Cuatro años de travesía por el desierto
De tanto incidir en el mismo error, la Unión Deportiva Las Palmas parece cómoda en la vulgaridad. Ahí, en el fango, en la escasez, apila derrotas y desencanto. Lleva así cuatro años: justo las últimas cuatro temporadas, todas en Segunda división y en todas con la misma sensación de incapacidad como lazarillo habitual. Y para dar con una solución a tanto problema no hay que iniciar un curso sobre alguna ciencia esotérica. Basta con repasar y analizar la gestión deportiva del club: mala planificación, fichajes funestos, tráfico disparatado de entrentrenadores, bajas desacertadas, poca profesionalidad, cicatería en la autocrítica, malos resultados y poco, muy poco, fútbol.
Del zapatazo liberador de Nauzet Alemán en Anoeta (2006) hasta el penalti de Samuel en el Estadio de Gran Canaria (el pasado sábado), la UD Las Palmas ha malgastado cuatro años. Todos consumidos con apetito voraz, pero sin el más mínimo sentido de la responsabilidad deportiva. Porque tras tanto enredar, tras tanto avanzar y tras tanto recular a un ritmo de vértigo, el valor de su plantilla actual no se diferencia en exceso a la tasación del equipo que iniciaba, entre dudas, una nueva etapa en la Liga Adelante. Tampoco se distingue una variación obvia en su capacidad para desarrollar buen fútbol. Y ni siquiera varían los resultados: el sino habitual de los últimos cursos ha sido pelear, hasta el final, por eludir el tercer descenso a Segunda B, triste desafío que tiene explicación por diversos factores.
Errores en materia de fichajes. Aunque la trayectoria reciente de la UD Las Palmas cuenta con contrataciones de máxima rentabilidad, como Marcos Márquez, Adrián Colunga o Roberto Trashorras, abundan las elecciones de refuerzos poco productivos. La lista es extensa: Jaime, Jorge Cabeza, Lolo, Fredy, Alberoni, Maric, Nacho González, Azconzábal, Tete González, Merino, Fukuda, Pitu, Capi, Amaral, Gerardo, Gustavo, Pollo o Pedro Vega aparecen entre los futbolistas fichados por el club amarillo en los últimos años y cuyo rendimiento ha sido nulo.
Además de estos casos contrapuestos, un buen número de jugadores contratados por la UD Las Palmas en este periodo de tiempo se ha movido en un nivel regular, pero muy lejos de la excelencia. Tal es el caso de futbolistas como Curro, Darino, Pindado, Txiki, Miguel García, Dani López, López Ramos, Pablo Sánchez, Jorge Larena, Samuel, Saúl, Juanpa o Cobas, cuya aportación no ha sido eficaz para que el equipo amarillo diera un salto de calidad.
Banquillo caliente. Sergio Kresic podría convertirse en el primer entrenador, desde Josu Uribe en el curso 2002/2003, que cubre una temporada completa como técnico de la UD Las Palmas. Con Miguel Ángel Ramírez, como presidente de la entidad, siempre se ha consumado una destitución en la dirección de la primera plantilla: en la campaña 05/06, Juanito sustituyó a Josip Visnjic; en la 06/07, Juanito repitió movimiento para relevar a Carlos Sánchez Aguiar; en la 07/08, Juan Manuel Rodríguez reemplazó al propio Juanito; y en la 08/09, Paco Castellano permutó en el mando a Javier Vidales, que antes sucedió a Juan Manuel Rodríguez.
Pero -incluso- más allá de todos los relevos en el banquillo, sorprenden los vaivenes de estilo y doctrina que cada cambio supuso para cada proyecto. El ejemplo más claro sobresale con la trayectoria de la UD Las Palmas durante la pasada temporada, que inició el curso con Juan Manuel Rodríguez como entrenador y cerró la campaña con Paco Castellano al frente: esa decisión (con la etapa de Javier Vidales justo en medio) unió a dos técnicos con discursos, doctrinas, conceptos, ideas y planes antagónicos.
Bajas sensibles. Pesa en el debe del actual proyecto de la UD Las Palmas la incapacidad para retener a futbolistas de la talla de Aythami, Roberto Trashorras, Nauzet Alemán o Roberto Santamaría. Desde el club, en los cuatro casos, siempre se ha subrayado el deseo explícito de los cuatro jugadores por abandonar la entidad amarilla. Sin embargo, en la marcha de todos ellos siempre apareció la misma sombra (la misma que acompañó la destitución de Juan Manuel Rodríguez): el peso de un grupo concreto de futbolistas en el vestuario, con mando en plaza y con el que no comulgaron esos cuatro futbolistas.
Poca productividad de la cantera. Desde 2006 hasta 2010, sólo dos canteranos se han asentado en la plantilla de la UD Las Palmas: Francis y Sergio Suárez. Ni siquiera el ascenso de Las Palmas Atlético a Segunda B (en 2008) sirvió para que los futbolistas formados en la cadena de filiales del club dieran el salto -con más facilidad- al primer equipo.