Unas cincuenta personas se reunieron hoy frente a la embajada de Venezuela en Chile para protestar por la situación que vive ese país y para conmemorar el aniversario del inicio de las protestas opositoras del pasado año, en las que murieron 43 personas.
En el exterior de la sede diplomática, decenas de venezolanos residentes y opositores al presidente del país caribeño, Nicolás Maduro, sostuvieron pancartas con frases como “Venezuela libre” y “Liberen a Leopoldo (López)”, en alusión al dirigente opositor de Voluntad Popular, quien se encuentra preso.
López está acusado de los delitos de instigación pública, agavillamiento (asociación para delinquir), daños a la propiedad e incendio por los hechos violentos ocurridos el 12 de febrero de 2014, que dieron inicio a la ola de protestas.
María Laura Liscano, vocera del sector opositor de la comunidad venezolana en Chile, dijo a Efe que hoy se recuerda “a esos chicos que fueron violentados y perdieron la vida”.
“Estamos aquí por los que siguen protestando en la calle y siguen siendo víctimas de este Gobierno asesino y dictatorial”, enfatizó.
A la protesta también llegó Felipe Cuevas, presidente de la juventud del partido de derechas chileno Unión Demócrata Independiente (UDI), que estuvo detenido el año pasado en Venezuela.
“Chile hoy tiene que alzar la voz, no solo la gente, también como Gobierno. Uno espera que la actitud de la presidenta (chilena, Michelle Bachelet) sea distinta”, añadió.
Sin embargo, en el interior de la embajada, en un jardín que tiene la sede diplomática, el Partido Progresista (PRO), el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y el Partido Comunista Acción Proletaria (PCAP), todos chilenos, celebraron, junto a personal diplomático, una reunión privada en apoyo al Gobierno de Maduro.
Hace un año, al finalizar en Caracas una marcha antigubernamental convocada por estudiantes y a la que se sumaron figuras de la oposición como María Corina Machado y Leopoldo López, se registraron una serie de incidentes violentos, principalmente ante la sede de la Fiscalía, que acabaron con la muerte de tres personas y múltiples daños en el edificio que alberga al Ministerio Público.
Los acontecimientos de aquel día marcaron el comienzo de una serie de protestas y levantamiento de barricadas en las calles en contra del Ejecutivo, que se extendieron por cerca de cuatro meses y que dejaron 43 muertos y cientos de heridos y detenidos.
El Gobierno y la oposición se acusan mutuamente de la responsabilidad por las víctimas causadas esos meses.