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El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

De La Habana a Moscú sin la libreta de Toñi Torres

Miguel Ángel del Rosario, en el banquillo, antes de ser ascendido a jefe de seguridad de la embajada de españa en Cuba

Carlos Sosa

Las facturas no se acaban de pagar. Los años más duros de persecución de la corrupción del Partido Popular en Canarias, aquellos de los casos Eolo, Faycan, Góndola… siguen arrastrando consecuencias. Y no solamente en el ámbito judicial donde una larga serie de retruécanos ha impedido que ninguno de ellos haya podido ser juzgado nueve años después. El PP sigue haciendo lo posible y lo menos posible por que aquellos escándalos se olviden o, con un esfuerzo titánico, se conviertan en fuegos fatuos. Sabe su dirigencia que la memoria del personal es débil y que solo la celebración de un juicio puede devolver a la palestra lo que ocurría cuando muchos de los suyos actuaban con absoluta impunidad. Para lograrlo se activaron hace años algunas palancas muy poco edificantes, como el intento de compra o la compra misma de testigos de cargo que modificaran su testimonio o lo volvieran directamente contra los denunciantes o contra los medios informativos incómodos. El caso más elocuente fue el de Francisco Benitez Cambreleng, al que José Manuel Soria, en compañía de otros, presionó para grabarle una conversación en la que terminara culpando a este periódico del caso Europa, juzgado y sentenciado de aquella manera tan sandunguera que todos nuestros lectores conocen. A Cambreleng le llegaron a ofrecer un sueldo público y una suculenta cantidad si retiraba su denuncia contra Jorge Rodríguez, que aún hoy sigue luciendo palmito como diputado regional y portavoz de Economía del PP. En otras vertientes, el PP contó con información privilegiada procedente del corazón mismo de las investigaciones que se seguían contra sus miembros. Fue especialmente clamorosa la filtración del contenido de la famosa libreta de la fallecida Toñi Torres, donde la concejala teldense anotaba con pulcritud teresiana los dineros de las mordidas y cómo los repartía entre sus compañeros en el grupo de gobierno del Ayuntamiento de la cuarta ciudad más importante de Canarias. En otras ocasiones conseguía que altos responsables policiales desviaran el tiro de sus investigaciones lejos de cabezas tan sensibles como las de Luis Soria, hermano de su excelencia, y que por el contrario, se tratara de involucrar en la misma trama corrupta a personas que nada tenían que ver con ella, verbigracia el presidente del consejo de administración de este mismo periódico.

El perito calígrafo pide Moscú

A pesar de que el PP no mandaba en España ni, por lo tanto, controlaba el Ministerio del Interior, Soria consiguió un entrañable acercamiento a algunos policías adictos al PP a cambio de promesas de puestos de relumbrón que luego fueron cumplidas. Es el caso, por ejemplo, del actual consejero de Interior de la embajada de España en Cuba, el comisario principal Ignacio Badenas, al que no pudo nunca colocar como jefe superior de Policía pero que premió con un cargo que le otorga un sueldo neto de 9.000 euros al mes. Junto a él marchó en dirección a la misma isla, pero con el cargo de jefe de seguridad de la misma embajada, el perito policial Miguel Ángel Martín, al que la propia Policía llegó a señalar como autor de la filtración de la famosa libreta de Toñi Torres a un asesor del gobierno municipal corrupto de Telde para que pasara su contenido a los asustadizos imputados, entre ellos el ex jefe de Urbanismo –hoy en prisión por corrupción- José Luis Mena Santana. El perito calígrafo Miguel Ángel Martín, cuyos almuerzos con José Manuel Soria también fueron registrados por sus compañeros policiales, logró ser absuelto de los cargos de los que se le acusaba porque la jueza que lo juzgó consideró que la filtración de la dichosa libreta se había producido antes a la prensa. Y más concretamente a Canarias Ahora, el periódico más veces mencionado en aquel juicio y, sin embargo, jamás tuvo esa pieza de convicción en sus manos ni ante los ojos de ninguno de sus periodistas. Pues bien, el policía Miguel Ángel Martín ya no quiere seguir en Cuba, ahora quiere que su agradecido ministro protector le proporcione un puesto en la embajada de España en Moscú, donde hace menos calor (sí mucho más frío) y donde el sueldo es muy superior. Pero tiene que ser ya, ha reclamado el interesado, porque como pueda caer este Gobierno y ser sustituido por otro, el traslado no parece estar garantizado. De las intenciones de Ignacio Badenas no sabemos mucho, aunque algo comentó estos últimos días de visita a Gran Canaria, donde organizó en la Casa Amarilla una de sus afamadas paellas a la que fue invitado un nutrido grupo de personas, algunas de ellas de la política y la judicatura.

Cayó Carlos Taboada

Lo publicaba estos días PR Noticias: el ministro de Industria, José Manuel Soria, ha dicho adiós a su tercer director de comunicación en año y medio, Carlos Taboada. La noticia de la marcha de este profesional, muy conocido en Canarias por haber ocupado los puestos de director de cadena en Televisión Canaria y, a principios de esta legislatura, de director de Televisión Española en Canarias, la ha vinculado ese portal con la ejecución del encargo para el que fue llamado: la polémica adjudicación de las licencias de TDT. El Grupo Prisa fue el primero en recurrir ante la Comisión Nacional del Mercado de las Comunicaciones el remate de ese concurso, del que salieron beneficiados Mediaset, Atresmedia, Real Madrid TV, 13TV, Kiss FM y Secuoya. Taboada tenía contrato hasta el 20 de diciembre, pero ha alegado motivos personales para mandarse a mudar, y en su lugar, como ya habíamos relatado en esta misma sección, Soria ha repuesto a uno de los más fieles profesionales que ha tenido jamás a sus órdenes, el comentarista radiofónico Juan Santana. No ocupará Santana, sin embargo, la lustrosa plaza de director de comunicación, por la que han pasado desde agosto de 2012 Clara Vilar, Cristina Amor y el mentado Taboada, sino que su incorporación se ha producido bajo la fórmula de “asesor de comunicación”. Lo venía ejerciendo desde hace unos meses, pero con la marcha de Taboada pasa a ser un ejercicio plenipotenciario del cargo. Santana compatibilizará esas funciones con las de jefe de prensa del PP canario, como ha hecho siempre.

17% de audiencia ¡de madrugada!

Ha reaccionado muy mal el productor de televisión venido a menos Gabriel Lito Mesa a los comentarios de hace unos días en esta sección acerca del suculento contrato del que disfrutó su productora DeLito & Cia en 2008 de la mano de Willy García, ex director general de Radiotelevisión Canaria. Su defensa ha consistido, como es norma cuando te cogen en pelotas, en insultar al mensajero y en retorcer la verdad hasta convertirla en una vulgar mentira. De los insultos, como comprenderán, vamos a pasar ampliamente: no ofende quien quiere, sino quien puede. Pero de sus mentiras sí estamos obligados a responder. Dice Mesa que su contrato de 446.000 euros no fue por 26 programas porque éste quedó suspendido a la mitad, es decir, cuando se habían emitido trece. Pero, sin embargo, confirma que el coste por capítulo fue exactamente el que dijimos, 17.184,54 euros, o lo que es lo mismo, 382 euros el minuto. Es decir, que cobró por trece programas de zapping más de 223.000 euros. Los documentos que tenemos en nuestro poder confirman que presupuestó 26 al precio antes relatado y no trece como insiste en sostener tan solo con el crédito de su palabra. Además, entre insulto e insulto, Lito Mesa ha confirmado que en el presupuesto que presentó a Televisión Autonómica se incluyó la compra de los equipos necesarios para hacer un programa de zapping. Gracias de nuevo. En su descargo ha dicho que él pidió a la tele que fuera ella la que los comprara, pero que le dijeron que no. Ah. Y, de remate, defendió la calidad de su producción alegando que obtuvo una media de audiencia del 17%. Lamentablemente no hemos podido confirmar este dato pero sí uno que no le va a hacer puñetera gracia: ese share lo obtuvo en el horario en el que fue colocado su programa, los viernes a las 03.40 horas y los fines de semana a las 04.50. Es decir, que la televisión pública pagó más de 17.000 euros por entrega de un programa de zapping que debió ser tan bueno que lo emitía de madrugada. Pero eso sí, de cada 100 personas que veían la tele en esos momentos tan importantes, diecisiete lo veían. Fascinante.

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