Sebastien Hinault sorprende al esprint en Zaragoza

El francés Sebastien Hinault, del Credit Agricole, sorprendió a todos los especialistas del esprint para conquistar la décima etapa de la Vuelta, disputada entre Sabiñánigo y Zaragoza, de 151 kilómetros, en una jornada de transición que mantuvo a Egoi Martínez (Euskaltel) con el jersey oro y que estuvo marcada por el rumor del regreso de Lance Armstrong.

Hinault, apellido ilustre del ciclismo mundial, asomó de nuevo para un momento de gloria, si bien, este corredor del Credit Agricole, no tiene nada que ver con el gran Bernard, el Caimán que conquistó 5 Tours. La única coincidencia es que también es bretón.

La sorpresa fue mayúscula, ya que Sebastien Hinault, veterano corredor de 34 años, no estaba en la lista de invitados a la victoria, pero apareció en el momento justo para dejar a los grandes especialistas con un palmo de narices. Entró brazos en alto con un tiempo de 3h.22.20, por delante de su compatriota Lloyd Mondory (Ag2r) y del belga Greg Avermaet (Silence), el vencedor en Sabiñánigo.

Volvió a la pomada Óscar Freire (Rabobank), inédito en esta Vuelta. Se colocó entre los mejores, buscó su hueco, pero en el momento del salto se encontró encerrado y se conformó con la cuarta plaza, por delante de Tom Boonen y Koldo Fernández. El triple campeón del mundo no recurrió a las excusas. “Busqué el lugar para salir pero no lo encontré. Ha sido una sorpresa que ganara Hinault”, dijo. La Vuelta sigue con una sola victoria española, la de Valverde en Jaén.

Una jornada de transición, aunque los corredores no se sienten cómodos con este término, ya que siempre hay viento, nervios, codazos o riesgos de caída. Pero no hubo nada de esto. El líder, Egoi Martínez dijo que no pudo disfrutar del maillot oro “porque cuando escuchamos el nombre de Zaragoza nos ponemos nerviosos por si aparece el viento”.

Lo cierto es que Egoi llegará a Burgos con la prenda dorada, allí donde ganó una etapa en 2006. La general no varió. La segunda plaza la mantuvo Levi Leipheimer a 11 segundos y la tercera su compañero Alberto Contador a 32. El madrileño espera las etapas de Asturias para imponer su capacidad escaladora. Detrás de Contador la fila de españoles integrantes del top ten: Valverde, Sastre, Mosquera, Igor Antón y Dani Moreno.

El regreso de Armstrong

En un día señalado para los esprinters, la mañana sacudió los cimientos de la Vuelta con el rumor del regreso de Lance Armstrong a la alta competición. El séptuple vencedor del Tour hacía acto de presencia en la ronda española, a pesar de tratarse de un ciclista jubilado desde hace tres años.

La vuelta de Armstrong la consideró un chiste el director del Euskaltel, Jon Odriozola, las figuras actuales, Contador, Valverde y Sastre, lo entendieron con algo sorprendente y curioso. En el Astana le abren la puerta por si acaso. Y todo porque al mítico Lance le dio por participar con éxito en una prueba de bicicleta de montaña de 160 kilómetros, en la que quedó segundo.

100 kilómetros de escapada

Debate aparte, el héroe de la jornada fue el eslovaco Matej Jurco, un eslovaco del Milram que se marcó 100 kilómetros de escapada en solitario. De nada le sirvió la excursión aragonesa, ya que la alarma sonó en el pelotón cuando el retraso superaba los 6 minutos.

El Rabobank de Freire mantuvo a raya la fuga, y el Euskaltel participó en las maniobras de aproximación. Con toda la nómina de supervivientes al completo a falta de 18 segundos, empezó la hora D.

Pelea por el control de la cabeza. El Quick Step quería poner a Boonen en el podio, otra vez; el Lampre de Ballan buscaba sitio preferente para Ballan.

Fue Pozzato, del Liquigas, quien animó el esprint con un salto tempranero a falta de un kilómetro. Demasiado precipitado, ya que el principito, primer líder de la Vuelta se desfondó enseguida. Los grandes estaban en la batalla, menos Bennati, retirado. Freire encerrado, quedó sin opciones, Boonen, no parece el que era, y finalmente el anónimo Sebastien Hinault impuso su ley, por sorpresa.

La undécima etapa de la Vuelta unirá Calahorra y Burgos a través de 178 kilómetros. La única dificultad es el Alto de Valmala (3a). Los esprinters tendrán otra ocasión.

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