De un patio de Schamann al Bernabéu

El grancanario Ioné Puga Doreste tiene la posibilidad de tocar el cielo. Cumplir un sueño al que sólo aspiran unos pocos. El joven guardameta tiene sitio en la lista de convocados diseñada por Gregorio Manzano, técnico del Real Mallorca, para el partido de este domingo frente al galáctico Real Madrid. Descubierto por un cartero en el patio de su casa, el portero isleño, de tan sólo 21 años, vivirá en primera persona la grandeza de un encuentro en el Santiago Bernabéu.

Ioné Puga está en una nube, pero, a la misma vez, y a pesar de su bisoñez, tranquilo y confiado de que si le toca ser uno de los actores principales no desentonará interpretando su papel en un escenario de ensueño.

El cancerbero grancanario ya tuvo la oportunidad de oler de cerca el fútbol de la liga de las estrellas, no en vano, ocupó sitio en el banquillo mallorquín la jornada pasada en el Ono Estadi, en un duelo en el que los locales cayeron 0-2 frente al Valencia.

Fue un día especial para Ioné. Especial porque era parte del primer equipo. Especial porque sabía que su familia y amigos estaban pegados al televisor insuflando ánimos desde la lejanía. Especial porque David Silva, un paisano instalado en la cumbre del fútbol español, intercambió su camiseta con él a la vez que se interesaba por su suerte...

La lesión de Miguel Ángel Moyá abrió una puerta al tercer portero del Mallorca. Lugar que ocupa el grancanario. Moyá estará en el dique seco, al menos, todo el mes de noviembre, lo que significa, si no hay un cambio radical, que el meta isleño también estará en la cita del Sánchez Pizjuán, en la visita al Sevilla CF, y en la isla balear ante el Real Murcia.

Ahora mismo, los focos iluminan al argentino Germán Lux, cancerbero procedente del River Plate y en el punto de mira de la afición por sus discretas actuaciones. Un inoportuna lesión o una expulsión daría todo el protagonismo al joven novato.

El joven futbolista aparca un hipotético éxito individual a cambio de una recompensa colectiva. “Sueño con poder debutar en Primera. Si fuera en el Santiago Bernabéu sería increíble. Aunque lo tengo claro, prefiero quedarme en el banquillo y que nuestro equipo gane, a jugar e irnos a casa de vacío”, explicó Ioné.

Ioné Puga goza del cariño de la primera plantilla. El portero canario milita en el filial mallorquín, equipo de la Tercera división balear al que llegó tras ser cedido por el Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. En las últimas fechas se ha venido ejercitando a las órdenes de Gregorio Manzano, incluso realizó la pretemporada con el equipo nodriza en Austria, aunque una lesión le frenó en seco.

El dorsal 29 cuenta que nunca se ha sentido solo en la isla, ya que siempre ha estado arropado por sus compañeros, algo fundamental para la supervivencia de un chaval que deja atrás todo para buscarse un futuro en la profesión a la que tanto ama.

El otro Casillas

Francisco Florido, un cartero que consume todo su tiempo libre dedicándolo a entrenar a los más pequeños, fue quien descubrió las aptitudes de Ioné Puga. Florido, realizando su trabajo, se topó con un niño de 9 años disfrutando de un balón en el patio de su casa, en el capitalino barrio de Schamann.

Puga, que había escogido ser portero desde muy joven al contemplar las felinas estiradas de Paco Buyo, ex guardameta internacional del Real Madrid, se dedicaba a golpear el esférico contra la pared para, lanzándose a por la pelota, emular a su ídolo.

Casualidad o no, aparte de su presencia el domingo en el templo blanco y su afán por llegar a ser algún día como Buyo, en la actualidad lo vinculan, por su parecido físico, con otro gran guardameta del club merengue.

“No me asemejo en nada, pero es curioso. Ya en el instituto -en Las Palmas de Gran Canaria- me llamaban Casillas porque decían que me parecía mucho a él. Mi sorpresa es que aquí -en Mallorca- también mucha gente me dice lo mismo. Ahora tengo la ocasión de conocerle en persona, es genial”, apuntó.

En su familia, casi toda simpatizante del Madrid, sobran porteros, no en vano, su padre, dos de sus tíos incluso su propio hermano se han enfundado en innumerables ocasiones los guantes. Sin embargo, el meta de Schamann asegura que jamás nadie influyó para tomar la decisión de ocupar un lugar bajo los palos.

Otra joya de la cantera que puede emigrar

Ioné, de la mano de Florido, militó a los nueve años por primera vez en un club, el San Lázaro, equipo que entrenaba en el Colegio García Escámez. Poco después, y en edad cadete, firmó un contrato que le vinculaba a la UD Las Palmas hasta los 21 años.

Con un Campeonato de España en la categoría cadete, dos en juveniles y una participación en la Copa del Rey a sus espaldas, fueron muchos los clubes que empezaron a interesarse por sus servicios, pero el acuerdo que mantenía con la entidad amarilla impedía cualquier movimiento.

Fue en su primera temporada en la Unión Deportiva cuando se dio cuenta de que tenía madera para el deporte rey, sin embargo, con el transcurso de los años, sus esperanzas se fueron tiñendo de gris.

Cuando el arquero grancanario militaba en Tercera división, siendo juvenil, pedía a gritos un poco de atención, sin embargo, la llegada de otros futbolistas en su puesto eclipsaron el buen hacer del Ioné. Se sintió infravalorado porque siempre le colocaban a alguien por encima, pero, a pesar de ello, nunca bajó los brazos y continuó trabajando como el que más.

Porteros llegados de otros lugares, como el caso de Fernando López, cerraron la puerta a su progresión en un momento clave de su trayectoria. La llegada del meta peninsular supuso que Las Palmas, por ese entonces en Segunda B, le cediera al Castillo, a la espera de que el conjunto sureño recuperara a Javi Ortega, apartado de los campos por una lesión.

El club amarillo cometió un desliz al darle la baja federativa y luego recuperarle con un acuerdo de tan sólo un año de duración, por lo que Puga quedó libre. La Unión Deportiva no mostró mucho interés por rescatar al jugador de 18 años, fue entonces cuando el Universidad entró en escena.

“Guardo muy buenos recuerdos de mi etapa en la Unión Deportiva, sobre todo de la primera, cuando nos dirigía Miguel Ángel Guerra. Sigo muy de cerca como le van las cosas a Las Palmas. Le deseo todo lo mejor, ya que ha sido el club que me ha visto crecer y al que guardo un gran cariño. Mi sueño antes era jugar en el Estadio Insular formando parte del primer equipo, ahora es hacerlo en el Gran Canaria”, reconoció.

El Universidad tiene los derechos federativos de Ioné Puga. El meta isleño espera que el Mallorca haga efectiva su opción de compra para poder disfrutar por más tiempo de la bonanza que supone formar parte de una entidad de Primera. Aún así, el canario se muestra muy agradecido: “El Universidad me dio la oportunidad en un momento clave para mí. No tenía nombre y apostó ciegamente por mí. Siempre le estaré agradecido. Si no me quedo en Mallorca y tengo que regresar con el Universidad lo haré encantado, a pesar de que el sueño de todo futbolista es competir en la elite”.

Ioné estará rodeado de estrellas en el Bernabéu. Junto a él, Güiza, ariete convocado por Luis Aragonés para defender el escudo español ante Suecia e Irlanda del Norte en los últimos partidos clasificatorios para la Eurocopa, algo que llena de alegría al joven grancanario.

“Güiza es un tipo formidable, un gran delantero y se merece estar en la selección. Cuando recibió la noticia se puso muy contento, al igual que el resto de compañeros. Como anécdota, Güiza es de los primeros que abandonan el campo cuando finaliza el entrenamiento, este viernes fue el último”, concluyó.

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