“La NBA no está en mi cabeza”
El pívot caboverdiano del Herbalife, Walter Tavares, es consciente de que hay equipos europeos y de la NBA que se han fijado en él tras su deslumbrante partido contra el Real Madrid en la Copa del Rey, pero dice que él solo piensa en el Granca: “Aún me quedan cosas por hacer aquí”.
“La NBA no está en mi cabeza, solo está en la de que quienes escriben sobre esto. Estoy contento porque he podido aprovechar los minutos tras la lesión de Xavi (Rey), ayudar al equipo y seguir progresando”, expone en una entrevista el joven jugador, techo de la Liga Endesa, con 2,20 metros de estatura.
Edy Tavares firmó en la Copa 16 puntos, doce rebotes, cinco tapones y 31 puntos de valoración, lo que le convierte en el jugador más valorado en un partido de la competición, tras el MVP, Nikola Mirotic. En toda la historia de la Copa del Rey, solo otro jugador mejoró a su edad (21 años) esos 31 puntos de valoración: Pau Gasol
El pívot caboverdiano admite estar “muy motivado” para seguir a este nivel y conseguir dar un paso de gigante en la lucha por el playoff en la pista del UCAM Murcia este domingo.
“No pude retener las lágrimas al hablar con mi madre, cuando me dijo lo orgullosa que estaba tras el partido ante el Real Madrid. Ella sabe lo mucho que les echo de menos y la gran responsabilidad que tengo aquí para llegar lejos y ofrecerles lo mejor”, relata.
“No sabía ni botar cuando llegué a Gran Canaria”
“Es muy emocionante, porque no sabía ni botar cuando llegué a Gran Canaria. Era el peor de mi equipo siempre y ahora disfruto”, confiesa Edy, que también supervisa el día a día de su hermano Sander, de 14 años y 1,90 metros, incorporado a las categorías del formación del Granca el pasado verano.
El internacional caboverdiano, quien promedia cinco puntos, siete rebotes, dos tapones y 11 de valoración en las 16 jornadas disputadas en esta edición de la Liga Endesa y obtuvo la cuarta plaza con su selección en el Afrobasket el pasado verano, comenzó a tener su primer contacto con el baloncesto con 16 años, tras ser descubierto en una prueba realizada por el club insular en 2008.
“Estaba estudiando y ayudaba a mi madre en una tienda que vende de todo. No sabía nada de baloncesto, en mi país solo se habla de fútbol -es seguidor del Benfica portugués-. No hay muchas canchas de básket y las que hay, están muy desgastadas y no sirven para nada”, explica.
Tavares, que idolatra a los poderosos jugadores de la NBA como Shaquille O'Neal -ya retirado- y Dwight Howard y se fija en sus compañeros Eulis Báez y Xavi Rey, reconoce que todo el mundo le decía “que tenía que jugar al baloncesto porque era muy alto”, como sus padres. “Pero yo no lo tenía claro, solo creía en las posibilidades de practicar algún deporte”, indica.
Un turista ojeador
Su vida cambió cuando un turista alemán, vecino de su abuelo, se puso en contacto con un trabajador del Club Baloncesto Gran Canaria, quien habló de él al responsable de cantera, Raúl Rodríguez, y este pidió que le mandaran una foto del pequeño Tavares.
Parecía tan grande, que se desplazó a Cabo Verde junto al técnico asistente del primer equipo, Carlos Frade, y un empleado del club Alejo Melero.
Tras realizarle una prueba que resultó ser una odisea por no encontrar playeras y calcetines de la talla 52 -Tavares estaba todo el día en zapatillas y tenía problemas en sus pies- y comprobar in situ su enorme altura, decidieron traerlo a la isla.
En Gran Canaria, llevaron a cabo una serie de entrenamientos para decidir si le daban una beca y, de paso, le buscaban una nueva vida en la residencia del club en el pabellón Vega de San José.
“Fue muy divertido, porque llegué sin tenerlo muy claro y ellos me contagiaron su ilusión. Veía que no sabía hacer nada y que era muy malo, pero los técnicos del club confiaban en que sacarían mi máximo de rendimiento”, señala el canterano amarillo, que llegó a Gran Canaria para probar y ya cumple su sexta temporada en la isla, convertido en una pieza fundamental para Pedro Martínez.
Walter Edy Tavares es este año una de las sensaciones de la mejor liga de Europa y va lanzado a convertirse en uno de los pívot más dominantes del campeonato. Su realidad es el Herbalife Gran Canaria; su sueño, jugar algún día en la NBA.