Carmena despidió su mandato con récord de multas por botellón en Centro

La Policía Municipal se empleó a fondo para controlar el botellón durante los últimos siete meses de mandato de Manuela Carmena, cuando el número de multas impuestas por los agentes marcó récords de los últimos cuatro años, según datos del Ayuntamiento de Madrid recopilados por Somos Malasaña. Los meses de diciembre, enero, febrero, mayo y junio fueron especialmente intensos, con cifras superiores al millar de sanciones y el ritmo solo bajó en abril, coincidiendo con la Semana Santa.

Las cifras municipales muestran diferentes fases en cuanto a las multas durante el gobierno de Ahora Madrid. Empezó de forma suave durante 2015 y 2016 pero se incrementó de forma notable en 2017, el año con más sanciones. La situación cambió radicalmente en 2018 cuando, en medio del conflicto abierto por el nuevo convenio de la Policía Local, el mes de julio marcó el mínimo histórico con 142 sanciones por beber alcohol en las calles de todo el distrito Centro. El mismo mes del año anterior se habían impuesto 1.435, como se puede apreciar en el siguiente gráfico:

El incremento de multas coincidió con cambios en las jefaturas de la policía del distrito, pero también con el nombramiento de la comisionada del Ayuntamiento para Malasaña, Mar Barberán. A su llegada, declaró a los vecinos que el consistorio iba a ser “implacable” con el botellón: “Vamos a terminar con él”, les anunció durante su primera reunión, a finales de febrero.

Su nombramiento estaba destinado a luchar contra los principales problemas del barrio (botellón, ruido, viviendas turísticas...) y fue fruto de las presiones vecinales, canalizadas a través de la plataforma SOS Malasaña, un grupo nacido unos meses antes para reivindicar un barrio para vivir y no solo dedicado al consumo y al ocio nocturno.

Lo cierto es que el Ayuntamiento no consiguió acabar con el consumo de alcohol en la calle, pero sí con las concentraciones masivas de bebedores en el barrio. Lo hizo a través de campañas específicas en Malasaña, con cientos de multas cada fin de semana, además de control sobre los lateros y el horario de los locales de copas. También se sancionó especialmente las meadas en el espacio público. Beber alcohol en la calle, fuera de bares y terrazas, está penado en Madrid con entre 100 y 600 euros.

El distrito Centro acumula entre el 40% y el 50% de las multas que se imponen cada mes por beber en la calle en la capital de España. La concentración de varias zonas de copas (Malasaña, La Latina, Chueca, Letras, Sol...) provoca que las sanciones también se acumulen por botellones en plazas como Dos de Mayo, Tirso de Molina o los Jardines del Arquitecto Ribera.

El anterior equipo de gobierno combinó las sanciones con campañas de concienciación a través de puestos en los puntos donde es habitual el botellón y la presencia de lateros, además de con la posibilidad de conmutar las multas económicas con trabajos de limpieza en las calles de la capital. El nuevo Ayuntamiento de Almeida-Villacís no ha explicado aún cómo va a intentar atajar el problema del consumo de alcohol en la calle, aunque sí que detallado sus planes para acabar con los manteros, con los pisos ocupados, así como para eliminar el comité de ética que hacía seguimientos de las quejas ciudadanas por las actuaciones policiales excesivas.