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Fiebre por las carreras

Corredores participando en la Gran Canaria Maratón 2017.

Iván Alejandro Hernández

Las Palmas de Gran Canaria —
"¿Por qué corre? ¿Lo hace por la paz mundial? ¿Por la gente sin hogar? ¿Por los derechos de la mujer?
¿Por el medio ambiente? ¿Por los animales? ¿Por las armas nucleares? ¿Por qué lo hace?”
- “Tenía ganas de correr"
Forrest Gump - Robert Zemerckis (1994)


Desde hace décadas el acto de andar rápidamente y con tanto impulso que, entre un paso y el siguiente, los pies quedan por un momento en el aire (RAE) ha vivido una explosión mundial, pasando incluso a cambiar su significante por la palabra anglosajona running.

En España, el magnífico trabajo El running: la gran obsesión, producido por 93 Metros y El Confidencial para Atresmedia ofrece las siguientes cifras que ilustran la situación de este deporte en nuestro país: “Uno de cada diez españoles corre habitualmente, el doble que hace cinco años”, y existen aproximadamente unas “3.500 carreras populares al año”. Y Canarias no se ha quedado atrás.

De las innumerables carreras que se realizan anualmente en el Archipiélago, dado que brotan nuevos eventos casi cada mes en algún municipio, la Federación Canaria de Atletismo ofrece una lista con 24 pruebas reconocidas u homologadas hasta 2015.

Son estas las que están por varios motivos. Según el vicepresidente de la Federación Canaria de Atletismo y presidente de la Federación de Gran Canaria, David Montelongo, “hay que distinguir dos tipos: las carreras que tienen un trazado homologado por un comité de jueces (como la Gran Canaria Maratón), de manera que si hay algún récord significativo, validarlo; y las certificadas, que pueden ser homologadas o no, pero requieren un control técnico del comité canario de jueces, además de cumplir con las características legales como el plan de seguridad o los servicios de traslado sanitario”.

Muchos eventos nacen en municipios donde el ayuntamiento no tiene en cuenta a la Federación Canaria de Atletismo para certificar el evento, a pesar de que “nosotros cada año mandamos una carta a los consistorios para evitar estas situaciones”. Esto, según Montelongo, podría provocar que si “algún día hay algún susto no haya a quien reclamar, porque he visto normativas en las que nadie se hace responsable si al corredor le pasa algo”.

Para que una carrera pequeña (nivel 1) sea reconocida por la Federación Canaria de Atletismo debe pagar 180 euros más IGIC y la entidad se encarga de hacer el control técnico: “ese dinero, que no es una cantidad astronómica, va para los jueces y poco más y con ello se consigue incluir la prueba en el calendario oficial”.

Sin embargo, ni mucho menos están todas las que son. En el blog Corriendo Tan Pancho se ofrece una lista detallada con más de 80 carreras sólo en Gran Canaria, con su fecha correspondiente, su recorrido y el enlace a la web oficial del evento determinado.

Transgrancanaria

En la lista también faltan carreras emblemáticas como la Transgrancanaria o la Transvulcania, que no forman parte del calendario oficial de la Federación, a pesar de que desde agosto de 2015 la IAAF (Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo), reconoce a las pruebas de trail running como disciplina oficial de atletismo.

“La Transgrancanaria nació encuadrada en la Federación Canaria de Montañismo, y se mantiene, pero ahora debería estar dentro de la Federación Canaria de Atletismo e incluso de la nacional directamente, por la singularidad y la importancia del evento”, afirma Montelongo.

El recorrido de la Transgrancanaria hasta ser lo que es hoy, un evento con 3.800 corredores con pruebas que van desde los 17 a los 265 kilómetros donde participan personas de 70 nacionalidades diferentes, comienza en 1991.

Entonces se celebró el llamado Raid Isla de Gran Canaria, una competición multidisciplinar que tiene como base la orientación y une actividades físicas como correr, pedalear, nadar, remar o escalar.

Por falta de apoyos institucionales desapareció en 1994 y no sería hasta 2003 cuando se retomaría, ya con el nombre propio con el que se conoce hoy y bajo la modalidad trail running.

“En el 2003 yo era monitor y guía de senderos y realizaba la ruta de cruzar Gran Canaria dos veces al año con la ULPGC y el cabildo insular. Fue entonces cuando me planteé hacerlo competitivo”, explica el codirector de Arista Eventos, Fernando González.

En ese año se inauguró el primer trayecto, que cruzaba la isla de oeste a este, desde Agaete a Arinaga, y en 2004 se añadió otra del sur (Maspalomas) al norte (Las Palmas de Gran Canaria), que fue la que prevaleció desde 2006 hasta en hoy en día.

Desde el primer momento, González afirma que buscaban tener “carácter oficial” y la Transgrancanaria fue homologada por la Federación Canaria de Montañismo, tras una reunión de esta con la Federación Canaria de Atletismo, en la que decidieron que la primera debía hacerse cargo de la prueba.

La carrera fue creciendo poco a poco, obteniendo cada vez más reconocimiento internacional a la par que el trail runnig se hacía popular en el mundo, aunque nadie supiese muy bien cómo gestionarla y las instituciones aún no le prestaran mucha atención.

A pesar de la insistencia de los organizadores de la Transgrancanaria, la Federación Española de Montañismo no la reconocía porque no comprendían carreras que cubriesen distancias más allá de una maratón (42 kilómetros), por lo que decidieron moverse por otros caminos y encontraron la Intenational Skyrunning Federation (ISF), una supuesta federación de carácter privado sin homologación oficial, pero que consiguió agrupar algunas carreras de trail running en un circuito.

“Lo que provocó todo esto es que el trail runnig tomase forma y empezase a tener un nombre. Entonces los organizadores de la Ultra Trail de Mont Blanc, que es la meca de este deporte, decidieron crear una asociación llamada International Trail Running Association (ITRA), a la que invitaron a todos los que estaban relacionados con este deporte”, cuenta González.

Cuando comenzó a funcionar, sirvió como un interlocutor de peso para instar a la Federación de Atletismo para que reconociera el Trail Running, “porque la finalidad de cualquier deporte es estar en los Juegos Olímpicos y para ello se necesita el amparo de una federación internacional reconocida por la Confederación de Federaciones Internacional”, manifiesta González.

A nivel internacional la ITRA ha conseguido que la IAAF reconozca el trail running y lo englobe bajo su paraguas, pero en España hay un conflicto a nivel nacional que tiene que resolver el Consejo Superior de Deportes y aún no se decide quien tiene competencia sobre las carreras por montaña.

“Al haber mucho dinero de por medio, con muchos intereses, tanto la Federación de Atletismo como la de Montañismo quieren adjudicarse el trail running y nadie quiere ponerle el cascabel al gato”, comenta González.

Desde la organización aclaran que la Federación Canaria de Montañismo “funciona de maravilla” homologando las carreras “a muy buen precio” y creando incluso un circuito a nivel canario “con un campeonato y una copa de ultra distancia y otro campeonato de carreras verticales”.

Pero para ellos es “indiferente” quien ampare la Transgrancanaria, “esa no es nuestra pelea, nosotros solo queremos estar en una federación competente que nos dé cabida a nivel internacional y asumiremos sea cual sea cuando nos lo digan desde arriba”, narra el codirector de Arista Eventos.

Montelongo reconoce que desde la directiva de las federaciones “no hemos sabido actuar a tiempo” y en Gran Canaria, por ejemplo, “ha habido un vacío institucional y nadie sabía a dónde acudir”, pero asegura que “poco a poco” tratan de poner remedio a esta situación.

“Se ha producido tal descontrol que nos encontramos que hay fines de semana con pruebas que se pisan unas a otras en la misma isla. Desde la Federación Canaria de Atletismo se publicó una normativa para intentar regularlo un poco y evitar que se produzcan estas situaciones, porque la proliferación de carreras llega a ser contraproducente”, destaca Montelongo.

Y es que el filón de este deporte es tremendo para un territorio que vive del turismo, sobre todo para las pruebas de trail. Espectaculares paisajes para atraer corredores, más allá de los que buscan solamente sol y playa.

Los corredores

Juan Matías Ojeda, experimentado runner canario, galardonado con el premio Isla Europea del Deporte como mejor deportista de La Aldea de San Nicolás, explica que durante los años 90 fueron “unos pocos locos” los que comenzaron a organizar las carreras, “sin ningún tipo de apoyo y sólo con las ganas como motor”.

El veterano corredor comenzó a interesarse por este mundo por su profesión en el Ejército, participando en campeonatos regionales y nacionales de las fuerzas armadas y desde el 2005 forma parte del Club Trivalle de Güimar. Ha participado en maratones como la de Berlín y en numerosos campeonatos de veteranos por toda Europa, España o Canarias.

Ojeda ha vivido en primera persona el crecimiento “espectacular” que ha tenido este deporte en los últimos diez años en Canarias, con una media de entre 7.000 y 10.000 corredores anuales en la actualidad, según cifra el vicepresidente de la Federación Canaria de Atletismo, pero… ¿por qué?

El experto en psicología deportiva, Juan Manuel Pumeda, afirma que las principales causas se encuentran en “el aspecto socializador que tiene este deporte, no se necesita a nadie más que a uno mismo para practicarlo, genera bienestar porque rebaja el estrés y mejora la autoestima porque la imagen corporal cambia relativamente pronto”.

Las nuevas tecnologías también juegan un papel fundamental, gracias a las cuales cada corredor puede conocer por sí mismo cuánta distancia ha recorrido, las calorías que ha quemado o la progresión que va teniendo. Los objetivos se vuelven medibles y alcanzables y, sobre todo, autónomos, lo que permite a cualquiera establecerse las metas que quiera.

También como causa positiva, Pumeda explica que “en el running la persona que va a correr tiene la capacidad de visualizar y baremar aquellos problemas que le hayan afectado a lo largo del día, analizarlos de manera diferente y sacarlos fuera del foco de conflicto”.

Sin embargo, esto también tiene sus partes negativas. “A nivel psicológico repercute cuando afecta al campo personal, social y laboral. Cuando alguno de estos sectores se ve afectado ya hay un problema”.

Según Pumeda hay estudios que aseguran que el running es, junto al padel y el golf, uno de los deportes que más adicción genera e incluso asevera que “hay gente que tiene problemas en su vida laboral o personal porque no logra conciliar la participación en las carreras con su trabajo o con su familia. Por ejemplo, he tenido casos en mi consulta de familias que se han deshecho por el running o de parejas que han roto porque uno de los dos está siempre de carrera en carrera y no se ven”.

En el terreno físico, muchas personas sin preparación previa se apuntan directamente en una maratón y otros pasan de hacer una carrera de 10 kilómetros un mes para el siguiente pasar a los 21, “cuando se necesitan años para prepararse para correr distancias más largas en competición”, recuerda Matías Ojeda, quien advierte de las lesiones que estas decisiones pueden provocar.

“La gente se echa a la espalda kilómetros y kilómetros sin ningún control y debe ser un proceso gradual, de menos a más”, relata Montelongo, quien aconseja a los corredores “que se asesoren con buenos profesionales”.

La profesionalización

El vicepresidente de la Federación Canaria de Atletismo asegura que “corredores con licencia federativa hay muy pocos”. Un corredor federado de más de 30 años paga unos 60 euros anuales “y tiene un seguro de accidente durante todo el año, no solamente en las carreras, sino también en los entrenamientos”.

Para tratar de profesionalizar este deporte en Canarias, la Federación trata de apoyarse mucho en los equipos deportivos, porque considera que ayudan al corredor a tener más información y a estar más preparados para afrontar las carreras.

David Del Toro creó el equipo 3Com Squad en 2015 junto a Fran Hernández, tras participar en una carrera “hablando de lo de siempre, de la falta de apoyos que sufren los corredores”.

Desde marzo de 2015, donde sólo contaban con un corredor en el equipo, hasta la actualidad, el crecimiento “ha sido espectacular” según Del Toro, “hasta el punto de que nos llaman marcas para darnos materiales y hacerles publicidad”.

La función que realizan se basa en el asesoramiento (fichas federativas), la preparación (gimnasios, nutricionistas o psicólogos) y el patrocinio, además del sentimiento de pertenencia a un grupo con similares inquietudes por el running.

Del Toro lo tiene claro a la hora de hablar del running en Canarias, al que aún no considera “un deporte formal” ya que cree que “el boom nos ha sobrepasado a todos, con muchos participantes y poca organización. Sólo existe profesionalización en los clubes de atletismo, el resto es todo muy informal”.

“Ahora mismo el running está en auge y llegará un momento en que esto baje. Cuando eso ocurra, quedarán las mejores”, concluye Del Toro.

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