Un McIntyre colosal ajusticia al Real Madrid
El base estadounidense Terell McIntyre, que firmó el mejor partido de su carrera (24 puntos, 11 asistencias y 43 de valoración), ajusticiase a los de Messina con una actuación para el recuerdo.
McIntyre, pretendido por el Regal FC Barcelona el pasado verano como refuerzo de lujo para el proyecto culé, ofreció un clínic sobre la cancha, tanto en la dirección, como en anotación y capacidad de liderazgo en los momentos cruciales, para acabar con la resistencia de un Real Madrid intermitente e incapaz de frenar el huracán desatado por el 'playmaker' de North Carolina.
Los blancos se apoyaron en un motivadísimo Kaukenas (21 puntos), que volvía a la que fue su casa y dio muestras de su instinto anotador, complementado por los destellos de su compatriota Lavrinovic (24 tantos), especialmente activo en la segunda parte, y del serbio Velickovic (13).
Sin embargo, los argumentos presentados se antojaron poco, muy poco, para asaltar una pista en la que sólo el Regal FC Barcelona ha sido capaz de imponerse esta campaña. Más aún cuando el jugador de menos estatura sobre el parqué, McIntyre (1.75 metros), se empeñó en demostrar que forma parte de la super élite continental en su posición.
A dos puntos se llegaron a poner los de Messina en el tercer período, incluso en el cuarto, gracias -como viene siendo habitual este curso- a una reacción defensiva tras la reanudación que se encargó de abortar un inspiradísimo McIntyre, respaldado por un 'invitado' al que no se esperaba, el ex blaugrana Denis Marconato, que debutaba en el 'Top 16' y anotó 11 puntos.
LA EXUBERANCIA FÍSICA DE LOS ITALIANOS
No obstante, no fue la superlativa actuación de McIntyre el único problema que tuvo el Real Madrid en el Palasports de Siena. Los de Simone Pianigiani poseen un quinteto muy físico, tanto en el perímetro como en la 'pintura', que nubló casi de inicio la pizarra visitante.
Sólo los primeros cinco minutos invitaron a la esperanza, con el partido igualado y los interiores locales -en los que faltó Ksystof Lavrinovic, el gemelo del jugador del Real Madrid- cargados de falta. Pero fue un espejismo.
McIntyre comenzó su recital, realizando una primera mitad prácticamente perfecta (30 de valoración), bien respaldado por Sato o Domercant desde el exterior, y los hiperactivos Stonerook y Eze en las cercanías del aro.
Un 13-0 de parcial en el primer cuarto tiñó de negro el panorama madridista, obligando a jugar contra remolque todo el partido, en una cancha casi intocable y teniendo enfrente un jugador tocado por los dioses en el día de hoy. Demasiados factores para tan poco aporte.
Ningún jugador blanco, obviando a Lavrinovic, Kaukenas y Velickovic, superó los cuatro puntos. Un bagaje excesivamente rácano como para ganar a domicilio en esta fase de la Euroliga, en la que el Real Madrid ya está obligado a no fallar en Vistalegre.
A finales de febrero, el Montepaschi visitará el coliseo blanco con la posibilidad de dejar el proyecto europeo de Messina al borde de la quiebra. Una prueba de fuego para la que el Real Madrid deberá contar, al máximo de sus posibilidades, con todos sus efectivos si quiere continuar con sus ilusiones en la máxima competición continental.
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