El Tenerife gana a los puntos, pero se lleva un empate ante el Sporting

Ramis aplaude durante el Tenerife-Real Sporting

José Miguel Galarza

Santa Cruz de Tenerife —

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El Tenerife hizo más para ganar que el Sporting en su vuelta a un Heliodoro con público, pero entre Mariño y los palos se quedó la ocasión en una fiesta sin goles. El empate deja más satisfecho a su rival que al grupo de Ramis, especialmente productivo cuando encontró la chispa de Shashoua saliéndose del guion y a Álex Corredera cayendo por dentro. El partido también apunta a una transición de once tras los debuts en la segunda mitad de Rubén Díez, Moore y Álex Muñoz.

El balance de la primera entrega en el coliseo blanquiazul descubrió, por lo demás, a un grupo aún en modelaje, más tras la ausencia de Aitor Sanz, al que echó de menos el equipo hasta que los cambios le dieron más llegada. Pero sin el medio centro madrileño, al Tenerife le faltó pausa y la salida jugada que le da su capitán. Sergio, su sustituto, no le igualó en prestaciones y Míchel Herrero sigue adaptándose a su nuevo hábitat, otra semana de menos a más.

El Tenerife tuvo quince minutos iniciales con las asociaciones por el flanco derecho de Mellot, Shasoua y Álex Corredera. Puso un par de balones francos al área y cuestionó el protagonismo al cuadro de David Gallego, que sigue teniendo pinta de equipo notable: un buen portero, un central como Babin que manda casi siempre, un eje participativo (Gragera-Nacho Méndez) y un incordio como Djuka arriba.

Con esa columna, el Sporting firmó fases de dominio neto. Banda franca una decena de veces para que Kravets la pusiera en la olla, capacidad para filtrarla por detrás de los medios locales, movilidad por dentro con Aitor García y Fran Villalba… y todo, qué ironía, para que su mejor oportunidad llegara de un despiste de marca tras un saque de banda que cogió a Djurdjevic encarado con Soriano (m.40) para pegarla pifiada rumbo a Anfiteatro.

Pusieron más criterio los rojiblancos para crear y aprovecharon, de paso, las dudas del Tenerife para sacarla jugada y la tibieza de su primera línea para romperla cuando debía o para enredarse con un par de entregas suicidas a Soriano que el portero resolvió como pudo. Llegado el descanso, el Sporting andaba tranquilo y el Tenerife espesito, perdida la frescura de aquel arranque notable.

Y así luego del entreacto, en lo que Ramis maduraba los cambios, y el Tenerife se hacía otra vez con el balón. Dio un paso adelante, metió al rival en su campo y alumbró un partido más aseado con el que poner a prueba a Mariño. Primero lo intentó —descubriéndose más cómodo jugando de fuera hacia dentro— Álex Corredera, con un tirito (m.55) fácil para el portero vigués; la siguiente, con un gran giro para orientarse y hacerse el espacio, de Álex Bermejo (m.56): cara a cara con Mariño ahora sí que le obligó. Y la tercera, una genialidad en un metro cuadrado de Shashoua, un control y regate de los suyos que acabó con un remate al palo izquierdo del portero, ya vencido.

Lo que vino después ya fue obra de la pizarra. Con media hora por jugarse, Ramis quitó a Sergio y al propio Bermejo, sacó a Nono para poner más bulla en la segunda línea y a Ethyan para pelearse con Babin. El cambio llevó a Corredera a la calle del ocho, sin duda un sitio más productivo para el catalán, y chispó definitivamente a Shashoua, ahora el inglés más cerca de su versión del año pasado. Los movimientos de piezas acabaron por activar al Tenerife para que produjera sus mejores minutos, incluida una doble cita ante Mariño que pudo trastocar todo. Andado el minuto 79, Corredera, ahora por la calle del diez, se inventó un disparo con más veneno que potencia. Mariño solo pudo rechazar y quedó el balón muerto para que, llegando en carrera, le pegara salvaje Álex Muñoz. Otras veces fue dentro, hoy se encontró con el larguero.

Casi intrascendentes fueron las aportaciones de Moore (relevando a un Mellot desfondado) y Rubén Díez, que juega parecido, pero mejor, que Nono —o eso parece— y siembra la duda de que la presencia simultánea de ambos sea contraproducente. Como todo esto responde al método de ensayo y error, y como el Tenerife sigue en proceso de maduración, todo se andará hasta que quede claro quiénes son sus dos extremos titulares.

La entrega de este sábado, con el añorado acompañamiento de sus fieles más fieles, no deja regusto amargo. Pudo saber mejor, pero mantiene al grupo de Ramis en la idílica media inglesa. No se ha caído, pinta que en Oviedo ya jugará con sus mejores laterales y sigue probando combinaciones por delante de Míchel en lo que le llega un delantero con pinta de delantero. Por ahora, el consuelo de tirar de Ethyan no provoca el estupor de otros, profesionales, que le precedieron estos últimos años. Un gran avance para el tinerfeñismo.

(0) CD TENERIFE: Soriano; Mellot (Moore, m.86), Sipcic, Carlos Ruiz, Pomares (Álex Muñoz, m.77); Álex Corredera, Sergio (Nono, m.64), Míchel Soriano, Bermejo (Ethyan, m.64); Shasoua y Elady (Rubén Díez, m.77).

(0) REAL SPORTING DE GIJÓN: Mariño; Rosas, Babin, Marc Valiente (Berrocal, m.78), Kravets; Gragera, Nacho Méndez (Pablo Pérez, m.90+1); Aitor García (Rodríguez, m.66), Fran Villalba (Pedro Díaz, m.65), Gaspar; y Djurdjevic.

ÁRBITRO: Rubén Ávalos Barrera (Comité catalán). Amonestó a Michel Herrero (m.90+4).

INCIDENCIAS: Partido de la 2ª jornada de LaLiga SmartBank 21-22, jugado en el Estadio Heliodoro Rodríguez López, primero con público desde el 8 de marzo de 2020. 5.059 espectadores, con un aforo limitado a ocho mil por normativa sanitaria. Se guardó un minuto de silencio en memoria de los accionistas y aficionados fallecidos en la temporada pasada, además de por el exjugador tinerfeñista Morilla. Aplausos para el exjugador local Suso Santana en el minuto 10.

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