¿Vendrá León XIV a España? “Podéis tener más que esperanza”, señaló Robert Prevost el pasado 27 de noviembre en el vuelo que le llevaba de Roma a Ankara, en el que supuso su primer viaje internacional desde que fue nombrado Papa en sustitución de un Francisco que, a diferencia de sus antecesores (Juan Pablo II y Benedicto XVI hicieron de nuestro país uno de sus destinos preferidos), no quiso pisar suelo español.
Y es que nuestro país, 'olvidado' como destino (no como preocupación) en el anterior pontificado, está ahora en la agenda de León XIV. Así, tal y como puede confirmar elDiario.es, un pontífice volverá a besar suelo español (la última vez fue en agosto de 2011 a Madrid, con la última visita de Ratzinger), y lo hará, si nada se tuerce, en 2026. En concreto, en junio del próximo año.
El viaje forma parte de las primeras carpetas que se ha encontrado el nuevo nuncio en España, Piero Pioppo, que este jueves presentó sus credenciales ante Felipe VI y que antes había sido convenientemente aleccionado por un León XIV que quiere culminar el proceso de renovación en el episcopado hispano iniciado por Francisco, y a la vez afianzar las relaciones el Ejecutivo socialista, maltrechas en las últimas fechas tras la nueva ruptura de la neutralidad política llevada a cabo por el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello.
¿Cuándo y dónde vendrá León XIV? Tal y como ha podido confirmar elDiario.es, a falta de confirmación oficial por parte de la Santa Sede, el Papa podría llegar a España el próximo mes de junio, en una visita de varios días, más similar al primer gran viaje de Juan Pablo II en 1982 que a las escalas puntuales de Ratzinger. Con dos destinos claros (Barcelona y Madrid), y varias posibilidades sobre el tapete.
Y es que Prevost tiene pensado viajar a Barcelona para conmemorar el centenario de la muerte de Antoni Gaudí en la Sagrada Familia, que apura el fin de sus obras en el interior (en el exterior, habrá que esperar a un cambio en el plan urbanístico de la ciudad, para poder permitir que la fachada de la Gloria y la pasarela diseñada por el 'arquitecto de Dios', y que implicaría la desaparición de un par de bloques de viviendas, pueda llevarse a cabo), con el añadido de poder presidir la beatificación del genial artista de Reus. A falta del reconocimiento de un milagro, tanto la diócesis de Barcelona como la Generalitat se muestran confiados de que el Papa acuda el 10 de junio a la basílica. De hecho, Salvador Illa fue el primer político español en ser recibido por León XIV, a quien hizo llegar la invitación oficial tanto del Govern como del Gobierno al pontífice. Una invitación a la que, como es preceptivo, se ha sumado el Arzobispado de Barcelona, la Conferencia Episcopal y la Casa Real. “El Papa quiere venir, y salvo sorpresa mayúscula, lo hará”, subrayan a elDiario.es fuentes implicadas en la organización del evento.
Razones para un viaje
¿Qué supondrá la visita de León XIV a España? Para muchos, un 'retorno' del papa a tierras hispanas. Y es que nuestro país ha sido el más visitado tanto por Juan Pablo II como por Benedicto XVI, pero 'olvidado' por Francisco, que sabía muy bien las tensiones (internas y externas) vividas en la Iglesia de nuestro país.
Ahora, Prevost quiere confirmar en la fe a los católicos españoles, y trazar –al más puro estilo Tarancón– una profunda, y necesaria, renovación. Su llegada, además podría marcar un nuevo rumbo en las maltrechas relaciones Iglesia-Gobierno en España. Una opción por la que trabajan, de forma mancomunada, tanto el cardenal Omella –quien ya tendría 80 años para esa fecha– como el president Illa, con el total apoyo del Gobierno de Sánchez, que ve en una visita papal una oportunidad para 'cambiar el foco' en una legislatura que atraviesa un momento delicado.
Fuentes eclesiales, sin embargo, apuntan a que una visita del Papa podría 'potenciar' al presidente de cara a convocar elecciones para después del verano de 2026, una opción por la que los actuales dirigentes de la CEE, por lo visto en las últimas fechas, no parecen apostar.
Junto a Barcelona, Madrid será el segundo destino de la gira papal. La capital de España se asoma como el eje del encuentro de Prevost con los centros de poder económico, social, político y religioso de nuestro país, y dejar claras sus intenciones respecto a la Iglesia y la sociedad españolas. Su estancia en Madrid también serviría para catapultar al cardenal José Cobo como líder de la Iglesia española, toda vez que monseñor Argüello no podrá repetir, por una cuestión de edad, en las próximas elecciones a la presidencia en la Conferencia Episcopal. Las alternativas que algunos están planteando chocarían con el hecho de que, hoy por hoy (las cosas podrían cambiar en un hipotético consistorio de nombramientos cardenalicios), el único purpurado en activo –con la salvedad ya comentada de Omella– en España es José Cobo. Un Cobo que conoce perfectamente a Prevost, con el que ha colaborado. Y colabora.
Más allá de Madrid o Barcelona, Santiago de Compostela emerge como una hipotética tercera sede. La tumba del Apóstol, especialmente en este momento en que las ideologías vuelven a querer apoderarse del alma cristiana de Europo, es un lugar icónico para todos los papas. La cercanía del Año Santo Compostelano (si el Papa viene en 2026, no vendrá en 2027) podría permitir una parada de Prevost hasta la tumba del Apóstol. Alba de Tormes, los centenarios de San Juan de la Cruz y de la Escuela de Salamanca que se celebrarán en 2026 podrían servir para que la provincia castellana tuviera un hueco en la agenda papal, quien también podría querer visitar Alcalá de Henares o Toledo (inmerso también en el VIII Centenario de su catedral). Sin olvidar Valencia, ni Andalucía, aunque en este caso por el momento no haya prevista ninguna visita al sur de nuestro país. Por el momento, solo Madrid y Barcelona aparecen en el plan, que podría ampliarse con Santiago (y, aunque no hay una invitación conjunta, tal vez a Portugal -Fátima-).
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