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FEMEN: “Pueden quitarnos una pancarta, el cuerpo no”

Es difícil encontrar una organización que con poco más de 300 activistas en todo el mundo haya acaparado tanto espacio en medios de comunicación como FEMEN. En España no son más de 20 y, sin embargo, cada protesta suya logra muchos minutos de atención informativa. El éxito de su comunicación no es casual, sino fruto de una estrategia minuciosamente preparada. La rama española de este movimiento feminista tiene su base en Malasaña

, lugar desde donde planificaron, por ejemplo, su protesta del pasado octubre en el Congreso, o la más reciente de noviembre durante una manifestación antiabortista.

Cada 20 días tiene lugar también en Malasaña el encuentro nacional de FEMEN, donde se reúnen con las integrantes del grupo de Madrid las militantes que llegan de Barcelona, País Vasco y Andalucía. Además de con las activistas, FEMEN cuenta con un número mucho más amplio de simpatizantes, personas que comulgan con la causa, si bien no han pasado directamente a la acción.

Hablamos con Lara Alcázar, líder de FEMEN España y vecina reciente del barrio. No había sección española hasta que ella la creó en mayo de 2012. Por aquel entonces vivía y estudiaba en su Asturias natal pero, según afirma, en cada país en el que tiene presencia este movimiento el núcleo central del mismo debe estar en la capital o, en su defecto, en el centro administrativo de la nación.

“Si nuestras acciones van esencialmente contra el poder religioso, político y económico es lógico que nosotras estemos justo donde se toman las decisiones y donde suceden las cosas. Partiendo de ese punto, Malasaña nos pareció el lugar ideal en el que instalarnos. Está bien comunicado, es tranquilo y diverso y en la zona vive gente abierta y receptiva con temas sociales. El clima es propicio para nosotras y aquí estamos muy agusto.”

Acciones a pecho descubierto

Acciones a pecho descubierto

La fulgurante fama de FEMEN en todo el mundo no le ha llegado por la singularidad de sus propuestas, que en esencia son las mismas que las de cualquier otro grupo feminista, sino por el modo de llevarlas a cabo: a pecho descubierto, usando su cuerpo desnudo como pancarta y arma para incomodar, importunar y, en definitiva, lograr que se hable y reflexione de temas de los que mujeres como ellas quieren que se hable. A saber: aborto, empobrecimiento femenino, industria del sexo -pornografía y prostitución... A cualquier tipo de “religión patriarcal” también le tienen declarada la guerra. “Da igual que se esté a favor o en contra de lo que manifestamos, lo que queremos es obligar a que se escuche lo que las mujeres tenemos que decir, despertar conciencias y que lo que nos preocupa esté sobre la mesa”.

De su próxima acción, obviamente, Lara no suelta prenda, aunque está claro que algo traman. Las vemos preparando nuevos carteles con distintos lemas. “Las acciones pueden requerir una planificación que vaya desde un día hasta varios meses, pero normalmente tardamos bastante en prepararlas. Tenemos que pensar muy bien qué hacer y cómo hacerlo. Finalmente, el éxito de una acción dependerá de lo que quede reflejado en una fotografía, que será la que distribuya la prensa y en la que tiene que quedar bien claro quiénes somos, contra quién vamos y por qué; y todos esos mensajes deben caber escritos alrededor de nuestro pecho, que es lo que desnudaremos y hacia donde se centrarán todas las miradas. Una pancarta nos la pueden quitar, el cuerpo no. No es sencillo y más ahora que ya hemos perdido el factor sorpresa que jugaba muy a nuestro favor. Ahora nos esperan en muchas partes, aunque si agudizas el ingenio siempre encuentras la manera”.

Todas las acciones que llevan a cabo las distintas agrupaciones de FEMEN nacionales son antes anunciadas al resto de ramas del movimiento. “Siempre debe haber acuerdo y unidad entre nosotras. Hablamos con frecuencia por internet, vía Skype, y estamos al tanto de lo está haciendo cada agrupación. No es difícil el consenso porque todas luchamos por derechos fundamentales de la mujer a través de mensajes básicos; mucha gente empatiza con ello y creamos red. FEMEN es un movimiento unitario y universal, que en cada país encuentra causas específicas contra las que luchar: estamos en contra de cualquier tipo de dictadura, de las prácticas antidemocráticas, a favor de los presos políticos...”

“Esto no es un juego”

“Esto no es un juego”

Como resultado de su última protesta en Madrid, cinco activistas -Lara entre ellas- pasaron 26 horas en prisión, detenidas por exhibicionismo en la vía pública. Salieron, con sus torsos desnudos, al paso de una multitudinaria manifestación antiabortistas que recorrió las calles de la capital.

Los entrenamientos que llevan a cabo semanalmente les sirven para prepararse tanto psicológica como físicamente para materializar este tipo de protestas y saber llevar luego sus consecuencias. “Esto no es un juego. Tienes que estar en forma para actuar rápido y también, si es preciso, para salir corriendo después y evitar que te partan los dientes. En nuestra última acción los antiabortistas nos rociaron con 'spray' rojo y se pusieron violentos. Tienes que saber reaccionar ante los distintos supuestos a los que te puedes enfrentar durante y después de actuar. También es muy importante tener templanza y no responder a las provocaciones. Por ejemplo, cuando te detienen, has de soportar tranquila el trato paternalista de algunos policías y los comentarios insultantes de otros. Tú lo que quieres es salir de ahí cuanto antes. Todo se entrena”.

Sobre el proceder de FEMEN se cierne el amenazante nubarrón de la nueva Ley de Seguridad Ciudadana que prepara el Gobierno y que castiga con fuertes multas formas de protesta como la suya. “Es claramente una ley dictatorial, antidemocrática, que va contra ciertos colectivos específicos. Quieren que dejemos de hacer cosas, pero no lo conseguirán. Tenemos buenos abogados que nos asesoran y encontraremos el resquicio legal que nos permita seguir ejerciendo nuestro derecho a manifestarnos con libertad”, concluye Lara.