Vigo, 29 jun (EFE).- El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, ha advertido este martes en Vigo de que “el ocio descontrolado, los botellones colectivos y la falta de vacunas son un cóctel explosivo”, como se ha demostrado con el macrobrote de Mallorca, el cual ha disparado el índice de positividad en Galicia.
Son más de cien los gallegos contagiados, que podrían aumentar en función de los resultados de las PCR que se le practicarán hoy a las 90 personas que aterrizarán en el aeropuerto de Santiago procedentes de Mallorca.
Feijóo ha advertido de que “el protocolo está vigente, no derogado” y que si la incidencia acumulada se dispara la Xunta no dudará en aplicar restricciones en los ayuntamientos donde suceda.
“Esta situación es injusta para las personas que se han venido cuidando durante todo este tiempo y pienso que los organizadores y los que han consentido esa macrofiesta han incurrido en una irresponsabilidad difícil de explicar a los padres y muy difícil de explicar a los servicios sanitarios de las comunidades autónomas que estamos padeciendo ese contagio masivo”, ha dicho Feijóo tras un acto en la ciudad.
El presidente, que ha calificado de “sorprendente” la fiesta de Mallorca, ha recordado que “el botellón es ilegal” y ha señalado que resulta “incomprensible” que se lleven a cabo “en plena pandemia”, por lo que ha pedido a los jóvenes que se abstengan de participar en ellos y a la Policía Local de las diferentes localidades que los eviten.
“Pedimos un poco de paciencia. Este verano será el último con restricciones si nos cuidamos y si llegamos al otoño sin ningún disgusto y sin ningún brote explosivo como los que se pueden dar en un cóctel peligrosísimo, que es el ocio descontrolado, los botellones colectivos y la falta de vacunas”, ha dicho Feijóo, quien ha vuelto a pedir disculpas a los más jóvenes por no disponer de vacunas para ellos.
El presidente, que ha calificado de “muy mala noticia” lo ocurrido en Mallorca, ha añadido que situaciones así “destrozan los veranos de esa gente que quiere disfrutar y de sus familias” y, además, suponen un sobreesfuerzo asistencial que “los servicios de salud no se merecen”, ha concluido.