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El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Otra vez asando manteca. O recadito de concordia al PP

José Manuel, dime la verdad, ¿tú vas a seguir siendo ministro, no?

Carlos Sosa

Los periodistas que operan en la Villa y Corte, es decir, los que tienen acceso a información de cierta calidad respecto a lo que se cuece en la recién estrenada legislatura, no dan un duro por el Partido Popular. Es decir, ninguno de ellos apuesta por que se cumplan los cobardes sueños de Mariano Rajoy de intentar una investidura a la tercera oportunidad una vez agachado en las dos precedentes y en el supuesto caso de que Pedro Sánchez no acierte en sus atolondrados intentos. No es que Mariano no sume, que no suma, es que no tiene entre la oposición parlamentaria ni un puñetero voto favorable que sumar a los 123 con los que le premió la siempre sabia ciudadanía el pasado 20 de diciembre. Al PP no lo quiere casi nadie al frente del país, ni siquiera la totalidad de ese 28% del electorado que le votó, y menos tras la confirmación de que es el partido político más corrupto de la historia de España si descontamos –claro está- al glorioso movimiento nacional. Y si el PP es despreciado unánimemente por todas las fuerzas de la oposición (o al menos por las que suman más de un diputado en la Carrera de San Jerónimo) habremos de coincidir todos en que el desprecio político se extiende a toda la dirigencia actual, incluidos ministros tan significados como José Manuel Soria. No hay analista político que sitúe a Soria sentado en el hemiciclo como diputado mondo y lirondo si se confirmara el pase del PP a la fría oposición. Unos lo ven en algún consejo de administración (mayormente el de Repsol) o en algún puesto de relumbrón como el de jefe de la oficina de Turismo de España en Nueva York, que para eso él mismo se preocupó por cambiar las bases por las que ha de otorgarse esa plaza tan apetecible, de 20.000 euros de salario al mes y residencia a pocos pasos de la Gran Estación Central de Manhattan. Para colmo, el Gobierno de España, como consecuencia directa de la gestión de Soria en el Ministerio de Industria, continúa acumulando pleitos judiciales muy enrevesados tanto en los tribunales españoles de justicia como en instancias internacionales. Pleitos que trascenderán esta legislatura y que, de resultar fallidos, estaremos varias décadas pagando los españoles.

Nuevo espaldarazo a Soria

Pues bien, en este contexto tan poco edificante para el PP y para José Manuel Soria, el alcalde de Canarias, Fernando Clavijo, también ejerciendo como una especie de presidente del Gobierno en funciones, vuelve a recibirlo este lunes con todos los honores de la autonomía para –atención- “presentarle la estrategia que ha diseñado el Ejecutivo [canario, of course] para promocionar las ventajas económicas y fiscales del Archipiélago para la atracción de inversión extranjera directa para 2016”. Oye, Fernando, encantado de ir para allá, que es mi tierra, y me llevo desde el viernes a un secretario de Estado para que aproveche y tome un poco el sol, pero ya sabes que poco voy a hacer yo por esa estrategia promocional, debió decirle Soria a Clavijo al recibir tan sandunguera invitación. A lo que el alcalde le habrá contestado que da lo mismo, que de lo que se trata es de que la gente crea que hay vida inteligente en este Gobierno y que se hacen cosas, aunque aparenten ser mayormente estúpidas. Porque ya me dirán ustedes qué coño hace un presidente autonómico presentando a un ministro que no es del ramo puramente económico y que está con una pata fuera y la otra a punto de salir una estrategia para el año 2016 de promoción de las herramientas fiscales de Canarias. Precisamente a un ministro que ya fue consejero de Economía y Hacienda de Canarias y que, de no haber hecho nada en la misma dirección promocional, va a quedar en evidencia. Y seguro que no lo hizo, salvo alguna campaña publicitaria de ésas que dejan rédito dentro y fuera de España. Y olé. Más parece que esta reunión de este lunes habrá de servir para que Clavijo vuelva a rehabilitar públicamente a Soria en su tierra y, de paso, hacer pública ostentación de los deseos nada disimulados de una parte de CC (verbigracia, ATI) de que sea con ese partido con el que se pueda alcanzar un pronto entendimiento y de zurrarle en el mismísimo culo al PSOE una nueva patada de desprecio político e institucional. Patricia, mira lo que hago con Soria justo cuando Pedro Sánchez pasa de Rajoy y empieza ya en serio a pactar con Podemos. Y Patricia sacará nuevamente su mejor sonrisa para encajar el nuevo desplante. Ya hemos perdido la cuenta de los que lleva encajados. La talla política de los dos que gobiernan Canarias es para preocuparse de verdad.

Nueva desautorización a Oramas

Mientras estas cosas tan sabias hace Clavijo, en Coalición Canaria –sector inteligente- se tiran de los pelos aquellos que tuvieran o tuviesen, o se pellizca el resto. No parece ni inteligente ni decente hacerle carantoñas al Gobierno del PP a la vez que diversas consejerías –incluyendo Presidencia del Gobierno- reclaman más y más explicaciones por desplantes tales como el de la cuota del atún, el limbo en el que irremediablemente ha entrado la devolución del IGTE o el protagonizado esta última semana por el delegado del Gobierno, Enrique Hernández Bento, acusando crudamente a la Consejería de Sanidad (en manos del PSOE, claro, para que se aprecien las diferencias) de la misma descoordinación en el protocolo de llegada de migrantes que toda España y parte del extranjero apreció escandalizada el día que a alguien se le ocurrió meter por las dunas de Maspalomas para adentro un camión de la basura para evacuar a las personas que llegaron en una patera a la playa más conocida de Canarias. Hasta la delegada del Gobierno de entonces, Mari Carmen Hernández Bento, hermana de su digno sucesor, reconoció los errores e incluso hizo propósito de la enmienda, ya vemos que con resultados catastróficos por no haber dejado escritas las instrucciones. Un amplio sector de CC no entiende estas actitudes de Clavijo aunque sospechan que seguramente tenga que ver con la querencia derechista de la organización y el deseo de estar a bien si, por las vueltas del destino, termina formando Gobierno Mariano Rajoy. Porque lo que hizo este fin de semana la ejecutiva del partido no fue precisamente abonar esa línea de trabajo sino más bien desautorizar bruscamente a Ana Oramas en su veto a un gobierno de socialistas con Podemos, posibilidad aún no descartada que tendrá episodios decisivos esta misma semana que ahora empieza. “Veremos”, dice el pragmático Barragán, conocedor como ninguno de las cabras que guarda, mayormente las cabras majoreras, apreciadas en el mundo entero por la leche que producen y por lo autónomas que siempre han reclamado ser dentro de la organización a poco le tocan las ubres.

Asier, apretando por su cuenta

Mientras estas carantoñas se producen, desde el Grupo Parlamentario Popular preparan para la semana que viene una amplia batería de acciones para poner contra las cuerdas (o por lo menos intentarlo) al deteriorado y desunido Gobierno de Coalición Canaria y el PSOE. Asier Antona, que anda como la gallina sin nidal tratando de conjugar la lógica del juego de las alternancias con la imbatible ley de la gravedad, pretende que el alcalde Clavijo le responda en el Pleno del Parlamento si su Gobierno y su partido estarían dispuestos a apoyar un Gobierno en España que rompa la indisolubilidad de la patria, acabe con sus principios centenarios de unidad de destino en lo universal o si, por el contrario, volverán las oscuras golondrinas de tu balcón sus nidos a colgar. La consigna es clara: no hay posibilidades numéricas de que el PP pueda entrar en un gobierno de Canarias con la actual realidad parlamentaria y de contestación social, lo que avoca irremediablemente a ejercer la oposición de la manera más solvente posible. Y si hubiera alguna posibilidad remota, nada impide hacer daño a un gobierno de Canarias tan plagado de fisuras e inseguridades. Los de Antona van a atacar por el sistema electoral, por la gestión pasada y presente en materia de asuntos sociales, y por la aberrante ley turística, esa que ha reforzado muchísimo los modos y maneras que tiene Fernando Clavijo de gobernar estos peñascos: lo que digan los empresarios. Estamos perdidos.

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