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El asesino de Capbreton en el talego
Ejerce el mando con gran autoritarismo y sus comportamientos denotan desprecio hacia quienes considera débiles. Es un duro con control sobre el dinero y las armas y legitimado dentro de ETA para dirigir los comandos y ordenar los atentados. La vida con él en la cárcel será más cómoda para todos. Tiene razón el presidente del Gobierno al decir que su captura significará salvación de vidas que con él al mando de ETA hubieran sido sacrificadas.
En segundo lugar es la demostración de que Francia cumple. El asesinato brutal de Raúl Centeno y Fernando Trapero no solo fue un crimen sino además un inmenso error que retó a la policía francesa a detener a sus autores. Y así ha sido. Poco menos de un año después de que Txeroki disparara directamente a los agentes españoles ha acabado detenido y una gran parte del resto de su vida la pasará en la cárcel.
Nada es todavía definitivo en la estrategia contra ETA pero la detención de Garikoitz Aspiazu Rubina es un jalón muy importante en la dinámica del final de la banda terrorista que no hace sino confirmar lo acertado de la política que está desarrollando el Gobierno con un consenso total de la oposición y de la sociedad española.
Sería un error pensar que la detención del jefe militar de ETA debe modificar la estrategia del tratamiento del terrorismo. En seguida saldrán otros jóvenes cachorros para emular al caído. Su control será probablemente menos férreo que el que ejercía el dirigente arrestado, pero no es previsible que se aceleren los mecanismos de desistimiento que ya están instalados en muchos presos y militantes en el exilio.
Hay una máxima en la lucha antiterrorista que se olvida a menudo. Ni la desesperación por un brutal atentado ni el entusiasmo por una importante detención deben cambiar los códigos de lucha contra ETA. La organización antiterrorista agotó el cupo de credibilidad para una solución concertada. Ahora que están más débiles hay que seguir golpeando con toda dureza y con toda legalidad en todos los frentes del terrorismo. En su aparato de matar, en su entorno político y económico y en sus refugios de Francia para que su desarticulación paulatina siga debilitando a una banda que ya tiene fecha de caducidad con tal de que no se varíen los procedimientos que están dando tan excelentes resultados bajo la dirección de Alfredo Pérez Rubalcaba. Es un gran día en el que hay que dar la enhorabuena al ministro de Interior y a los miembros de las fuerzas de seguridad del Estado que han conseguido esta importante detención.
*Carlos Carnicero es periodista y analista político, en elplural.es
Carlos Carnicero*
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