A nadie le amarga un dulce por Europa: los 5 postres más reconocidos en toda Bélgica

Pocas cosas despiertan tanta unanimidad como un buen postre. Y si hablamos de los más célebres del continente, Bélgica juega en otra liga. Su historia culinaria, marcada por la precisión artesanal y una fuerte cultura pastelera, explica por qué los postres de Bélgica se han convertido en un referente más allá de sus fronteras. Entre masas ligeras, cremas suaves y chocolates de fama mundial, estos cinco clásicos abren la puerta a un universo donde el dulce se toma muy en serio.

En este recorrido por la repostería belga asoman nombres que cualquier viajero ha escuchado —o probado—: los gofres, el chocolate o el speculoos, dulces que han cruzado fronteras sin perder identidad. Bélgica puede dividirse por lenguas o regiones, pero hay algo que la mantiene unida: su manera de convertir el postre en una pequeña obra cotidiana.

1. Gofre belga

El gran emblema del país. Existen varias versiones, pero las más conocidas son el gofre de Bruselas, ligero y crujiente, y el de Lieja, más denso y caramelizado. Se consumen solos o con azúcar, chocolate o fruta, y están presentes en calles, cafeterías y desayunos.

2. Chocolate belga

Más que un postre concreto, es una institución. Pralinés, tabletas y bombones forman parte del día a día y de los regalos más habituales. La clave está en la calidad del cacao y en una tradición chocolatera muy arraigada.

3. Speculoos

Galletas crujientes y especiadas, tradicionalmente asociadas a San Nicolás. Su sabor a canela y otras especias las ha convertido en un acompañamiento habitual del café y en uno de los dulces belgas más reconocibles fuera del país.

4. Tarte au riz

Una tarta típica de la región de Lieja. Se elabora con arroz con leche sobre una base de masa, dando como resultado un postre sencillo, suave y muy ligado a la repostería casera.

5. Couque de Dinant

Una galleta muy dura y compacta elaborada con miel y harina. Es un dulce tradicional del sur del país, más decorativo que tierno, y representa una de las expresiones más antiguas de la repostería belga.