El jefe del grupo de Policía Judicial de Guardia Civil en la provincia de Barcelona ratifica las afirmaciones del exdelegado del Gobierno en Catalunya Enric Millo de que agentes del instituto armado recibieron patadas en la cabeza el 1-O y que en un colegio pudo utilizarse producto deslizante para hacer resbalar a los policías. Sin aludir al Fairy, como hizo Millo, sino a “producto deslizante” en un caso, el comandante ha hablado también de dos agentes, en puntos distintos, agredidos con patadas en la cabeza. Escribe Pedro Águeda.
El agente afirma que intervinieron en 19 colegios de la provincia de Barcelona, fuera de la capital, y que no llegaron a más por la resistencia que encontraron en colegios. El comandante destaca que en los dos únicos colegios en los que se encontraron con un dispositivo de mossos más allá de los “binomios” fue en los que la gente les dejó acceder sin problemas. Pero, añade, no encontraban urnas porque las habían “escondido”, en alusión a una supuesta connivencia entre policías autonómicos y votantes.
El mando habla de lanzamiento de sillas metálicas y de madera a sus agentes en dos colegios y otros tantos intentos de atropello, con una moto y un vehículo rural, en otras intervenciones. También califica de “muy grave” el asalto en una ubicación distinta a un guardia civil al que “la masa” le quitó por la fuerza el casco, el escudo y la defensa para después golpearle.