Las Palmas, a examen en su fortín ante un adalid del juego a balón parado
La UD Las Palmas y el Athletic Club de Bilbao cerrarán este lunes la decimotercera jornada de LaLiga Santander en un partido en el que los canarios defenderán su condición de invictos en casa ante los leones, que se presentan con la ambición de escalar hasta la zona europea de la clasificación.
El Estadio de Gran Canaria vuelve a abrir sus puertas 23 días después para albergar un encuentro ante un rival al que los amarillos no ganan desde 1988 en el Insular.
El conjunto amarillo no ha perdido aún como local -tres victorias y tres empates-, y ni siquiera el Real Madrid, actual líder de la competición, fue capaz de llevarse el tesoro de la isla (2-2).
El partido se presenta como un “contraste de estilos”, como lo ha calificado el propio entrenador visitante, Ernesto Valverde: “Ellos tienen a jugadores como Viera o Tana, y nosotros a Aduriz o Raúl García”, ha explicado de forma gráfica el técnico rojiblanco. Un encuentro donde el fútbol de toque y entre líneas de los de Setién se enfrenta al juego a balón parado de los leones.
El equipo local llega a la cita tras diez días sin competir después de perder el viernes de la semana anterior ante el Betis (2-0), en un choque en el que ofreció una imagen poco reconocible con las rotaciones ordenadas por Quique Setién.
En ese partido se lesionó el lateral izquierdo Dani Castellano, por lo que su sustituto será el portugués Hélder Lopes, uno de los fichajes para esta temporada, quien jugará por primera vez ante sus aficionados tras haber disputado solo dos partidos ligueros, pero ambos fuera de casa.
La otra baja, por una sobrecarga muscular, es el delantero Asdrúbal, de ahí que el técnico cántabro tenga que descartar por decisión técnica a cinco futbolistas.
La incógnita es conocer si Setién volverá a contar, como parece probable, con su primera unidad, la que mejores prestaciones le ofrece, en una semana en la que Las Palmas afrontará dos partidos más, con su visita el próximo jueves al Huesca en la Copa del Rey, y el domingo al Deportivo Alavés en Mendizorroza.
El equipo bilbaíno llega al encuentro pleno de moral después de ganar esta semana en San Mamés dos importantes partidos. El primero, un trascendente compromiso liguero contra el Villarreal (1-0); y, el segundo, un choque frente al Sassuolo italiano (3-2) en el que certificó la clasificación matemática para los dieciseisavos de final de la UEFA Europa League.
No obstante, el enfado que mostró tras el choque frente al conjunto neroverdi Ernesto Valverde -por lo que entiende una minusvaloración de los rivales en el entorno rojiblanco- aguó un tanto un éxito a falta de una jornada para el final de la Fase de Grupos que dos partidos antes, con los leones colistas al final de la primera vuelta, era impensable.
El equipo rojiblanco retomará la liga con ánimos renovados, a pesar de que las bajas de Ander Iturraspe y Oscar de Marcos se han confirmado para un tiempo y hay varios jugadores que salieron con diversos problemas físicos del encuentro del jueves.
Los más dudosos para el Estadio Gran Canaria son Mikel Rico y Sabin Merino, quienes, en principio, solo apuntaban al equipo titular si Valverde apostaba por la rotaciones aún teniendo cuatro días de descanso y con el choque copero ante el Racing de Santander, ahora equipo de Segunda B, a tres días vista.
Más opciones de viajar a Las Palmas, a la espera de lo que decida el técnico tras el último entrenamiento den Lezama, tienen Iñaki Williams e Iñigo Lekue, que ya se ejercitaron con normalidad en el regreso el sábado a los entrenamientos.