Miguel Concepción, el presidente talismán
Miguel Concepción puede presumir de tener los mejores números de un dirigente blanquiazul en los 70 años de historia de derbi canario, desde la fundación de Las Palmas en 1949. En estas siete décadas, el balance global de los enfrentamientos presenta un claro color amarillo, aunque la tendencia ha cambiado desde que el actual presidente del Tenerife llegó al palco del Heliodoro en febrero de 2006.
Así, Concepción ha presidido 14 derbis canarios, con un balance de seis triunfos, seis empates y sólo dos derrotas para el Tenerife, que se mantiene invicto en el Heliodoro durante su mandato. Y es que, en este período, que coincide también con la presidencia de Miguel Ángel Ramírez en la entidad amarilla, Las Palmas ha visitado el recinto tinerfeño en siete ocasiones, sumando dos empates y cinco derrotas.
El balance global de Concepción en los derbis también es positivo: seis victorias del Tenerife, seis empates y sólo dos derrotas, ambas en Gran Canaria. Y no era así hasta su llegada, pues hasta febrero de 2006 la estadística era netamente favorable a los intereses amarillos: 22 triunfos de Las Palmas, 16 igualadas y sólo nueve éxitos blanquiazules. Y con hazañas grancanarias incluso en la época de mayor supremacía del Tenerife.
Así, durante el mandato de Javier Pérez, el Tenerife sólo se impuso en dos de los once derbis disputados. Y para el recuerdo quedan las dos eliminatorias de Copa del Rey celebradas a doble partido y ganadas por Las Palmas, pese a que la entidad blanquiazul estaba en una categoría superior. De hecho, amén de Concepción, sólo un presidente blanquiazul tiene un balance positivo en el clásico canario.
El honor corresponde a Ricardo Hogdson, presidente del Tenerife al inicio del curso 60-61 y que disfrutó de la victoria blanquiazul (1-0 en el Heliodoro) en el único clásico que vivió como máximo dirigente blanquiazul. En el lado opuesto, muchos mandatarios que no pudieron presenciar un triunfo del Tenerife, la mayoría de ellos durante los largos períodos de supremacía amarilla en las décadas de los sesenta y setenta.
En ese apartado destaca la figura de José López Gómez, que presidió hasta 22 derbis de carácter oficial, disfrutando sólo de cinco victorias blanquiazules, aunque con algunos éxitos significativos: dos triunfos ligueros en el Insular y la histórica eliminación copera de la campaña 80-81, cuando el Tenerife estaba en Segunda División B y apeó del torneo a Las Palmas, que encadenaba casi dos décadas en la élite.
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