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El grupo de Vox en el Ayuntamiento de Sevilla le ha arrancado al alcalde, José Luis Sanz (PP), concesiones pequeñas pero muy simbólicas, y quiere que esto incluya otro de los pilares de su ideario: recortar todo lo que pueda en iniciativas para el sector LGTBIQ. Por ello, considera que ahora el regidor “pone en riesgo la estabilidad del gobierno” con una programación por el Mes de la Diversidad Sexual que considera “desmedida y desquiciada” y que tiene su principal reflejo en “haber inundado la ciudad de banderas LGTBI”.
El amago de crisis es el desencuentro más aparatoso entre ambas formaciones desde que, el pasado enero, suscribieran el pacto presupuestario que desbloqueó las cuentas municipales para 2025. Con él, los populares lograron un importante balón de oxígeno, pero al precio de meter de lleno la agenda ideológica de la formación de ultraderecha en el consistorio hispalense.
Su portavoz, Cristina Peláez, ha denunciado un “despilfarro de dinero público” que considera que el PP lleva a cabo “para contentar a la izquierda”. Entre las principales acusaciones, enumera que “la ciudad y edificios públicos municipales hayan amanecido inundados de banderas LGTBI”, así como el pago de 26.000 euros a Belén Esteban como pregonera del Mes de la Diversidad.
“Alarde de banderas LGTBI”
“Ni con los gobiernos socialistas habíamos asistido a tal alarde de banderas Lgtbi por toda la ciudad”, lo que incluye los centros cívicos municipales, “algo que nos sorprende, nos alarma y nos preocupa”. “Los impuestos de los sevillanos no están para esto”, por lo que anuncia una “batería de preguntas” para que el gobierno local “justifique” el gasto de 263.000 euros en el pregón y los conciertos programados.
El malestar del partido de Santiago Abascal se produce pese a las concesiones que ha obtenido del PP, principalmente la ansiada Oficina de Maternidad que los colectivos feministas califican de “chiringuito antiaborto” y que gestionan directamente. Junto a ello, ha impuesto la eliminación de fondos en igualdad, atención a la población inmigrante local y cooperación –incluso ha encajado una cláusula antipalestina–, obteniendo asimismo una subvención directa y sin concurrencia competitiva para una asociación antiaborto, partidas para honrar a la Inmaculada y a San Fernando y la creación de una oficina contra la ocupación.
Para la portavoz de Vox, el PP “pretende que el PSOE y Podemos le perdonen la vida” por haber pactado con ellos las “oficinas de la Maternidad y Antiokupación”. El objetivo que perseguiría Sanz “tirando el dinero y organizando un Mes de la Diversidad que para sí lo hubieran querido los gobiernos socialistas” sería única y exclusivamente “darse un barniz progresista”.
Un “agente de la izquierda”
“Al alcalde le han colado una programación Lgtbi absolutamente desmedida y desquiciada, poniendo en riego la estabilidad de un gobierno que le ha costado enderezar más de un año y medio”, apunta Peláez. Recuerda así que en la primera parte del mandato fue constante el bloqueo de Vox a las iniciativas del PP por no querer incluirles en el gobierno local.
La portavoz define la programación como “broma de mal gusto del delegado municipal de Igualdad, convertido en una suerte de agente de la izquierda”. De paso, le acusa de pagar cantidades “alucinantes” por actuaciones “mientras se nos marchan a otras ciudades festivales como el Monkey Week por falta de apoyo municipal”.
Es evidente que el mantenimiento de las actividades del Mes de la Diversidad escuece especialmente en Vox, y es que todavía no ha logrado colgarse ninguna medalla en relación con el colectivo LGTBI en Sevilla. Pese al berrinche y a la trompetería que le acompaña, no es previsible que la sangre llegue al río y esto derive en una crisis real que ponga en riesgo un pacto con el que las dos partes están más que satisfechas.