Aparecen zapatos romanos gigantes en el Muro de Adriano: ¿quién los usaba?

Un conjunto de zapatos romanos hallados recientemente en el fuerte de Magna, en el norte de Inglaterra, ha dejado perplejos a los arqueólogos. De los 32 ejemplares recuperados durante la campaña de excavación de este año, ocho presentan longitudes iguales o superiores a los 30 centímetros, lo que equivaldría a tallas 13 o 14 del Reino Unido y a un 47–48 en el caso de España y del resto de Europa, muy por encima del promedio documentado hasta ahora en yacimientos similares. Estos hallazgos se suman a una colección de más de 5.000 calzados romanos que conserva el Vindolanda Trust, pero con una particularidad que marca un antes y un después en la interpretación de la presencia romana en esta región fronteriza: el tamaño.

Zapato de talla récord

El zapato más largo hallado en Magna mide 32,6 cm y ha batido el récord del Trust. Para ponerlo en perspectiva, en el yacimiento de Vindolanda, uno de los más excavados de la frontera norte del Imperio Romano, tan solo entre el 0,4% de los calzados encontrados alcanzaban esas dimensiones. En cambio, en Magna, los zapatos extra grandes suponen ya el 25% de la muestra recuperada, lo que apunta a diferencias sustanciales entre ambas poblaciones. Según la arqueóloga y especialista en calzado romano, la profesora Elizabeth Greene, “hay algo claramente distinto en Magna. Incluso considerando una posible contracción del cuero por el paso del tiempo, estos zapatos son notablemente grandes”.

Parte del Magna Project

La excavación forma parte del ambicioso Magna Project, un plan de cinco años financiado por el National Lottery Heritage Fund que combina arqueología tradicional, prospección geofísica y análisis geoarqueológicos. El proyecto busca conocer a fondo el uso histórico de este enclave, que alberga un fuerte, parte del Muro de Adriano, un medio milecastle, el vallum, zonas de vertedero, cementerios y tres antiguas vías romanas: la Military Way, la Stanegate y la Maiden Way. El área excavada este año corresponde a los fosos defensivos septentrionales, donde se alcanzaron capas de sedimento en condiciones anaeróbicas que permitieron una excepcional conservación de objetos orgánicos, como los zapatos.

Además del hallazgo de calzado, se ha recuperado una peineta de madera, descrita por la arqueóloga Rachel Frame como “prácticamente igual a un peine para liendres actual”. Frame también ha confirmado que en la colección hay calzado infantil, lo que sugiere que en Magna habitaban no solo soldados, sino también civiles o familias. No obstante, por el momento no se sabe con certeza a qué periodo exacto pertenecen los objetos. Para establecer una cronología más precisa, el equipo analizará piezas de cerámica halladas en las mismas capas, comparando estilos y técnicas con otros materiales datados.

Una teoría abierta

Las teorías sobre los zapatos de talla gigante todavía son abiertas. Una posibilidad es que reflejen la presencia de individuos de mayor estatura, quizás soldados reclutados en regiones específicas del Imperio, aunque también podrían responder a otras razones culturales o logísticas. Rachel Frame subraya que, aunque de momento no se puede establecer una explicación definitiva, “es inusual, y eso ya nos obliga a repensar ideas preconcebidas sobre la uniformidad en los campamentos romanos”.

El director del Trust y responsable de las excavaciones, Andrew Birley, insiste en que este tipo de descubrimientos solo son posibles si las condiciones del suelo lo permiten, como ocurre en Magna o Vindolanda, donde la baja presencia de oxígeno preserva materiales como cuero o madera. No obstante, advierte que esta suerte está en riesgo: “El cambio climático está alterando el equilibrio hidrológico de estos yacimientos, y podríamos perder información vital sobre el pasado si las capas orgánicas se deterioran”.

Un proyecto con prespectivas de futuro

Uno de los valores añadidos del proyecto Magna es su dimensión comunitaria y formativa. Equipos de voluntarios llegados de todo el mundo trabajan codo a codo con los arqueólogos, y muchos estudiantes participan en prácticas de campo. El proyecto no solo aspira a generar nuevo conocimiento histórico, sino también a formar a nuevas generaciones en técnicas de excavación, conservación y documentación.

A largo plazo, el Magna Project prevé elaborar un plan de gestión integral para proteger este enclave frente a amenazas ambientales. Gracias al enfoque multidisciplinar y al uso de tecnologías avanzadas, como el escaneo geofísico o la modelización del terreno, se busca preservar no solo los restos materiales, sino también la información que estos contienen sobre la vida cotidiana, la movilidad y la diversidad en los márgenes del Imperio romano. En este sentido, un simple zapato, aunque sea de talla gigante, puede ser clave para reconstruir la historia de quienes vivieron y marcharon sobre estas tierras hace casi 2.000 años.