El doctor Pons acusa al gerente del Hospital Insular del “importante deteriorio” del servicio de Urgencias

Fotografía de archivo del hacinamiento en Urgencias del Hospital Insular.

Canarias Ahora

Las Palmas de Gran Canaria —

“No son motivos personales, son motivos de salud pública”. El doctor Víctor Pons, que el pasado lunes presentó su dimisión como jefe de Urgencias del Hospital Insular de Gran Canaria, ha publicado este viernes una carta en la que reitera que su renuncia al cargo no se debió a una cuestión de “dignidad”. Pons dirige el escrito a Víctor Naranjo, gerente desde 2013 del Complejo Hospitalario Universitario Insular Materno Infantil (CHUIMI), a quien acusa del “imporante deterioro” que ha sufrido el servicio de Urgencias en estos años por una “inadecuada optimización de los recursos humanos y materiales”, una situación que desembocó en la huelga convocada por los trabjadores en marzo de 2015.

“No son motivos personales como desde la gerencia de mi hospital quiere hacer ver su máximo responsable, ni tan siquiera el concurso oposición para la plaza del servicio de urgencia, aunque esta sea la única causa que me ha permitido recurrir su gestión con el servicio de urgencias”, precisa Pons antes de enumerar una serie de actuaciones del gerente del CHUIMI que, a su juicio, demuestran una gestión deficiente.

El dimisionario jefe de Urgencias denuncia que, durante todo el tiempo en el que ejerció como tal, el doctor Naranjo no le dio “una respuesta necesaria” a sus reclamaciones sobre la estabilización de la plantilla, tanto del personal médico como no médico, a pesar de la “sobrecarga asistencial” en el servicio, ni a los escritos que alertaban de “la sobreocupación de espacio y estancias prolongadas de los pacientes en el mismo en condiciones no adecuadas”. Sus ideas, afirma “nunca fueron respondidas”.

Pons recuerda en la carta las dificultades para cubrir las plazas de dos médicos que dejaron el servicio, uno por jubilación y otro por renuncia, o para sustituir a tres profesionales sanitarias que se quedaron embarazadas.

También acusa al gerente del complejo de “dar largas” a sus peticiones para incrementar los medios materiales para mejorar la atención a los pacientes, “a pesar de aportar los datos e informes de apoyo científico”. “Tanto que hoy, algunas quedan pendientes de resolución”, añade.

Con respecto a la huelga del personal no médico a principios del año y, a continuación, el conflicto laboral de los médicos del servicio, Pons reconoce que fue “muy difícil de gestionar”, pero que se mantuvo al margen “para ser lo mas aséptico posible, aún sabiendo que mis compañeros llevaban la razón, sobre todo para que la asistencia a los pacientes no se viera nunca comprometida”.

“Sé que esto es lo que me ha pasado factura y ha supuesto gran parte de las acciones que he denunciado en mi recusación de la comisión de valoración que usted preside y sus directivos forman parte”, sostiene el doctor, que prefiere no airear esas irregularidades “por ética y moral”, esperando que “un tribunal decida en consecuencia”.

“Si injusto ha sido su proceder, debo decir lo mismo de sus superiores, en donde con el fin de que se impartiera como mínimo el beneficio de la duda, no han sabido o no han querido implicarse en dicha situación. Lamentable en unas personas que llevan en sus siglas y programas la defensa de la Sanidad Pública”, concluye.

Pons dimitió el pasado lunes después de tres años en el cargo aduciendo “desconfianza a sus superiores”, El viernes anterior, el Servicio Canario de Salud (SCS) había rechazado la solicitud de recusación que interpuso contra la comisión de valoración del concurso oposición para la provisión temporal de la plaza de jefe de Urgencias al apreciar una serie de “irregularidades” durante el proceso. El doctor, uno de los tres aspirantes, considera que este tribunal no era imparcial. La plaza fue adjudicada el miércoles, tan sólo 24 horas después de la evaluación del proyecto técnico, a Antonio Nogal.

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