La portada de mañana
Acceder
Los whatsapps que guardaba Pradas como última bala implican de lleno a Mazón
La polarización revienta el espíritu de la Constitución en su 47º aniversario
OPINIÓN | 'Aquella gesta de TVE en Euskadi', por Rosa María Artal

Marc Márquez repite la épica en Japón su noveno mundial, e iguala a Rossi: “Luché, luché, luché, y he vuelto a ganar de nuevo. Me siento en paz”

Ada Sanuy

29 de septiembre de 2025 06:00 h

0

Marc Márquez volvió a demostrar que su leyenda en MotoGP está lejos de terminar. Este domingo, en el Gran Premio de Japón disputado en el circuito de Motegi, el piloto de Cervera se proclamó campeón del mundo por novena vez en su carrera deportiva. Lo hizo sin necesidad de ganar la carrera: un segundo puesto, por detrás de Francesco Bagnaia, le bastó para cerrar matemáticamente el campeonato a falta de cinco citas. Con este título, Márquez alcanza los nueve mundiales y se coloca al nivel de Valentino Rossi, uno de sus grandes referentes y rivales históricos.

Así fue la carrera en Motegi

La carrera en Motegi estuvo a la altura de la ocasión. Márquez salió con fuerza, defendió posiciones en el grupo delantero y se encontró con un combativo Pedro Acosta en las primeras vueltas. El murciano, que había sorprendido con un ritmo muy alto en los entrenamientos, plantó cara al ’93’, pero finalmente cedió ante el empuje del ocho veces campeón de MotoGP. Al frente, Bagnaia imponía su ley, aunque un inquietante humo blanco que comenzó a salir de su Ducati generó dudas en el muro italiano. Aun así, el turinés se mantuvo firme hasta el final y conquistó la victoria en casa de Honda.

Para Márquez, sin embargo, el objetivo estaba claro: asegurar los puntos necesarios para proclamarse campeón del mundo. Con la calculadora en la cabeza y un ritmo constante, firmó un segundo puesto que sabía a gloria. En el muro de Ducati, las lágrimas y los abrazos entre sus mecánicos evidenciaban lo que estaba en juego. Su hermano Álex, sexto en la prueba, fue uno de los primeros en felicitarlo. La escena simbolizó una temporada impecable, construida sobre la regularidad y la determinación de volver a ser el número uno.

El regreso tras una complicada etapa

El título de 2025 tiene un significado especial. Es el primero que consigue desde 2019, tras años marcados por lesiones, operaciones y un calvario físico que puso en entredicho su continuidad en la élite. Aquel accidente en Jerez en 2020 abrió un periodo negro en el que acumuló fracturas, recaídas y un evidente descenso de competitividad. Durante mucho tiempo, incluso se llegó a especular con una retirada prematura. Pero Márquez eligió el camino más difícil: reinventarse. Su llegada a Ducati le dio la herramienta que necesitaba para volver a pelear arriba, y el resultado ha sido inmediato.

No quiero recordar, solo quiero disfrutar del momento, aunque es verdad que ha resultado superdifícil. Pero ahora me siento en paz. Cometí un gran error en mi carrera por regresar de una lesión demasiado pronto. Luché, luché, luché, y he vuelto a ganar de nuevo. Me siento en paz”, confesó emocionado al terminar la carrera. Sus palabras resumen un camino plagado de sacrificios que encuentra en Motegi su recompensa. No es casual que el trazado japonés sea el escenario de su novena corona: allí ya se había coronado más ocasiones, y allí Honda celebró muchos de sus títulos en el pasado. El destino quiso que el circuito de la casa que marcó su carrera fuera también testigo de su resurrección deportiva con otra fábrica.

Un palmarés a la altura de 'Il Dottore'

El palmarés de Márquez habla por sí solo. Suma nueve títulos mundiales: uno en 125cc (2010), uno en Moto2 (2012) y siete en MotoGP (2013, 2014, 2016, 2017, 2018, 2019 y 2025). A ello hay que añadir 99 victorias, 126 podios y 104 poles. En la categoría reina acumula 73 triunfos y se ha convertido en el piloto con más poles de la historia, superando a Rossi y Jorge Lorenzo en ese registro. Con solo 32 años, su legado estadístico es ya difícil de igualar, aunque aún tiene margen para ampliarlo en los próximos años.

La comparación con Valentino Rossi es inevitable. El italiano, mito indiscutible del motociclismo, acumuló nueve títulos mundiales (siete en MotoGP, uno en 250cc y otro en 125cc) y se convirtió en un icono más allá de las pistas. Márquez ha igualado ahora su cifra de campeonatos, reavivando el eterno debate sobre quién es el mejor piloto de la historia. Rossi cimentó su leyenda con un carisma inigualable y una longevidad fuera de lo común; Márquez lo ha hecho con un dominio demoledor en sus mejores años y una capacidad de reinventarse tras las lesiones que pocos esperaban.

En términos estadísticos, el español ha dejado atrás a Mick Doohan, que conquistó cinco títulos consecutivos en 500cc en los años noventa. Con sus siete coronas en la categoría reina, Márquez se coloca ya al nivel de Valentino Rossi y queda a solo una de las ocho que firmó Giacomo Agostini, todavía el piloto con más campeonatos en la cilindrada máxima.La discusión sobre el “GOAT” (Greatest of All Time) está más abierta que nunca.

A falta de cinco grandes premios para cerrar el curso, Márquez encara lo que queda de temporada con la tranquilidad del campeón. Su noveno título no es un punto final, sino un trampolín hacia nuevos retos. El ’93’ tiene contrato en vigor, un equipo competitivo y la motivación de seguir escribiendo capítulos en la historia del motociclismo. Igualar a Rossi es ya un hito mayúsculo; superarlo sería el golpe definitivo para consagrarse como el mejor piloto de todos los tiempos.

En Japón, entre lágrimas, abrazos y banderas, Márquez volvió a saborear la gloria que muchos creían perdida. Con nueve títulos mundiales, una legión de seguidores y la determinación de seguir en la cima, el piloto de Cervera confirma que su epopeya aún no ha terminado. Lo que viene a partir de ahora ya no es una cuestión de retorno, sino de legado. Y el suyo, tras Motegi, se escribe con letras doradas.