El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) prosigue sus operaciones en Siria, pese a la decisión de la ONU de suspender su actividad humanitaria tras el bombardeo ayer a un convoy de ayuda en la provincia septentrional de Alepo.
“Continuamos nuestras operaciones en Siria, lo que ocurrió anoche puede tener algunas consecuencias en nuestro trabajo aquí, como retrasos en la entrega de asistencia que salva vidas”, dijo a Efe la portavoz del CICR en Damasco, Ingy Sedky.
La fuente señaló que su organismo seguirá “haciendo todo lo posible para asistir a la gente de acuerdo a sus necesidades y para garantizar un acceso seguro de la ayuda humanitaria”.
Ayer, un convoy de asistencia, organizado por la Media Luna Roja Siria y la ONU, fue objetivo de un bombardeo en la zona de Auram al Kubra, en el oeste de Alepo, donde, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, murieron al menos 12 personas.
Desde Ginebra, el portavoz de la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR), Benoit Carpentier, confirmó en una rueda de prensa el fallecimiento de un empleado de la Media Luna Roja Siria.
Además de este trabajador, un número indeterminado de civiles perdió la vida y muchos otros resultaron heridos en el ataque, indicó Carpentier.
Tras el bombardeo, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA) anunció hoy que todas las operaciones humanitarias en Siria “quedan suspendidas”.
“Por ahora no tenemos una visión global de lo que pasó, pero se ha tomado la decisión de que todas las operaciones humanitarias de convoyes sobre el terreno quedan suspendidas por el momento”, afirmó en rueda de prensa el portavoz de la OCHA, Jens Laerke, en la capital suiza.