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“Desde los ayuntamientos nos queda mucho por hacer contra el machismo”

Rocío Fraga, presentando la campaña contra las violencias machistas en las fiestas de A Coruña

Miguel Pardo

Curtida en los movimientos feministas y en la lucha social y sindical, Rocío Fraga asume desde junio la Concejalía de Igualdad y Diversidad en el gobierno local de A Coruña. Impulsora y una de las integrantes desde el inicio de la Marea Atlántica, reconoce que hace “esfuerzos por mantener el contacto directo con la calle” y está convencida de la utilidad de las instituciones para llevar a cabo el cambio social que brota. En su área, y a pesar de las limitaciones competenciales, se dice segura de poder hacer mucho más contra la violencia machista y a favor de la igualdad y de la mejora social de todos los colectivos, aunque sabe que los obstáculos son muchos. [entrevista realizada originalmente en gallego]

¿Cómo trabaja una Concejalía de Igualdad, que suele ser noveidosa en muchos gobiernos locales?

Excepto en el gobierno bipartito [PSdeG-BNG], que había una Concejalía de Igualdad y Participación, antes no había existido en A Coruña. El PP la incorporó a Servicios Sociales y durante estos meses hemos vendio marcando las áreas de actuación que nos tocaba a cada área de gobierno. Nuestro enfoque es más de empoderamiento y visibilidad de las diversidades, pero en el tema de igualdad sí que tenemos muchos ámbitos específicos de las mujeres y contra la violencia de género. Hemos trasladado muchas oficinas a nuestra Concejalía, como el Centro de Información a las Mujeres o el Centro de Orientación Familiar, una petición esta que tenían también las trabajadoras, al igual que el servicio de atención a migrantes y la red de atención a mujeres. A mayores estamos trabajando, con vistas al año que viene, en el reforzamiento de estos servicios porque uno de los defectos más importantes que hemos encontrado es la escasez de programas, pero sobre todo de personal. Queremos trabajar mucho en el tema de la prevención de la violencia de género y con los migrantes. A raíz de la iniciativa de ciudades refugio pensamos que, al margen de este plan urgente, debíamos hacer uno para situar A Coruña como ciudad acogedora que trate tanto el tema de refugiados como más allá, para emigrantes o para los que ya están viviendo en la ciudad, además de tener en cuenta todos los asentamientos precarios.

¿Faltaba mucho personal?

Tenía una dotación, dentro de la concejalía que era de Servicios Sociales, que era muy reducida. Por eso queremos reforzar el personal, que trabaja estupendamente pero que necesita un refuerzo tanto de presupuestos como de programas. Los equipos trabajan muy bien pero tenemos que ampliar el trabajo para incorporar también otros aspectos.

En el respeto a la diversidad y a la igualdad, ¿hacía falta también concienciar al personal del Ayuntamiento?

Sí, todo hace falta. Nosotros trabajamos en transversalidad, lo que implica la concienciación de la ciudadanía y también incorporar la igualdad y la diversidad en los planes de formación de trabajadores del Ayuntamiento y de los miembros del gobierno. Haremos propuestas para todos porque esta también es una demanda de los colectivos, por ejemplo del LGTBQI.

¿Cómo es el trabajo en el ámbito del colectivo LGTBQI?

Era un servicio que se abrió en el bipartito y que el PP mantuvo a través de una oficina asistencialista, con dos horas a la semana de atención y una persona en el sótano de un centro cívico. Tenemos que reforzarlo y no tratarlo tanto como un servicio asistencial, sino como un espacio para que quien trabaje pueda hacer labores de visibilidad y sensibilización.

Al poco de llegar, el gobierno de la Marea Atlántica colocó una gran bandera LGTBQI en la fachada del Ayuntamiento por el Día del Orgullo. Fue todo un símbolo por novedoso. ¿Fue bien recibido?

No hubo problema, para nada. El tema de la bandera fue a una semana de incorporarnos al gobierno y tuvo buena acogida en general. A la foto vinieron todos los grupos políticos para apoyar. En este caso concreto, el acto era tan sumamente simbólico que era difícil reaccionar mal ante eso. No hubo ningún tipo de reacción negativa, pero ya veremos a la hora de hacer inversión en personal, en presupuesto y en campañas... A ver entonces cómo es la respuesta, pero no debería haber problema.

Su Concejalía protestó oficialmente por el tratamiento a las mujeres en la publicidad de la Oktoberfest [fiesta de la cerveza]...

Ahí y en otros casos nos hemos encontrado con unas dinámicas heredadas y que consisten en no incidir, en trabajar con el sector privado de una manera muy permisiva, facilitando las cosas sin meterse mucho en los enfoques que se les dan. Había una relación con el sector privado muy asentada y tácita que venía de los otros gobiernos locales. Había una especie de “todo vale” por ser empresas privadas y no permitirnos participar en el enfoque que se les quiere dar a sus proyectos. Aunque los organicen ellos, si son actividades avaladas por el Ayuntamiento, creo que deberíamos poder influir un poco en los enfoques y que vayan en la línea que nosotros pedimos.

¿Reciben presiones de esas empresas u organizadores?

Insisten mucho en el tema de que no nos cuesta dinero y de que les dejemos hacer. No es de todo cierto porque todo cuesta dinero, aunque sea poner un dispositivo de movilidad. Aunque no tenga subvención, sí cuesta dinero y nosotros queremos un enfoque idóneo. No es fácil poner algún tipo de límite a algo que se lleva haciendo años de una manera. Pero no significa que nos queramos cargar las cosas... Y tenemos que hacer un trabajo previo de concienciación. En el caso de las fiestas de Os Castros, por ejemplo, no es nuestra intención suprimir una fiesta de barrio, ni mucho menos. Solo queremos trabajar con ellos para que no planteen ciertas actividades y para que entiendan que coronar niñas de ocho años no debería formar parte de una celebración. Buscamos un cambio de enfoque, no eliminar nada.

Entiendo que son cosas que estaban en el programa de la Marea Atlántica.

Sí, pero la gente está acostumbrada a que los programas ni se lean ni se cumplan. Ahora parece que es la oposición quien está más preocupada por que se cumpla nuestro programa cuando nosotros ya lo tenemos interiorizado y creemos en él. Queremos llevarlo a cabo y muchas veces insistimos en que nuestras propuestas son propuestas que teníamos en el programa.

¿Cuál ha sido la polémica con la Carrera de la Mujer? Carrera de la Mujer

Llevamos semanas hablando con la organización de la carrera para tratar de darle otro enfoque porque es otra de esas cosas heredadas. Somos conscientes de que hay muchas mujeres que quieren correr esa carrera y por supuesto que se va a permitir que se haga, pero queremos modificar el enfoque y lo hablamos con la organización. No llegamos a tiempo porque ya la tenían acordada y tienen una serie de patrocinios determinados. Además, son carreras privadas que hacen una donación a una causa benéfica, aunque no son netamente benéficas. Intentamos cambiar el enfoque y seguiremos trabajando, pero no se trata en pararnos en lo simbólico de un color ni en prohibir, sino que hay patrocinios que consideramos que van en contra de esa supuesta oferta para las mujeres [la organización reparte la revista ¡Hola! y cosméticos a las participantes]. Queremos que se fomente el deporte femenino y de base y así lo estamos haciendo en muchos ámbitos. Sólo queríamos llegar a unos mínimos para cambiar el enfoque.

¿Qué ha dejado de hacer el Ayuntamiento en la carrera?

Colaboramos en el dispositivo y decidimos retirar la colaboración en la organización por esa diferencia de enfoque. Hasta que no le demos esa vuelta, preferimos no colaborar activamente, pero sí que vamos a colaborar en que todo vaya bien y con normalidad porque son muchas mujeres las que participan y queremos que todo salga perfecto. En ese sentido, toda la colaboración, pero no en el enfoque de la propia carrera.

¿Cómo se puede luchar contra el machismo desde un Ayuntamiento, teniendo en cuenta la limitación de competencias?

Tenemos limitaciones legislativas y competenciales, pero estamos en la institución más cercana a a la ciudadanía y tenemos mucho que hacer y mejorar en sensibilización y concienciación en primera línea y en las que debemos incidir. Tenemos mucho que hacer. Con el poco presupuesto que nos ha quedado, de hecho eran 89 euros para estos temas, enfocamos de aquí a final de año nuestra presencia más pública a través de campañas de sensibilización y en los presupuestos del año que viene haremos programas concretos. Tenemos muchas posibilidades de poder incidir en ese cambio de mentalidades, en la educación porque tenemos la posibilidad de los centros cívicos y recordando, como hicimos en las fiestas, que debe haber unas celebraciones sin violencias machistas, sensibilizando la gente de que queremos una ciudad ajena a todo tipo de violencias, no sólo de las más graves, sino de otras.

¿Quedaban 89 euros en el presupuesto?

Entre los temas pendientes de ejecución y comprometidos, tenemos 89 euros para hacer nuevas campañas, de ahí lo de plantear un modificativo que nos permitiera llegar a fin de año con algo más de dinero. La gente que venimos de la Marea y de los movimientos sociales sabemos hacer muchos cosas con muy poco dinero. Y ahí estamos, con ilusión.

¿En qué consiste la colaboración con el de Igualdad del Ayuntamiento de Santiago y con las denominadas “ciudades rebeldes”?

Con el Ayuntamiento de Compostela queremos mantener una línea permanentamente abierta, así como con todas estas ciudades rebeldes con las que hemos estado en Barcelona. Centramos mucho el tema en las violencias machistas e intentaremos lanzar una Red de Ciudades Libres de Violencias Machistas, sobre todo después de lo que está pasando y tras este verano horrible en este ámbito. Es muy importante hacer presión desde lo local para cambios legislativos. Lo que hemos hecho en Barcleona y lo que queremos hacer con Compostela, Ferrol y otros ayuntamientos es trabajar juntos, tejer redes y colaborar entre nosotros, compartiendo campañas e intereses.

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