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Emisarios internacionales apoyan en Marruecos una negociación de paz en Palestina

EFE

Marrakeh (Marruecos) —

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Los distintos emisarios internacionales participantes en la reunión del Comité de Al Quds coincidieron hoy en apoyar el relanzamiento al proceso de paz entre palestinos e israelíes auspiciado por el presidente estadounidense, Barack Obama.

Los quince países miembros del Comité Al Quds (Jerusalén en lengua árabe), así como los representantes de los cinco países miembros del Consejo de Seguridad y de organismos internacionales, reunidos en la ciudad marroquí de Marrakech, manifestaron su apoyo al proceso de paz y condenaron la construcción de nuevos asentamientos en Cisjordania por parte de las autoridades israelíes.

El enviado especial de Francia a la reunión del Comité Al Quds, Jean Claude Cousseran, defendió el carácter “pluralista” de la ciudad de Jerusalén y lamentó que la construcción de viviendas por parte de Israel en territorio palestino constituya “un obstáculo” para el proceso de paz.

Del mismo modo, el enviado especial del Reino Unido para el proceso de paz, Vincent Fean, llamó a que sea “una prioridad apoyar a (la iniciativa de paz) de Barack Obama y de (el secretario de Estado estadounidense) John Kerry con todos los medios políticos” e insistió en garantizar “seguridad para Israel, justicia para Palestina y paz” para los palestinos e israelíes.

Por su parte, Mohamed Sobeih, asesor para cuestiones palestinas del secretario general de la Liga Árabe, Nabil Al Arabi, elogió la “movilización positiva” de paz que se desarrolla actualmente entre los palestinos e israelíes bajo los auspicios de Estados Unidos y considera que no hay “otra oportunidad de paz” sino la iniciativa actual.

Pero el emisario estadounidense, Rachad Husain, se mostró más evasivo en la cuestión de la capitalidad de Jerusalén, al subrayar el “carácter sensible y complejo” de la ciudad, sobre la que en todo caso -recordó- debe garantizarse la libertad de cultos.

Las autoridades israelíes han anunciado la próxima construcción de 1.877 viviendas entre Cisjordania y Jerusalén Este, medida que ya ha sido duramente criticada no solo por los árabes, sino también desde países europeos tradicionalmente “amigos” de Israel.