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Benedicto XVI dimitió por el insomnio contra el que se medicaba desde 2005

No renunció por incapacidad ni por cansancio. O, al menos, no directamente: el “motivo central” de la dimisión de Joseph Ratzinger no fue otro que el insomnio, según una carta escrita por el Papa emérito a su biógrafo, Peter Seewald, y que publica en su último número la revista 'Focus'. Según la misiva, Benedicto XVI se medicaba desde 2005 contra el insomnio, “que me había acompañado ininterrumpidamente desde la Jornada Mundial de la Juventud de Colonia” en 2005.

Las “fuertes medicinas” prescritas por su médico personal, y que funcionaron al principio, garantizando según Ratzinger su “disponibilidad” como Papa, “pronto alcanzaron sus límites” y se vieron, progresivamente, incapaces de “garantizar” el ejercicio de su misión como Pontífice.

El hecho que marcó la decisión final de Ratzinger fue un accidente sufrido durante su viaje a México y Cuba en marzo de 2012, cuando se despertó una mañana con su pañuelo “totalmente empapado de sangre”, debido a una caída de la que no recordaba nada. “Debí haberme tropezado con algo en el baño, y me caí”, escribió el Papa, quien confiesa que un cirujano consiguió coserle de tal modo que “afortunadamente” los fieles no vieron sus lesiones.

Pero, desde ese momento, admite Ratzinger, sabía que “no podría hacer frente” a la siguiente gran cita, fijada para 2013: la Jornada Mundial de la Juventud de Brasil. Tras el accidente, su nuevo médico personal le instó a reducir el número de somníferos, así como a aparecer en público únicamente por las mañanas durante sus viajes, y así evitar riesgos. “Esas restricciones solo podían aplicarse durante un breve período de tiempo”. De ahí que su renuncia fuera preparada con una antelación de casi un año. 

En la carta a Seewald, Benedicto XVI subrayaba que también él había tomado la decisión de dimitir tras una “reflexión sobria y meditada”. En ese momento, ya no podía ejercer el cargo adecuadamente. Benedicto XVI renunció al cargo de Papa el 28 de febrero de 2013. El resto es historia: el Papa Francisco fue elegido el 13 de marzo de 2013 (dentro de un mes se cumple una década al frente de la Iglesia) y voló a Río para la JMJ. La pasada Nochevieja, Benedicto XVI fallecía en el Vaticano

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