Situada en la provincia de Granada, Baza es una ciudad andaluza con una destacada trayectoria histórica y cultural. Con algo más de 20.000 habitantes y una superficie que supera los 540 kilómetros cuadrados, es uno de los municipios con mayor extensión de Andalucía. Se localiza a unos 100 kilómetros de la capital provincial, y en los últimos años, su peculiar paisaje urbano —marcado por viviendas excavadas en la roca— ha atraído el interés del turismo rural y de interior.
Estas viviendas, conocidas como casas cueva, forman parte de un conjunto habitacional tradicional muy arraigado en la comarca. Se han construido excavando directamente en la roca, aprovechando las características geológicas del terreno. En las últimas décadas, varias se han rehabilitado sin perder su estructura original. La temperatura interior de estas cuevas se mantiene estable en torno a los 18-20°C durante todo el año, sin necesidad de sistemas de climatización.
El interés por este tipo de arquitectura ha dado lugar a comparaciones estéticas con otras regiones del Mediterráneo, especialmente con la isla griega de Santorini, debido al uso del blanco en fachadas y a la disposición escalonada en laderas. Sin embargo, el modelo constructivo de Baza responde a una lógica distinta: aquí la roca se excava, no se edifica hacia arriba, y se adapta al clima semiárido del interior peninsular.
Patrimonio monumental y entorno natural
Las casas cueva de Baza constituyen uno de los elementos más singulares de su paisaje urbano. Algunas están habitadas de forma permanente por vecinos de la ciudad, mientras que otras han sido adaptadas como alojamientos rurales, manteniendo su estructura original pero incorporando elementos de confort.
Esta forma de vida subterránea, tradicional en varias zonas del sureste peninsular, ha perdurado durante siglos como una solución funcional al clima local: veranos secos y muy calurosos, e inviernos con temperaturas que pueden descender notablemente durante la noche.
El Museo Arqueológico Municipal de Baza se encuentra en el centro histórico de la ciudad, en el edificio que antiguamente albergó el ayuntamiento. Se trata de una construcción renacentista del siglo XVI que fue restaurada y adaptada a su función actual en la década de los años ochenta. El museo alberga una copia exacta de la Dama de Baza, escultura íbera datada en el siglo IV antes de nuestra era, hallada en el yacimiento arqueológico de Cerro Cepero en 1971. La colección incluye también piezas de cerámica, útiles domésticos, elementos arquitectónicos y ajuares funerarios procedentes de diferentes enclaves de la comarca, en especial del poblado íbero de Basti.
Frente al museo se sitúa la Iglesia Mayor de Santa María de la Encarnación, uno de los principales monumentos religiosos de la ciudad. Fue construida en el siglo XVI sobre la antigua mezquita mayor de Baza, tras la incorporación de la ciudad a la Corona de Castilla. La obra fue dirigida por los arquitectos Alonso de Covarrubias y Rodrigo de Gibaja tras los daños ocasionados por el terremoto de 1531. La iglesia está considerada como uno de los mejores ejemplos de la arquitectura religiosa renacentista en el sureste peninsular.
Este conjunto patrimonial se encuentra en un entorno próximo al Parque Natural de la Sierra de Baza, espacio protegido con más de 53.000 hectáreas de extensión. La cercanía entre el núcleo urbano y este entorno natural permite al visitante complementar la experiencia patrimonial con actividades vinculadas al medio ambiente y a la observación de la geodiversidad del Altiplano granadino.
Fiestas tradicionales y turismo cultural
La ciudad de Baza acoge cada 6 de septiembre una de las celebraciones más singulares del calendario festivo andaluz. Se trata del Cascamorras, una fiesta de origen histórico que se desarrolla desde hace siglos y que hoy está reconocida como Fiesta de Interés Turístico Internacional. La tradición gira en torno a un personaje central que da nombre al evento y que, según la leyenda, representa a un accitano que intentó recuperar una imagen religiosa hallada en tierras bastetanas, lo que dio lugar a una disputa entre ambas localidades.
Durante esta jornada, miles de personas recorren las calles de la ciudad en una carrera popular donde el objetivo colectivo es impedir que el Cascamorras —un representante simbólico llegado desde Guadix— llegue limpio hasta el templo que alberga la Virgen de la Piedad. Los participantes lo reciben arrojándole pintura negra, en un recorrido que combina música, gritos, banderas y gran implicación ciudadana. La carrera se extiende por varios barrios y finaliza en el centro urbano, junto a la iglesia de la Merced. Aunque el tono festivo predomina, el acto mantiene un fuerte vínculo con la tradición religiosa y la memoria histórica local.