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Un inicio de curso desigual: “Vivir en un pueblo no puede privar a los estudiantes de un derecho básico como la educación”

Nerea Lozano

Teruel —

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“Para Alacón, recuperar el colegio es muy importante porque supone que las familias tienen la posibilidad de quedarse a vivir aquí y si no podrían marcharse en busca de un destino donde tengan escuela abierta”, ha manifestado el alcalde de Alacón, Ricardo Alquézar. Lo contaba cuando solicitó hace escasos días a la DGA la apertura del centro escolar del municipio que dirige, ubicado en la comarca Andorra-Sierra de Arcos, ya que cumple con el número de alumnos necesarios para que tenga abiertas sus puertas. 

La llegada de una nueva familia al pueblo con tres niños a principios de verano se convirtió en la esperanza de Alacón para recuperar la escuela, perteneciente al CRA Muniesa, después de que el pasado curso quedase cerrada por falta de alumnado. Con estos nuevos pobladores, según ha indicado Alquézar, se han conseguido reunir seis alumnos -tres recién llegados y otros tres que ya vivían allí-, los suficientes para que el colegio vuelva a tener vida y una de las casas del pueblo, con 220 habitantes, pueda volverse a llenar. 

Durante estas primeras semanas de este nuevo curso -iniciado el 7 de septiembre- estos seis alumnos no podían ir a la escuela de la localidad en la que viven. Cada día veían como un camino de apenas cinco minutos caminando se convertía en un viaje en coche de casi 10 kilómetros para llegar hasta Oliete, donde comenzaron el curso los seis estudiantes de seis a diez años. Hasta aquí los trasladaban las familias en coche privado y, como ha señalado el alcalde de Alacón, esos viajes eran “provisionales” porque no podían continuar todo el curso realizando estos trayectos por “temas laborales”, cuando se podrían evitar de abrir la escuela. 

Esa familia recién llegada a la localidad, y que aportaba los tres niños que hacían realidad el sueño de reabrir el colegio, barajaba la posibilidad de mudarse a Oliete solo por evitar esos viajes diarios para que sus hijos fueran a clase. Además, desde el Ayuntamiento han informado de que cuando se tuvo la certeza de que estos nuevos vecinos se iban a quedar en el pueblo, allá por el mes de julio, se trasladó a Educación la situación en “al menos dos ocasiones por escrito”. 

La respuesta no llegaba, los seis alumnos y vecinos seguían esperando y empezó el nuevo año académico y Alacón no tenía colegio. La solicitud del Consistorio se ha cumplido y el Departamento de Educación, Ciencia y Universidades del Gobierno de Aragón ha confirmado que este próximo lunes 25 de septiembre, dos semanas y medio después de la vuelta al colegio, los seis alumnos podrán dar clase en Alacón. Así, el municipio recupera uno de los servicios básicos como es la escuela. 

Uno de los motivos que ha apuntado Alquézar como justificación de la no apertura a tiempo de las aulas es que el Departamento de Educación le comunicó que “el alumnado no era estable”. Algo que ha cambiado en el anuncio de la reapertura, pues la inspección educativa ha alegado ya que “los alumnos son estables” y la plaza de maestro que se convocó para el centro ya se habría ocupado. 

La media docena de estudiantes estrenarán las aulas porque, antes del cierre, según ha enumerado el dirigente de Alacón, el edificio recibió varias subvenciones. Unas ayudas que se destinaron a cambiar ventanas, el suelo o la instalación de una pizarra digital, que se acompañará de unos corchos nuevos en la zona del recreo. Aunque ha estado cerrado un año, Alquézar ha anunciado que “tiene todo el mobiliario” y está listo para acoger a esos pequeños de inmediato. 

La vuelta al colegio en Alacón será la próxima semana y si algo se siente en las calles, en palabras del alcalde, es que “los vecinos han vuelto a ilusionarse” por contar de nuevo con las aulas. Como han valorado desde el movimiento ciudadano y el partido Teruel Existe, al que pertenece el alcalde, mantener las escuelas en los pequeños pueblos es una “herramienta indispensable” para revitalizar los municipios. Y han reafirmado esa idea de Alquézar de que es “un factor determinante” para que lleguen nuevas familias y además decidan quedarse.  

Con la de Alacón son finalmente 16 las escuelas rurales que se mantienen abiertas en Teruel. Resisten junto a esta las de Camarena, Tramacastilla, Camarillas, Bello, Cuevas de Cañar, San Agustín, Riodeva, Torrelacárcel, Torres de Albarracín, Blancas, Castel de Cabra, Los Olmos, Villalba Baja, Valdelinares y Celadas. 

Sin transporte para ir a clase

Al igual que los familiares de los seis alumnos los llevaban a Oliete, lo mismo ocurrió en poblaciones como Sarrión, Olba, Fuentes de Mora, Nogueruelas, Foz de Calanda o Aguaviva. Los estudiantes de todos ellos arrancaron el curso la primera semana de septiembre con problemas para llegar a sus centros, a muchos los tenían que llevar en coche en viajes de más de 30 minutos e incluso algunos no podían llegar y se perdieron algunos días de clase. La causa es que las líneas de transporte que tenían que pasar a recogerlos no lo hicieron al no estar cubiertas. 

En el caso de la línea escolar que une Aguaviva y Foz de Calanda con Las Parras de Castellote y que tiene destino en el IES Valle del Guadalope en Calanda, según han informado desde el AMPA de dicho centro, se suprimió ya en mayo del pasado curso, aunque no era la primera vez que se daba esta situación. En este caso, una treintena de alumnos han sufrido las consecuencias y la solución que se les planteaba era coger “la línea regular de pasajeros” con la que llegaban 40 minutos antes de que abrieran el centro y a la salida tenían que esperar otros 35.

Lo ocurrido lo denunciaron ante el departamento de Educación del Servicio Provincial, donde les insistieron que la situación “estaría resuelta” para el inicio de este nuevo curso 2023-2024. Sin embargo, llegó el primer día de clase y continuaban sin que el problema se arreglara, lo que los llevó a organizar concentraciones diarias a la puerta del centro. No ha sido hasta inicios de esta semana que se ha conseguido que la línea se restablezca, gracias a que el servicio de educación aragonés logró adjudicarla a una empresa de transporte. 

A bastantes kilómetros de Calanda está el IES Gúdar-Javalambre en Mora de Rubielos, que tuvo un inicio de curso similar en lo que al transporte se refiere. Tres de las cinco rutas escolares que llevan alumnos al centro no estaban cubiertas y se enteraron, según han recordado desde el AMPA, la víspera antes del primer día de clase. Ese día más de 110 alumnos no pudieron llegar a clase de no ser que las familias los llevasen en coche en viajes de hasta media hora. 

Esas tres líneas son la que parten de Linares de Mora, la que recoge alumnos en Olba y Fuentes de Rubielos y la 61 que se encarga de la zona de Sarrión y municipios próximos. Estas se fueron resolviendo de forma escalonada y la última que quedaba por reanudarse, la de Olba-Fuentes de Rubielos, según ha asegurado el AMPA de este instituto y les comunicó el departamento de educación, se pondrá en marcha este próximo viernes 22 de septiembre. Todo esto se ha conseguido después de varios plantones en la puerta del IES Gúdar-Javalambre y una reunión con el director provincial de Educación, José Luis Castán. 

Estos son algunos ejemplos de cómo se ha empezado el curso en el medio rural. Castán ha incidido en que muchos de los problemas se arrastran de la “corporación” política anterior. No obstante, desde la agrupación de padres y madres del IES Gúdar-Javalambre han concluido que los alumnos no deberían “notar el cambio en el ciclo político” y si algo han reivindicado estas semanas es que el hecho de vivir en un pueblo “no puede privar a los niños y niñas de un derecho básico como la educación”.