico, decidió finalmente apoyar al Gobierno.
DIPUTADO DE LA UDEUR SALE EN CAMILLA
Aunque el verdadero espectáculo de la jornada tuvo lugar tras la decisión de uno de los dimisionarios de la Udeur, Nuccio Cusumano, que se desmarcó de sus otros dos compañeros de partido y votó a favor de Prodi, provocando la ira especialmente de uno de éstos, Tommaso Barbato, que irrumpió en el aula gritando y vociferando insultos en su contra, como “payaso, vendido” y otros improperios.
Al alboroto se sumaron los abucheos e insultos de algunos senadores del centro-derecha, tras lo que Cusumano rompió a llorar y sufrió un mareo, teniendo que salir del aula en una camilla.
GOBIERNO INTERINO, NO ELECCIONES
En su discurso de apertura de la sesión, Romano Prodi había advertido a los senadores de que Italia “no se puede permitir el lujo” de caer en el “vacío” gubernamental. Más tarde y en respuesta a las declaraciones de voto de una parte de los presentes, se hizo eco del llamamiento que le había dirigido el presidente de la República “para que no se vaya al voto con la ley electoral vigente”, que “ha asestado un golpe decisivo a la gobernabilidad” del país, detalló.
De hecho, sería posible que tras presentar su dimisión, el presidente de la República decida dejar el país en manos de un Gobierno institucional o interino, con el objetivo de sacar adelante la reforma de esta norma, criticada por favorecer la entrada en el Parlamento de partidos demasiado pequeños, lo que fomenta además una excesiva fragmentación política e inestabilidad gubernamental.
Sin ir más lejos, el origen de la crisis que llevó hoy a la caída del Gobierno de Prodi ha sido precisamente la falta de cohesión dentro de los mismos partidos de la coalición y en particular, de la Udeur, que a pesar de agrupar sólo el 1,4 por ciento de los votos, cuenta con tres escaños en el Senado.
EL CENTRO-DERECHA BRINDA CON CHAMPAGNE
Por su parte, el centro-derecha recibió la noticia de la caída de Prodi con gran alborozo e incluso algunos senadores abrieron dos botellas de champagne para celebrarlo. En declaraciones a la televisión pública italiana, el líder del centro-derecha, Silvio Berlusconi, se mostró satisfecho pero insistió en que ahora “lo que hay que hacer es ir al voto”.
Jóvenes y seguidores de los partidos de derecha no tardaron ni un minuto en salir a la calle a celebrar la derrota de Prodi con banderas y carteles en los que pedían elecciones anticipadas.
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