Es bonita la Navidad, con esos sentimientos que nos embargan y las perras que se van más rápido de lo que llegaron. Es bonita la Navidad de Las Palmas, con esas luces multicolores, de todo tipo y de todo tamaño, que se derraman por calles y plazas sin más criterio ni control que el mejor decorar y el mejor quedar con los comerciantes amigos. Es bonita la Navidad, por ejemplo, en Tamaraceite, donde todavía a finales de esta semana pasada lucían las bombillitas de colores en una clara apuesta municipal por echar una manita a Unelco-Endesa en su posicionamiento en el liberalizado mercado municipal de la energía, y en un intento sin par por demostrar a los comerciantes de Mesa y López hasta dónde es capaz de llegar el poderío del bastón de mando. En fin.