Unos 300 inmigrantes del centro de acogida de la localidad búlgara de Harmanli, a 50 kilómetros de la frontera turca, protestaron hoy por las malas condiciones de vida y trataron de abandonar el lugar, según informaron hoy varios medios búlgaros.
Según informa la web del diario “24 chassa”, la protesta acabó varias horas después sin incidentes violentos en lo que es una antigua base del Ejercito búlgaro reconvertida en centro de acogida para 3.200 personas.
La protesta estalló por la mañana y la policía y la gendarmería enviaron numerosos efectivos para apoyar a los cien agentes del centro.
Los internos han solicitado asilo político en Bulgaria y hasta que no se decida sobre su solicitud no pueden abandonar las precarias instalaciones, que han sido criticadas por ONG internacionales como Amnistía Internacional y Human Rights Watch (HRW).
En lo que va de año más de 16.000 personas han sido interceptadas en Bulgaria tras cruzar de forma ilegal la frontera, sobre todo desde Turquía, según datos del ministerio del Interior.
La mayoría son de Afganistán, aunque hay un numero menor de Irak y Siria, según esos datos.
En la pasada semana la policía interceptó a 417 inmigrantes, un numero menor a otras semanas debido a la bajada de las temperaturas y las lluvias otoñales.