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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

Líder de izquierdas dice que defender los DDHH en Colombia “tiene pena de muerte”

EFE

Bogotá —

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La excandidata presidencial y líder del partido de izquierdas Polo Democrático Alternativo (PDA), Clara López, consideró en las últimas horas que en Colombia “defender a los humildes o los derechos humanos tiene pena de muerte”.

López se expresó así durante su intervención en la cuarta edición del “Uy, Festival!” que se celebra hasta el 8 de noviembre en Bogotá y que este año tiene como tema central “el miedo de las mujeres, el miedo a las mujeres y las mujeres sin miedo”.

La líder del PDA, que conversó con la periodista y escritora Olga Behar, repasó su trayectoria en la vida pública desde una perspectiva muy personal y reconoció que no ha estado “un solo día en la política sin ser amenazada de muerte”.

En este sentido recordó sus primeros años de activismo político en el partido Unión Patriótica (UP), nacido en 1985 como salida política al fallido proceso de paz impulsado por el entonces presidente Belisario Betancur con la guerrilla de las FARC.

En los dos lustros siguientes, diversas fuentes cifran en más de 4.000 los asesinatos a miembros de la UP por parte de paramilitares y agentes del Estado, lo que terminó con su desaparición en 2002.

Durante el diálogo sobre ese período de genocidio político a la UP, López recordó una conversación con la entonces responsable cultural del partido, Patricia Ariza, a la salida del funeral de uno de sus compañeros, cuando se despidió de ella instintivamente con un: “Nos vemos en el próximo entierro”.

Asimismo, rememoró su carrera hacia la alcaldía de Bogotá en las elecciones municipales del año 1988, cuando al acercarse a entregar las papeletas a los ciudadanos de la capital colombiana los ciudadanos “tenían miedo de recibir el voto”.

Durante aquella época, en la que llegó a sufrir un atentado contra su vida, sintió “un miedo muy grande y muy próximo” que se expresaba en no querer salir de su casa y el temor a ser secuestrada en plena calle, por lo que desde que se inició en política no sale a un espacio público si no es acompañada.

“Desde 1988 hasta hoy no he andado sola por miedo a que me desaparezcan”, dijo la excandidata presidencial.

Ese temor a ser asesinada, secuestrada o desaparecida motivado por las amenazas que recibía, le llevó a condicionar su vida y no acudir a reuniones nocturnas, no salir del perímetro urbano de Bogotá en coche o limitar su vida social.

Tras superar el genocidio político de la UP y un lustro en el exilio en Venezuela, López regresó a Colombia y participó activamente en el PDA, fundado en 2005, partido con el que ingresó en la alcaldía cuando Samuel Moreno fue votado como máximo responsable político de la capital.

Sin embargo, Moreno fue destituido y encarcelado por un caso de corrupción, lo que supuso para la activista “una etapa muy dura tanto en lo individual como en lo colectivo”, cuando tuvo que convertirse en alcaldesa encargada.