Pedro revoluciona la prórroga
Cuando los primeros noventa minutos tocaban a su fin con el marcador inamovible, presagiando la prórroga, con media hora más de juego, Vicente del Bosque decidió agotar los cambios dando entrada al tinerfeño Pedro en los últimos minutos, agotando las sustituciones.
El canario, que disputaba su segundo partido en la presente Eurocopa, fue un quebradero de cabeza para Joao Pereira desde que saltó al campo. Con su incisiva velocidad por banda izquierda, puso en jaque a la zaga portuguesa, asociándose una y otra vez con Jordi Alba.
En lo que parecía un balón que se perdía por banda tras un mal centro de Navas. Pedro recogió el cuero pegado a la línea de cal y tiro dos sombreros a sus defensores para acabar sacando el balón para Jordi Alba, que llegó hasta línea de fondo poniendo el balón paras que Iniesta en boca de gol se encontrase con la estirada de Rui Patricio.
Seguía una y otra vez siendo el repulsivo en el tiempo de prolongación, siendo la escapatoria de Casillas, que buscaba el balón largo a los atacantes españoles, donde parecía Pedro para bajar el balón al suelo con un gran control y empezar la jugada.
En la reanudación de la prórroga, una contra iniciada por Cesc, dejó al canario cabalgando sólo hacia la portería lusa, pero el gran repliegue de la defensa desvió el peligro, cuando el tinerfeño ya se había orientado el balón hacia su pierna derecha. El canario no paró de intentarlo hasta la extenuación, pero de nuevo tuvo que ser en la lotería de los penaltis donde España consiguió el pase a la gran final.
Silva, de más a menos.
De nuevo, el grancanario salió en la partida inicial, como una de las piezas clave del cuadro de Del Bosque. Como siempre, las jugadas de mayor peligro salían de sus botas y de las de Andrés Iniesta, donde siempre intentaban encontrarse el uno al otro.
El de Arguineguín no tuvo su mejor noche, fallando multitud de pases en la entrega, teniendo muchos problemas para acertar con el último pase, que dejase a un compañero con una clara ocasión de gol.
Silva organizaba los contragolpes de 'La Roja' en la primera mitad, pero con mucha menor velocidad que anteriores citas. Tuvo su mejor aparición en un pase filtrado entre las líneas defensivas de Portugal, pero que Iniesta no acertó a leer para plantarse ante Rui Patricio.
En la reanudación el canario casi desapareció del partido, sin apenas participación en el juego español, para acabar siendo como siempre uno de los sustituidos, dejando su lugar en el minuto sesenta a Jesús Navas.