Nadal y Ferrer comienzan con buen pie
Mejor le fue imposible al tenis español en la jornada inaugural de la Copa Masters donde Rafael Nadal y el debutante David Ferrer lograron imponerse en sus dos primeros encuentros al francés Richard Gasquet y al serbio, número tres del mundo y finalista en el Abierto de EE.UU. Novak Djokovic, respectivamente.
Nadal, semifinalista el pasado año, venció a Gasquet, por 3-6, 6-3 y 6-4, mientras que Ferrer, en un duelo de novatos en el torneo que cierra la temporada, derrotó a Djokovic por 6-4 y 6-4. Así el de Jávea es ahora líder de su grupo, al haber ganado en solo dos sets.
Gasquet fue la primera víctima de un Nadal que quiere finalizar a golpe de victorias una temporada primorosa para comenzar la caza del puesto que ocupa el suizo Roger Federer cuanto antes. Necesitó el de Manacor dos horas y cinco minutos para lograr el cuarto triunfo sobre el francés en cinco encuentros.
Pero fue un trabajo elaborado, de menos a más, aunque preciso en su finalización, que colocó al de Manacor con la confianza necesaria para encarar el resto de sus encuentros en esta primera fase. “Un triunfo aquí siempre es positivo”, dijo.
Gasquet comenzó el partido con un saque directo, el primero de los 11 que logró, pero acabó desmoronado ante una volea de revés de Nadal. Fue el cara y cruz de un encuentro dominado por el servicio del jugador francés y rematado por la potencia física y la mayor concentración del español. Pero sobre todo, por un cambio de actitud de Nadal, crucial, en el segundo set, y rematado con un tercero de forma espectacular.
Tiene Gasquet un tenis especial, sabroso en sus golpes, de elegante revés y un servicio excepcional. A todo eso une una amplitud de movimientos que le hace ser un jugador extraordinariamente peligroso en cualquier tipo de pistas.
La prueba, sus resultados esta temporada: ganador en Bombay (dura), finalista en Estoril (tierra) y Tokio (dura), semifinalista en Sydney (rebound ace), Wimbledon (hierba), Masters Series de París Bercy (cubierta), resultados que le han colocado octavo del mundo y traído a este Masters para ser el primer francés en lograrlo desde Sebastien Grosjean, finalista en la edición del 2001.
El partido comenzó frío porque el estadio Qi Zhong, con capacidad para unos 15.000 espectadores, apareció casi vacío, y con un Gasquet más entonado y con mayor energía inicial.
Su servicio causó estragos en el juego de Nadal, quien salió como últimamente acostumbra con las rodillas protegidas por una cinta. Además Gasquet tenía la lección bien aprendida en los vestuarios, castigar el revés del español de forma machacona y abrir luego con una sorprendente derecha que pillaba descolocado al de Manacor.
Lafa, como le llamaban desde las gradas el público chino, tardaba en dar de sí lo mejor de su tenis, y aunque dispuso de un punto de ruptura en el quinto juego, cedió el suyo en el octavo. La primera manga era para el francés en 37 minutos.
Nadal luchaba por encontrar su ritmo, inspiración y el punto que diera la vuelta a un duelo que dominaba Gasquet. El francés, agazapado en el fondo de la pista, lanzaba zarpazos con su revés y acosaba en la red con la volea, y no fallaba. Todo hasta que en el cuarto juego del segundo set lo hizo de forma estrepitosa al estrellar un remate en la red cuando se encontraba a un metro de ella, tras una excepcional jugada entre ambos.
Fue el punto que cambió el signo del duelo, porque después Nadal lograba la ruptura que había buscado tanto (3-1). Poco importó al español perder luego su juego a continuación, porque rompió de nuevo en el sexto (4-2) para igualar el partido.
A esas alturas, el servicio de Nadal ya se había calentado lo suficiente, y con una gran mejoría mantuvo a Gasquet exiliado en el fondo, dominando el tricampeón de Roland Garros como a él le gusta. El fruto llegó pronto, en el quinto juego. Luego, el festival Nadal se prolongó hasta el final.
Para Ferrer, su victoria ante Djokovic tiene un sabor especial. El serbio ha estado a punto de arrebatar el puesto de número dos del mundo a Nadal después de culminar un año con victorias en cinco torneos: Adelaida, Masters Series de Miami y Canadá, Estoril, y Viena, además de otras dos finales más, entre ellas de Flushing Meadows contra Federer.
El duelo tenía un sabor de venganza pues era el tercero este año tras la victoria de David en Montecarlo, sobre tierra, y las derrotas en Indian Wells y Abierto de Estados Unidos, en pista dura, una superficie que va más con el juego del serbio, pero en la que Ferrer se mueve cada vez mejor, y la prueba, el título logrado en Tokio esta sesión.
Djokovic intentó la guerra desde el fondo y chocó con un muro. Ferrer rompió de entrada y lideró la primera manga hasta que tuvo 5-3 y dos bolas de set con servicio de su rival. Nole las salvó pero a continuación, Ferrer remató el set con su servicio.
En el segundo set, el número tres del mundo intentó variar la decoración. Atrapar a Ferrer en la red fue su táctica y para ello utilizó magníficas dejadas, pero las piernas del español son lo suficientemente fuertes como para llegar rápido, incluso a estas alturas de la temporada. Una ruptura en el décimo juego dio el triunfo a Ferrer, el quinto esta temporada sobre un jugador situado entre los ocho primeros.
Antes había vencido a su compatriota Tommy Robredo (7) en Auckland, al croata Ivan Ljubicic (8) en Hamburgo, al estadounidense Andy Roddick (3) en Cincinatti, y a Nadal (2) en el Abierto de Estados Unidos.