El Granca, en la delgada línea entre el éxito y el fracaso
El Gran Canaria 2014 cerró, el pasado domingo, la primera vuelta de la fase regular de la Liga ACB. Lo hizo con victoria sobre el Cajasol (55-52), pero fuera de la fase final de la Copa del Rey (primer objetivo del curso). Noveno en la clasificación al cruzar el ecuador de la competición (con un balance de siete victorias y 10 derrotas), el nivel de juego del equipo claretiano ha estado un par de puntos por debajo de la trayectoria reciente. Sin embargo, pese a ese decaimiento, la diferencia entre el éxito y el fracaso ?a nivel de resultados? ha sido mínima. Tanto que casi se contiene en una delgada línea.
Cuatro partidos, cuatro encuentros que acabaron con cuatro derrotas por cortas desventajas, han podido marcar el rumbo del Granca en la carrera por entrar en la fase final de la Copa del Rey (Bilbao, del 18 al 21 de febrero). De haber obtenido mejores resultados ante DKV Joventut (67-69), Blancos de Rueda (67-61), Lagun Aro (76-70) y Ayuda en Acción Fuenlabrada (70-77), que por el desarrollo de los duelos pudieron ser adversarios asequibles, la percepción del análisis sobre el conjunto claretiano, ahora, podría ser considerablemente diferente.
Las cuatro derrotas del Gran Canaria 2014, marcadas por pájaras ofensivas puntuales y prolongadas en exceso, por el mal juego y, a pesar de todo, por gozar de opciones finales de victoria, desequilibraron el balance final, dejaron fuera de la Copa del Rey al equipo amarillo y, sobre todo, proporcionaron una sensación de frustración sobre las posibilidades de la plantilla tras la disputa de las primeras 17 jornadas de competición.
Esos cuatro tropiezos han marcado tanto el curso claretiano, que las cuentas no dejan lugar a la duda: con cuatro victorias más, el Granca estaría en la cita de Bilbao (sería quinto o sexto clasificado) y tendría encarrilada su participación en los playoffs por el título de la ACB; e incluso con dos triunfos más también se hubiera asegurado su presencia en la fase final de la Copa de Rey.
Problemas estructurales
Pero más allá de ejercicios cabalísticos, conjeturas o cuentas de la lechera, la realidad ha puesto de manifiesto ciertas deficiencias a corregir por el Gran Canaria 2014 en la segunda vuelta: la edad de Marcus Norris y el debut de Tomás Bellas en la ACB pesan para el puesto de base, Will McDonald está lejos de su mejor nivel, en el perímetro sólo Jaycee Carroll ve aro con frecuencia y el juego interior apenas ha gozado de protagonismo ofensivo (provocando, las dos últimas circunstancias, que el conjunto insular sea previsible en ataque y fácil de parar para las defensas rivales).
Todo combinado con una línea irregular, que ha permitido al Granca ser el único equipo capaz de ganar a un intratable Regal FC Barcelona (67-65) y, luego, ser incapaz de derrotar al CB Murcia, colista de la ACB (86-83). O de superar con facilidad al Unicaja Málaga (91-74), pero de caer con tanta, o más, claridad en su visita al Meridiano Alicante (74-50).
A nivel individual, Jaycee Carroll ha el máximo anotador del conjunto claretiano en la primera vuelta, con un promedio de 17.9 puntos por encuentro. El escolta de Wyoming también es el que más juega (29 de media por encuentro). Sin embargo, el que mejor valoración acumula es Sitapha Savané (16.2 puntos por jornada), James Augustine el que mejor rebotea (6.3 rechaces por duelo) y Marcus Norris el que más asistencias reparte (4).