En dos semanas Pepiño Blanco, secretario de Organización de la Ejecutiva Federal del PSOE, ha dado dos alegrías a la prensa. La primera fue, ya saben, aquella salida de que el mejor candidato para Canarias era Juan Fernando López Aguilar, que se puso como se puso. Y la segunda fue este último fin de semana en La Palma, donde fue tan calurosamente recibido que el hombre se entusiasmó. Ya metido en faena de mitin y con el pico caliente insinuó que José Manuel Soria no va a acabar vivo políticamente esta legislatura, que en Génova, la sede central del PP, le tienen cogida la matrícula y que es capaz de darnos a todos un disgusto antes de que termine el año. Tenemos que descartar y descartamos que Pepiño se refiriera a la casa de los Esquível porque eso, queridísimos lectores, es pecata minuta. Pero pecata minuta.