Los 'inmortales' de América que se niegan a colgar las botas
El brasileño Romario, que el próximo martes cumplirá 42 años, encabeza un selecto grupo de futbolistas del continente americano que siguen desparramando su clase en la edad madura, como lo hace el casi cuarentón italiano Paolo Maldini.
Al lado de Romario, entrenador y jugador del Vasco Da Gama, aparecen otros inmortales que se niegan a colgar las botas, como sus compatriotas Cafú (37 años) y Paulo Sergio Rosa Viola (39), los colombianos René Higuita (41) y Juan Carlos Henao (37) o el colombo-argentino Carlos Navarro Montoya (41).
También destacan el guardameta estadounidense Kasey Keller (39), el goleador argentino José Luis Calderón (37), el defensor mexicano Claudio Suárez (40), el ariete peruano Germán Carty (39) o el portero ecuatoriano Jacinto Espinoza (38).
Higuita, nacido en Medellín el 28 de agosto de 1966, fichó a comienzos de la semana por el Deportivo Rionegro, de la segunda división del fútbol colombiano, aunque su sueño es volver al Atlético Nacional de sus amores para repetir al conquista de la Copa Libertadores de 1989.
De su retirada de las canchas prefiere comenzar a pensar cuando cumpla los 45 años, según dijo el ex jugador del Real Valladolid español, el Veracruz mexicano, el Aucas ecuatoriano y el Guaros de Venezuela.
Otro colombiano, Ever Chaca Palacios, mundialista en Francia'98, se ha convertido a los 39 años en el líder de la defensa del equipo Boyacá Chicó, que disputará la serie preliminar de la Copa Libertadores de América 2008, ante el chileno Audax Italiano.
El tiempo parece inmóvil para Navarro Montoya, guardameta colombo-argentino que cumplirá 42 años el 26 de febrero y ha actuado en la selección cafetera, el Santa Fe de Bogotá, así como en los argentinos Vélez Sarsfield, Boca Juniors, Chacarita, Independiente, Gimnasia y Esgrima de La Plata, Nueva Chicago y Olimpo.
Navarro Montoya también ha jugado en los españoles Extramadura, Mérida y Tenerife, el chileno Deportes Concepción y el brasileño Atlético Paranaense.
Su colega ecuatoriano Tarzán Espinoza se ha convertido en 2008 en el Decano de los futbolistas que disputarán la Liga de su país, ahora desde las filas del Deportivo Azogues tras haber militado en el Alianza Lima peruano y entre 1992 y 2004 formó parte de la selección de su país.
Caldera Calderón, el mejor jugador de la Copa Sudamericana 2007 para la Agencia Efe, es a los 37 años el referente del equipo Arsenal de Sarandí, actual campeón de ese torneo y verdugo de varios grandes de Argentina, México y otros países americanos.
El Emperador mexicano Claudio Suárez, figura emblemática de la defensa de la selección azteca en la década pasada, brilla a los 40 años en el Chivas USA, de la Liga de Fútbol de EE.UU. (MLS).
Casi con 37 años, el cañonero paraguayo José Saturnino Cardozo, ex astro del Toluca de México, el Universidad Católica de Chile y el San Lorenzo de Argentina, y ganador de la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de 2004, se convertirá en compañero de Suárez en el Chivas USA, tras revertir su decisión de colgar los botines.
Igual situación afronta el ex capitán de la selección paraguaya Carlos Alberto Gamarra, quien el 17 de febrero cumplirá 37 años y aún se plantea entre seguir jugando en su país o vivir una nueva experiencia en algún país vecino.
A los 39 años, el guardameta estadounidense Kasey Keller, es una de las figuras del Borussia Moenchengladbach alemán, tras haber dejado una huella de clase y profesionalismo en la selección de su país en las últimas dos décadas.
El eterno delantero peruano Germán Carty, de 39 años, definió el 14 de enero pasado su incorporación al Sport Áncash. Es el undécima equipo del fútbol profesional peruano que vestirá el Avestruz.
El ex jugador el Blooming de Santa Cruz, el Chalatenango de El Salvador y los mexicanos Atlante e Irapuato comenzó su carrera profesional en 1988 en el Coronel Bolognesi y alcanzó la gloria con Cienciano del Cuzco al conquistar la Copa Sudamericana en 2003 y la Recopa en el 2004.
Sus compatriotas Jorge Soto (37 años) y Roberto Chorrillano Palacios (36 años) también han demostrado que la calidad no tiene calendarios.