La Defensoría Pública de Río de Janeiro solicitó hoy ante la Justicia de este estado brasileño que prohíba a la Policía realizar disparos desde helicópteros en operaciones antinarcóticos en las favelas, tras una acción este miércoles que dejó seis muertos y un herido.
Los representantes de la Defensoría Pública presentaron un recurso ante el tribunal de justicia de Río de Janeiro para solicitar una medida cautelar que prohíba este tipo de práctica, especialmente en favelas o lugares con alta densidad de población.
La solicitud fue hecha después de que organizaciones no gubernamentales divulgaran vídeos de los vuelos rasantes de un helicóptero policial este jueves en el complejo de favelas de Maré durante una operación policial que dejó seis supuestos narcotraficantes muertos y un adolescente herido tras ser alcanzado por una bala perdida cuando estaba en una escuela.
“Es inaceptable y repugnante ver un helicóptero desde el que se dispara contra una comunidad llena de inocentes”, aseguró el fundador y director de la ONG Luta pela Paz, Luke Dowdney.
El militante denunció que muchas personas corrieron a refugiarse a una escuela pública pero que los policías que estaban en el helicóptero hicieron disparos con fusiles en un área muy próxima al centro de enseñanza.
“El uso de helicópteros para efectuar disparos con armas de fuego indiscriminadamente en locales urbanos con elevada densidad de población mientras la aeronave se mueve a alta velocidad es absurdamente temerario”, denunció el defensor público Daniel Lozoya, integrante del Núcleo de Defensa de los Derechos Humanos (Nudedh) de la Defensoría Pública.
Según Lozoya, autor del recurso presentado ante la Justicia, con esa práctica, “la posibilidad de alcanzar personas inocentes es inmensa, al punto que, nuevamente, un adolescente fue herido”.
El representante de la Defensoría también aseguró que la práctica provoca “terror psicológico” entre los habitantes de las comunidades y daños materiales por obligarlos a interrumpir todas sus actividades.
La operación de este miércoles para capturar narcotraficantes en Maré, el mayor complejo de favelas de Río, fue realizada en el marco de la intervención militar decretada en febrero por el Gobierno para frenar la ola de violencia que se desató tras la celebración de los Juegos Olímpicos de 2016 y que tan sólo el año pasado causó 6.731 muertes en Río de Janeiro, entre ellas más de 100 policías y diez niños alcanzados por balas perdidas.