Fuentes: “Hemos sacado pasión y todo lo que tenemos dentro”
LONDRES, 7 (de la enviada especial de EUROPA PRESS E. Martínez Millán)
La medalla de plata en la final de dúo de natación sincronizada de los Juegos de Londres, Andrea, Fuentes aseguró este martes que el metal había venido de “sacar pasión, entrañas y todo lo que se tiene dentro”, pero apeló a no conformarse e “ir a por otra” en la final por equipos que se celebra el próximo viernes.
De lograr el segundo escalón del podio, Fuentes revalidaría el hito alcanzado en las Olimpiadas de Pekín con su antigua compañera, Gemma Mengual, por lo que insistió en que el mérito de hoy no puede eclipsar las aspiraciones colectivas de la natación sincronizada española: “Ahora pesa mucho la medalla, pero hay que ir a por otra y por favor, por favor, por favor, que el equipo vaya bien”.
Después de que en la tabla previa a la final la segunda posición se la llevasen nuevamente las chinas, que las habían abocado a cinco bronces en los Campeonatos del Mundo de Shanghai, la tarraconense consideró que esta vez la plata había venido de la mano de una actuación próxima a la perfección: “Lo de hoy lo hemos bordado y se ha demostrado que si quieres, puedes”.
No en vano, Fuentes, de 29 años, cambió de compañera en 2010 para comenzar a trabajar con una joven Ona Carbonell, por entonces de 20 años, quien se había quedado a las puertas de Pekín. Un recambio que no le restó presión para revalidar el éxito de las pasadas Olimpiadas: “Siempre siento presión cuando hay que ir a unos Juegos, pero nos han entrenado para ello”.
RELEVO GENERACIONAL
En consecuencia, esta jornada en el Aquatics Centre del parque olímpico de Stratford, en el que la plata quedó en 192.900 puntos, tres centésimas por encima del bronce, ambas demostraron que hay cantera y que el relevo generacional está garantizado: “Hemos sacado pasión, entrañas y todo lo que tenemos dentro, ya no me queda nada”.
Por ello, tan satisfecha o más que por la medalla, la nadadora de Valls se mostró orgullosa de lo logrado con Carbonell desde que comenzasen a entrenar. “Lo mejor de este camino a la medalla no ha sido esta plata, ha sido lo que hemos vivido juntas, por todo lo que hemos pasado, porque la verdad es que hemos pasado de todo al lado la una de la otra”, apuntó.
En este sentido, confirmó la buena salud de la sociedad que hoy le ha permitido, cuatro años después, saborear la gloria de un podio olímpico: “Yo nunca había estado tan unida a nadie, trabajando diez horas al día, y ha sido genial y sólo puedo agradecer a la vida de haber vivido con Ona todo esto”.
PRESENCIA DE MENGUAL
Mientras el público británico aplaudía su actuación, su antigua compañera, Gemma Mengual, asistía al ejercicio inspirando en el tango desde las gradas de los medios de comunicación, ya que en estos primeros Juegos en los que no compite ejerce como comentarista de la sincronizada. Un cambio de roles sobre el que Fuentes no quiso profundizar: “Ella no es nadadora y aporta lo que puede aportar, que es conocimiento”.
“La vida es la vida”, apostilló, después que la maternidad de Mengual la obligase a buscar una nueva compañera, un camino que no le ha hecho rebajar metas, ya que, a la espera de lo que pase en la final de equipos, en la de dúo ha logrado ya el mismo metal que en Pekín: “Estoy encantada de tener la posibilidad de estar en otros Juegos y de luchar por una medalla y lo he conseguido”.
CONFUSIÓN INICIAL
Y todo ello, a pesar de que inicialmente no sabía qué posición había obtenido, tras esperar por la puntuación a su salida de la piscina, en un ejercicio que realizaron inmediatamente posterior al de las rusas, medalla de oro, y después de que las chinas, bronce, hubiesen realizado ya el suyo. “No habíamos visto el dos del ránking porque íbamos con la vista borrosa de la emoción”.
“No veíamos por ninguna parte de qué quedábamos, hasta que vimos a las del equipo abrazarse y supusimos que era por algo bueno y la gloria ha venido del cielo”, explicó, si bien advirtió de que la idea de haber revalidado metal tardó en hacerse realidad en su cabeza: “Yo hasta que no he visto la medalla en sí, no me lo he creído”.
Un objetivo que tuvo una preparación muy especial, después de que, tras la previa decisiva para la final, en la que habían logrado la tercera puntuación, su equipo les presentase un montaje de un vídeo acerca de su experiencia al inicio de 2012 en el Camino de Santiago y los vínculos con la competición. En definitiva, según Fuentes, “una pequeña metáfora del Camino, esas etapas que tanto costaron, que al final hubo desmayos, lloros y de todo, porque hicimos etapas muy bestias”, zanjó.