El piloto brasileño Felipe Massa ha logrado su primer gran avance judicial en el caso por el que denuncia que el título mundial de 2008 le fue arrebatado por el conocido ‘crashgate’. Un tribunal de Londres ha dictaminado que su demanda sí debe ir a juicio, al considerar que tiene un “prospecto real” de probar su caso. Sin embargo, el mismo fallo deja claro que la clasificación final del campeonato no será revisada: Lewis Hamilton seguirá siendo oficialmente el campeón de 2008.
El juez Robert Jay ha aceptado que existen fundamentos suficientes para que Massa pueda reclamar daños y perjuicios contra la FIA, la FOM y Bernie Ecclestone. No obstante, el magistrado rechaza de forma tajante cualquier intento de modificar los resultados deportivos de aquel año, al negar el “alivio declaratorio” que Massa solicitaba para que se reconociera que habría ganado el Mundial si el escándalo de Singapur se hubiera gestionado de otra manera.
La reacción del brasileño
Massa celebró la decisión como “un gran día” para él y para quienes defienden una competición justa. Desde el inicio de su ofensiva legal, el piloto ha insistido en que no busca reabrir el campeonato, sino esclarecer si los organismos del Mundial actuaron de manera correcta al gestionar la información disponible en 2008. Para él, el juicio representa una oportunidad para determinar si se le causó un perjuicio económico por cómo se manejó el caso.
La base de la causa
La demanda se centra en el Gran Premio de Singapur de Fórmula 1 de 2008, donde Nelson Piquet Jr. provocó deliberadamente un accidente para favorecer la estrategia de su compañero Fernando Alonso. Aquella maniobra alteró por completo la carrera: Massa, que salía desde la ‘pole’, terminó fuera de los puntos tras una parada en boxes caótica, mientras Hamilton terminó tercero y sumó puntos decisivos para un campeonato que finalmente ganó por un solo punto. Massa reclama ahora 73 millones de euros en concepto de daños económicos derivados de aquel episodio.
El argumento central del brasileño es que la FIA, la FOM y Ecclestone conocían el amaño durante la propia temporada 2008, pero decidieron no actuar para no perjudicar la imagen del deporte. Esa supuesta falta de actuación, sostiene, le impidió reclamar en su momento y permitió que los resultados se mantuvieran pese a estar condicionados por un fraude probado. Para él, esa ocultación constituye la base del perjuicio económico que ahora quiere que los tribunales examinen.
Las tres partes demandadas han negado categóricamente esa versión. Sus abogados alegan que cualquier reclamación está fuera de plazo y que han pasado demasiados años como para que un tribunal pueda pronunciarse sobre la responsabilidad civil del caso. También sostienen que Massa perdió el título “por sus propios errores”, y no por Singapur, insistiendo en que el campeonato no puede reabrirse ni reinterpretarse más de una década después.
Si lo niegan, ¿por qué la defensa se aferra a ello?
La reapertura del caso se desencadenó en 2023, cuando Bernie Ecclestone afirmó en una entrevista que él y el entonces presidente de la FIA sabían desde el primer momento que el accidente de Piquet Jr. había sido deliberado. Según sus palabras, la decisión de no actuar se tomó para “proteger al deporte”. Esa declaración llevó a Massa a reexaminar la situación, al considerar que no dispuso de información esencial para defender sus derechos durante la temporada. No obstante, la normativa vigente en 2008 ya impedía modificar campeonatos una vez entregados los premios.
El juicio que ahora se abre no pondrá en cuestión el título de Hamilton, que el tribunal considera inamovible, pero sí podría sentar un precedente sobre la responsabilidad de las instituciones deportivas en la gestión de incidentes que afecten al resultado de un campeonato. Massa aspira a una compensación económica y a que se reconozca que se le causó un perjuicio. La FIA y la FOM, por su parte, afrontan un proceso que examinará cómo se manejaron los hechos más controvertidos de la temporada 2008.