El presidente de Argentina, Mauricio Macri, pidió hoy a los titulares de las principales empresas del país que denuncien si detectan “comportamientos mafiosos” y corrupción en su gobierno, mientras avanza una mediática causa por presuntos sobornos de empresarios a miembros del kirchnerismo.
“No tengo pensado hipotecar mi gobierno ni el futuro de los argentinos para defender a nadie que actúe fuera de la ley, y si alguno de ustedes, y quiero ser bien claro, se encuentra con un pedido indebido, acá tienen un presidente al cual acudir y a un equipo de gobierno ante el cual denunciarlo”, dijo Macri al abrir el encuentro anual de la Asociación Empresaria Argentina (AEA).
A juicio de Macri, lo que crea “verdadera estabilidad y la posibilidad de proyectar e invertir a largo plazo” es que las reglas de juego sean “claras y las mismas para todos”, y recordó algunas de las leyes que se han promulgado durante su mandato para evitar irregularidades.
Entre esas normas se encuentran la Ley de Responsabilidad Penal de las Personas Jurídicas y la Ley del Arrepentido, por la que se otorga beneficios penales a los imputados por corrupción que colaboren con la justicia dando datos relevantes que ayuden a aclarar las causas.
Precisamente a esta figura legal se han acogido varios de los empresarios de la obra pública que desde el pasado 1 de agosto han sido detenidos por presuntamente haber entregado millones de dólares en sobornos a miembros de los gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y su viuda, Cristina Fernández (2007-2015), incluidos ellos mismos.
Por esta causa, que ha generado un fuerte impacto mediático en el país, Fernández ya acudió a declarar ante el juez el pasado lunes, cuando negó -en un escrito- todos los cargos y atribuyó su situación a una persecución judicial impulsada desde el Ejecutivo de Macri.
“Estamos construyendo un Estado que rinde cuentas y que combate la corrupción. Es una lucha constante que se hace desde cada oficina del Estado”, dijo.
Macri se refirió también a la situación económica del país, marcada por la fuerte volatilidad económica que ha devaluado el peso más del 60 % en lo que va de año y la alta inflación que continúa registrándose.
“Comparto las preocupaciones y las dudas del momento, pero también es importante no perder el foco ante tantos pronósticos catastróficos, como que este país no tiene destino o que no tenemos futuro, porque sí tenemos futuro”, subrayó, al tiempo que puso como ejemplo el desarrollo energético que está produciendo en Argentina.